"A estas mujeres y a sus hijos los matan"

"A estas mujeres y a sus hijos los matan"

Las confesiones de los trabajadores andaluces en materia de violencia de género después de ser señalados por Vox: "No nos van a amedrentar".

EFE

Eduardo no quiere utilizar su nombre real para esta entrevista porque trabaja con mujeres y niños en peligro de muerte. Pero Vox le señala y ha reclamado sus datos y los de sus compañeros al Parlamento andaluz. Es trabajador social especializado en violencia de género y lleva tratando a supervivientes de esta lacra desde 1983. Estos días le recuerdan al No-do y le preocupa la situación de las víctimas. Su compromiso va "más allá del trabajo" y por eso no se quiere callar, confiesa en una conversación con El HuffPost.

El viernes pasado, tras estrenarse en el Senado vetando una declaración contra la LGTBIfobia en el deporte, el partido ultraderechista Vox presentó en el Parlamento andaluz una petición de información en relación con los nombres y apellidos y número de colegiados de los trabajadores de Unidades de Valoración Integral de Violencia de Género para "fiscalizar y comprobar" el destino de las ayudas concedidas por la Junta en los últimos años.

Se trata de un movimiento que refleja las intenciones de Vox en cuanto a lo que ellos llaman la "ideología de género", que incluyen tumbar el pacto de Estado contra la Violencia Machista, modificar y hacer desaparecer la esencia de la Ley de Violencia de Género y negociar medidas contra las denuncias falsas (cifradas en un 0,078% en total, según el Consejo General del Poder Judicial).

Eduardo comenzó su trabajo en el Instituto de la Mujer estatal a principio de los 80 durante la época de Felipe González. "A partir de ahí se ha avanzado mucho y se ve la violencia como un problema de Estado y no privado", señala. "Ahora hay una red de casas de acogida y pisos de tutela en los que intervenimos", continúa, "y a lo largo de estos años nos hemos especializado y recibimos a mujeres que temen que las asesinen".

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Pero no sólo trabaja con mujeres. Entre las personas con las que trata Eduardo hay niños que han vivido el horror: "Vienen en situaciones terroríficas. Las madres vienen con una bolsa de basura donde llevan sus pertenencias y los niños llegan con ojos de espanto... Hay absentismo escolar, son personas que utilizan con frecuencia los servicios de emergencia..." . Por eso cree que lo más grave es el mensaje que la ultraderecha manda a las víctimas: "¿Cuál es? Si ya les cuesta denunciar y dudan, ¿qué van a hacer ahora?". De esta manera reflexiona este trabajador que ha accedido a contar su experiencia con la condición de que no se publicasen más datos sobre su lugar de trabajo.

Las madres vienen con una bolsa de basura donde llevan sus pertenencias y los niños llegan con ojos de espanto...

Sara lleva más de diez años coordinando equipos y programas de atención y protección para las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijas e hijos. Tampoco quiere revelar su verdadero nombre. Opina que el trabajo de estas personas es una "atención imprescindible para que las mujeres salgan de la situación en las que las retienen los maltratadores".

"Cuentan con experiencia y conocimiento en esta materia y esta experiencia les avala a la hora de entender y proteger a las mujeres y a sus hijos desde una perspectiva psicológica, jurídica y social, ya que la violencia de género tiene que abordar las cosas de una manera multidisciplinar y por personal especializado", sostiene.

"Preocupación" por Vox

Sara, Eduardo y muchos de sus compañeros, según describen, están preocupados por la aparición de la ultraderecha. "Atacan los cimientos de los avances que se han logrado en treinta años por la lucha de las mujeres. Los cimientos de una estructura creada a través del ordenamiento jurídico y de la puesta en marcha de servicios destinados a la protección y atención a las víctimas", explica Sara, "como los centros de mujeres, las leyes, los recursos de acogida o la normativa autonómica".

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Ella cree que el discurso de este nuevo partido "pone el foco en la sospecha y no en la credibilidad de las mujeres" y eso "hace mucho daño a la eliminación de la violencia de género". Pues lo muestran como "un tema menor y falso, poniendo en duda hasta la existencia del mismo".

Sara teme que todo esto lleve a una situación peligrosa en la que "las mujeres desistan de pedir ayuda dado que se pone en duda su testimonio y no se sienten respaldadas por la sociedad y por la propia administración, que debe protegerlas y poner los recursos necesarios para que salgan de la situación de terrorismo machista en la que viven".

En esta línea, Eduardo cree que el mensaje que se transmite "es grave", ya que "se ponen en entredicho sus denuncias".

49 mujeres asesinadas en 2018

Eduardo recuerda algo que Vox no puede negar: las cifras. "Están ahí, lleva la cuenta el Consejo General del Poder Judicial y esta gente que dice ser democrática [Vox] las está poniendo en cuestión". Según las cifras oficiales, 47 mujeres fueron asesinadas por sus parejas en 2018. En la cuenta paralela llevada por El HuffPost en la que también se contabiliza a aquellas que se consideran violencia machista aunque no sea ejercida por su pareja o expareja, son 49 mujeres y 8 niños asesinados.

Ahora, con las medidas propuestas por Vox, Eduardo teme que las mujeres se echen atrás a la hora de denunciar y que "tengan miedo a la hora de dar los pasos". Algo que supondría un gran retroceso después de que en los últimos años, la violencia de género haya estado en el centro del debate político.

"Aquí vamos a seguir"

Eduardo recuerda que su compromiso con estas personas va "más allá del trabajo". Se trata de personas en situación de riesgo. "A estas mujeres y a sus hijos los matan. Nosotros les acompañamos en todo el proceso para evitarlo", explica.

Sara cree que se deberán "asumir responsabilidades por poner en riesgo la vida de las mujeres". Pero tanto Vox "como aquellas otras formaciones que amparen o aplaudan este tipo de declaraciones".

Antes de acabar, Eduardo quiere lanzar un mensaje a aquellas mujeres que necesiten ayuda: "No nos van a amedrentar. Aquí vamos a seguir y aquí nos van a encontrar estas mujeres y estos niños, de servicio las 24 horas".