"Al menos puedes volver a quedarte embarazada": lo que no debes decirle a una mujer tras un aborto espontáneo
Entre el 10% y el 25% de los embarazos terminan en aborto espontáneo.
El aborto espontáneo ha pasado de ser un tema que las mujeres y sus parejas apenas trataban en público a ser un asunto mucho menos tabú. Por un buen motivo. Entre el 10% y el 25% de los embarazos terminan en aborto espontáneo. Es, tal y como asegura la psicóloga Jessica Zucker, un “resultado habitual del embarazo”.
Sin embargo, pese a todos los esfuerzos que se han hecho en las redes sociales, en artículos y en estudios (incluso algunas famosas han hablado de ello) para que deje de ser un tema tabú y estigmatizado, a la gente en general se le sigue dando bastante mal hablar con mujeres que están pasando por el mal trago de un aborto espontáneo. Esto significa que las mujeres que comparten su experiencia todavía tienen que soportar toda clase de comentarios terribles que vuelven más insufrible una experiencia que ya es suficientemente dolorosa por sí misma.
Estos son los consejos de los expertos para tratar con amabilidad y tacto a mujeres que han sufrido un aborto espontáneo.
“Una de las cosas que más me inquietan (y que mis clientes me comentan continuamente) es la frase: ‘Al menos puedes volver a quedarte embarazada’”, comenta Zucker. Que te hablen de un embarazo no es reconfortante cuando ya no estás embarazada. Zucker piensa que muchas personas dicen eso para mitigar su propia incomodidad con un tema complicado.
Otras frases muy molestas de este tipo son: “Al menos no llevabas mucho tiempo embarazada”, “Al menos tienes un niño sano en casa” o “Al menos eres joven y puedes volver a intentarlo”.
“La gente comenta cosas como ’ya verás como tienes más hijos”, señala la terapeuta clínica Jamie Kreiter, experta en salud mental perinatal. “Estos comentarios se hacen con la intención de apoyar y animar, pero esas mujeres están sufriendo por ese bebé”.
Este error es dolorosamente simple, pero los expertos aseguran que los familiares y amigos lo cometen siempre. Las personas reaccionan a los abortos espontáneos de modos muy distintos. Algunas mujeres sienten una profunda pérdida. Algunas sufren graves síntomas de depresión y duelo. Algunas mujeres arrastran estos sentimientos durante mucho tiempo. Otras, no. Unas no se ven especialmente afectadas por el aborto espontáneo. Otras tienen sentimientos encontrados. Y otras hasta se sienten aliviadas.
No des por hecho que sabes por lo que está pasando una mujer tras un aborto espontáneo y no digas cosas como: “Vaya, debes de sentirte muy lo que sea”.
“A menudo, nos proyectamos a nosotros mismos”, indica Zucker. En vez de eso, hay que darles a estas mujeres espacio para sentir lo que sea que están sintiendo y hacerles saber que vas a mantener ese espacio para ellas tanto tiempo como necesiten.
Es maravilloso e importante que cada vez más mujeres compartan las historias de sus abortos espontáneos, pero no deberían ser el primer recurso cuando una mujer está sufriendo la experiencia. A veces, compartir una experiencia personal puede transmitir consuelo y una sensación de conexión, pero en otras ocasiones provoca distanciamiento.
“Creo que, sin querer, empiezan a comparar historias como si fueran iguales y dicen cosas como: ‘A mí también me pasó y hay que sentirse así’”, indica Zucker.
Piensa bien cómo vas a compartir tu experiencia y presta atención a la reacción. Si está claro que tu historia no ayuda, deja de contarla.
Después de un aborto espontáneo, la gente trata de ayudar haciendo algo concreto. En el caso de las mujeres que han dado la noticia de su embarazo a sus familiares y amigos, o las que ya tenían una tripa visible de embarazadas, una posibilidad es ofrecerte a contar la mala noticia. Básicamente, hacer de mensajeros para que no tengan que hacerlo ellas una y otra vez, propone Kreiter.
Esto no solo vale para amigos, familiares o compañeros de trabajo, sino también para personas del día a día con las que quizás no habías hablado directamente de su embarazo pero que ya lo sabían (por la tripa, por ejemplo). Ofrecerte a mantener esas conversaciones de su parte tal vez les quite un peso de encima.
“Las reuniones familiares con motivo de una festividad o de un aniversario pueden traer de vuelta los síntomas del duelo, aunque hasta ese momento la mujer lo haya sobrellevado bien”, expone Kreiter. Esta terapeuta clínica, por ejemplo, recomendaría a una paciente deseosa de celebrar la primera Navidad con su bebé que sustituyera la celebración familiar grande por una escapada con su pareja. Los amigos y los familiares tienen que ser conscientes de estas fechas potencialmente dolorosas y dejar claro que apoyarán a la mujer en lo que necesite para que priorice su salud mental.
Del mismo modo, acontecimientos como las fiestas de celebración de un embarazo pueden ser momentos duros para las mujeres que han sufrido un aborto espontáneo. Kreiter propone invitarlas, pero asegurándoles que comprendes si deciden no asistir: “Les digo a mis clientas que si de verdad las quieren, comprenderán la decisión”, sostiene.
“Me sigue sorprendiendo que mucha gente no diga algo tan simple como: ’Siento mucho tu pérdida. Estoy aquí para lo que necesites’”, comenta Zucker. La psicóloga considera que muchas veces, familiares y amigos con buena intención se sienten en la necesidad de pensar un discurso más profundo, pero un comentario como el que propone ya muestra cariño y empatía, que es lo que necesitan estas mujeres.
“Siento mucho tu pérdida”, propone también Kreiter. Simple, cariñoso y directo.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.