Prohibido dejar la mascarilla en la barra del bar y prohibido también abandonarla en la mesa de la terraza. Cualquiera de estas dos prácticas supone un riesgo para la salud. Así lo advierte la Sociedad Española de Microbiología, que recomienda “evitar airear la mascarilla usada” y aconseja también “no meterla en el bolso o bolsillo” cuando se retira al salir de casa.
Para eso están los sobres o bolsas de papel. Lo explicó la Organización Colegial de Enfermería poco después de decretarse el uso obligatorio de mascarillas para mayores de seis años. Del mismo modo queda prohibido guardarla en una bolsa de plástico ya que la humedad puede favorecer la prolifeación de flora y fauna. Y si uno quiere deshacerse de la mascarilla cuando está en la calle, tiene que esperar a volver a casa porque no vale con echarla en la papelera, hay que tirarla en el contenedor de resto dentro de una bolsa de plástico cerrada.
Lo importante es llevarla siempre puesta y el consejo es dar antes dos pasos previos: lavarse las manos y echarse protección solar. No hay estudios que demuestren que las mascarillas protegen frente a las radiaciones ultravioletas.
Son reutilizables, no tienen filtro interior y cuestan 11,98 euros. Están diseñadas para deportistas siguiendo la norma EN 14683:2019 para mascarillas quirúrgicas. Se pueden lavar hasta un máximo de 135 veces.