8 señales de que la primera cita no invita a una segunda
En un mundo ideal, las primeras citas serían como en las películas románticas de Hollywood. Pero seamos honestos, una cosa son las películas y otra cosa es la vida real.
En un mundo ideal, las primeras citas serían como en las películas románticas de Hollywood. Sabrías al intante si has conocido a tu pareja ideal o, al menos, a la persona ideal para pasártelo bien una noche sin compromiso.
Pero seamos honestos, una cosa son las películas y otra cosa es la vida real. Muchas veces, al acabar una primera cita, piensas que ha estado bien. Ni genial ni horrible. Simplemente bien. Para estos casos en los que no sabes muy bien qué esperar, ¿cómo puedes decidir si tienes una segunda cita o no?
“Tiene que haber al menos una chispa entre vosotros. Si te sientes indiferente, haz caso a tu instinto”, recomienda Caroline Lovett, psicoterapeuta sexual y de parejas. “Algunas personas dicen que la chispa aparece después, pero yo pienso que las primeras impresiones son muy importantes. Haz caso a tu interior”.
Si aun así no sabes qué hacer, presta atención a los siguientes indicios que te ayudarán a filtrar primeras citas.
¿Buscas una relación seria o un rollo sin compromiso? La mejor forma de evitar malentendidos y desengaños es dejar claras tus intenciones desde el principio y pedirle a tu cita que lo haga también.
“Presta atención a sus anécdotas y experiencias por si le ha hecho ghosting a alguna persona antes”, aconseja Lovett. “Esa sería una señal clara de que no quiere algo serio y de que no te está hablando con sinceridad”.
La impuntualidad, aunque sea molesta, no tiene por qué ser un motivo para descartar a una persona en la primera cita, asegura Lovett. “La vida es así y a veces llegamos tarde a los sitios sin querer. Se puede averiar el coche, puede haber un atasco inesperado en la carretera, puede haber recibido un encargo de última hora en el trabajo, etc.”.
Lo que sí importa es la reacción de esa persona al llegar tarde. Si se ha puesto en contacto contigo para avisarte de que va a llegar tarde, se ha disculpado y ha prometido que te compensará en la segunda cita, Lovett considera que hay que concederle el beneficio de la duda. Si se muestra indiferente y no tiene intención de disculparse, parece evidente que la cita no estaba muy arriba en su lista de prioridades.
Unos pocos silencios incómodos son algo normal en una primera cita por los nervios. No obstante, si veis que no tenéis ningún interés en común del que hablar, probablemente no merezca la pena volver a quedar.
“No tienes que proponerte cambiar a la otra persona, tienes que sentir que hay cierta conexión entre ambos”, asegura.
Flirtear también es una buena señal en la primera cita, así que empieza a sospechar si ninguno de los dos siente ganas de hacerlo.
Si tu cita muestra más interés en el móvil que en ti, mal asunto, comenta Lovett. “También extendería esa falta de atención a los alrededores. Si le interesa más lo que pasa al otro lado de la calle o en la mesa del fondo de la cafetería, no le restaría importancia. En una primera cita, el centro de atención debería ser siempre la otra persona”.
Del mismo modo, si esa falta de atención te está pasando a ti y estás pensando en las musarañas, es una señal de que no te interesa un futuro con esa persona.
Todo el mundo menciona de vez en cuando a su expareja cuando la conversación lo permite o lo requiere. Eso, por sí solo, no es algo malo, tranquiliza Lovett. Sin embargo, si tu cita no deja de mencionar a su ex, quizás no haya superado aún la ruptura. En este caso, la gravedad del asunto depende de las intenciones que tengáis.
“Si solo buscáis diversión, no pasa nada, pero si buscáis algo serio, probablemente tu cita necesite algo de tiempo para recuperarse. No estás ahí para curar las heridas amorosas de nadie”, advierte Lovett.
La gente normalmente muestra su mejor cara en la primera cita. Sin embargo, si es todo fachada, es posible que se derrumbe al hablar con otras personas. Presta atención a los modales que muestra con los camareros o con las personas de alrededor, señala Lovett.
“Si percibes que es una persona maleducada con los demás, llegará un momento en el que lo será también contigo si empezáis una relación seria”, avisa.
“Si en la primera cita ya muestra sus celos cuando hablas de tus experiencias pasadas o de las personas con las que sueles quedar, no lo pasaría por alto, porque puede ser el pórtico a una relación tóxica con una persona controladora”, advierte Lovett.
Tu cita no debería hacerte sentir mal por quedar con tus amigos consolidados; es decir, los que ya eran tus amigos antes de empezar la relación, ya que siguen formando parte de tu vida. Eso incluye a las exparejas, si mantienes la amistad.
Tener distintas formas de pensar es algo bueno, ya que deja espacio para que cada uno se siga desarrollando como individuo dentro de la relación. Sin embargo, esas formas de pensar deberían basarse en unos mismos valores morales para que la relación funcione.
La política no es siempre el obstáculo más duro. De hecho, Lovett recibe cada vez más clientes con problemas en sus relaciones porque un miembro de la pareja es vegano y otro, no. Llegado el momento, piensa en lo importante que son para ti los hábitos alimentarios de tu potencial pareja, porque no puedes obligar a nadie a cambiar.
“Se trata de descubrir lo que te resulta importante a ti. Si eres vegano, ¿estás dispuesto a salir con personas que coman carne? Solamente tú puedes responder a esa pregunta”, explica. “Si te resulta desagradable compartir mesa con una persona que está comiéndose un chuletón poco hecho, quizás también te desagrade darle un beso después”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.