¿Abusar de la pornografía podría producir problemas de erección?
Varios estudios demuestran que sí.
″De usar a abusar, hay el canto de un real″, dice el refranero español. Y es que, efectivamente, sin darnos cuenta, podemos comenzar a abusar de algunos alimentos, del trabajo, de las relaciones de amistad o de algunas dinámicas en la pareja. Tarde o temprano cualquier desequilibrio suele conllevar alguna connotación negativa en nuestras vidas, algunas de las cuales, pueden acabar afectando a la salud. Recientemente se ha comprobado en varios estudios sobre pornografía y salud una relación entre el uso excesivo de su consumo y problemas de disfunción eréctil.
¿Cuanto es mucho? Depende de varios factores, tanto culturales como biológicos. Usada con normalidad, no es más que una fuente de excitación sexual, que suele acompañar a menudo nuestros momentos de onanismo. Pero en algunos casos, la pornografía puede llegar a ser adictiva y exceder los límites saludables, afectando a la estabilidad emocional de la persona que la consume. Entre las razones de su potencial efecto dañino, hay que destacar por encima de todas la alteración perceptiva de la realidad, o dicho de otro modo, la construcción de modelos inalcanzables: cuando se materializan las escenas sexuales en nuestra vida cotidiana puede que estas no cumplan las expectativas.
Consumo de pornografía y consultas al doctor
Las estadísticas de portal PornHub, de contenido para adultos, confirman que el tráfico de visitas excede los miles de millones de visitas al año y no deja de aumentar. Entre los países que más visitas hacen se encuentra Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. En Europa, lideran el ranking Reino Unido, Francia, Alemania e Italia y España se sitúa en el 13° puesto a nivel mundial en cuanto tráfico, a pesar de contar con una población significativamente menor que muchos otros países.
Este aumento en el consumo de pornografía se ha hecho notar en las consultas de Urología, Andrología, Sexología, y Psicología de todo el mundo, ya que además de ser un modelo cada vez más recurrente a la hora de verbalizar los pacientes sus problemas, desde hace algunos años va ganando fuerza como fuente directa de problemas graves de disfunción erectil.
El abuso de la pornografía y los problemas de erección
El abuso de pornografia tiene asociados mayor indice de problemas sexuales en los hombres que en mujeres. Aunque estas últimas no están exentas, los casos son sensiblemente menores. En los varones, principalmente se generan cuadros de ansiedad que se traducen en dificultades para conseguir una erección y o en una disminución del deseo sexual.
El exceso de este tipo de peliculas (hoy en día, más bien escenas) hace que el área del cerebro que mantiene el deseo sexual sano se sature con material ficticio y no exista necesidad de mantener relaciones reales. Llega un momento en el que el estado de dependencia es tan elevado que algunos hombres necesitan estimulación visual pornográfica para conseguir una erección óptima, no siendo suficiente con su pareja “real”. Esta situación provoca un desequilibrio importante, generando nerviosismo y frustración junto a graves problemas de pareja.
De forma general, podemos dividir en dos los problemas personales que se asocian a un uso inadecuado y abusivo de la pornografía: los de tipo físico y los de tipo psicológico.
Problemas físicos
Algunos de las complicaciones que se originan con el exceso de consumo de pornografía afectan en el plano físico relacionados con una práctica inadecuada de la masturbación, tanto en la forma como en el número de veces que se lleva a cabo.
La masturbación, ya sea masculina o femenina, es un hábito sexual saludable que suele aparecer en la adolescencia y se extiende durante la edad adulta. Como se ha comentado, esta actividad en sí no es negativa, se considera sana mientras no acabe convirtiéndose en una adicción. Es, en este caso de conducta adictiva, donde el consumo exagerado de material pornográfico tiene un alto impacto.
Sus consecuencias físicas se enfocan en los genitales externos, pudiendo llegar a deformarlos, causando irritaciones, inflamaciones o traumatismos en los tejidos, como la fuga venosa. A largo plazo, puede acarrear consecuencias negativas relacionadas con la autoestima y la autoimagen a la hora de mantener relaciones con una pareja.
Problemas psicológicos
Es aquí donde se encuentra realmente el problema. El Dr. Natalio Cruz, uno de los mayores especialistas en Medicina Sexual de nuestro país, estima que “la pornografía causa, directa o indirectamente, miles de desequilibrios emocionales y conductuales al año en España, y hay que tener en cuenta que lamentablemente no todos llegan hasta las consultas psicológicas y psiquiátricas, por miedo, vergüenza o desconocimiento de lo que les sucede”.
Uno de los problemas principales en el plano psicológico son las falsas expectativas que crea la pornografía en torno a los encuentros sexuales. Estas falsas creencias provocan decepciones en los encuentros en la vida real que, en muchas ocasiones, terminan con la relación de pareja. Y la tendencia va en aumento. No son pocos los jóvenes (y menos jóvenes) que buscan ayuda especializada tras sufrir episodios de problemas de disfunción erectil, tras descubrir que solo consiguen una erección en soledad, consumiendo material pornográfico.
Conducta sexual compulsiva y desordenada
Toda esta ansiedad, preocupación, falsas expectativas y frustración dan lugar a relaciones sexuales insatisfactorias que tienen su origen en la decepción como consecuencia de un consumo de pornografía elevado. La longitud del pene, la turgencia de los pechos, el tamaño de los labios genitales, la duración del coito...todo son comparativas poco saludables, modelos inalcanzables, estandares irreales practicados por especialistas de cine (como los de películas de acción, pero en este caso de acción en la cama). “Muchos chicos piensan que directamente ellos no están bien. Si su pene no mide 22 centimetros como ven en los videos X, entonces no serán capaces de satisfacer a su pareja exual. El problema proviene de que el único profesor, la única fuente o el único modelo que tienen con respecto al sexo es el porno, ya que en sus casas existe una deficiente educación sexual,. Al llegar el momento de las relaciones sexuales, su cerebro cortocircuita, y nos supone un trabajo de muchas sesiones desactivar estos impulsos de culpa o vergüenza”, comenta el Dr. Cruz, jefe de los servicios médicos de Andromedi.
Adeás, ante este estado de insatisfacción, muchas personas se van sintiendo atraídas progresivamente por conductas sexuales cada vez más obsesivas o extremas, lo que comúnmente en el argot de sexología recibe el nombre de “parafilia”, poco o nada placenteras para sus parejas sexuales, .
Estos defectos no solo se viven en la intimidad de la pareja. Esta actitud con frecuencia acaba por terminar con la busqueda de relaciones esporádicas ya que no llegan a ser plenamente satisfactorias. Esta frustración en al ámbito sexual desencadena problemas de depresión crónicos, que se extrapolan al resto de relaciones humanas e interpersonales, afectando al desempeño del trabajo en el terreno laboral, académico o social.
Como ante toda conducta abusiva, la buena noticia es que se puede tratar. Los problemas relacionados con la adicción a la pornografía tienen solución. Los especialistas en psicología sexual y comportamiento humano afirman que esta conducta puede ser canalizada hacia un estado óptimo a través de las sesiones de psicoterapia, hábitos de vida saludables y el fortalecimiento de la autoestima y la confianza en uno mismo. “Lo principal, es recrear desde cero la mirada que tiene el paciente con respecto al sexo”.