5 razones por las que Trump debe estar preocupado por un 'impeachment'

5 razones por las que Trump debe estar preocupado por un 'impeachment'

ASSOCIATED PRESS

“Si hubiéramos estado seguros de que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho”. El fiscal especial Robert Mueller no pudo ser más claro en su comparecencia de ayer, en la que hizo un balance final de su investigación sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EEUU en 2016 y la posible implicación del presidente republicano, Donald Trump. Un hombre contenido que mide sus palabras al milímetro, un soldado que se cuadra ante el jefe que sea (y ha estado a las órdenes de Bush padre y Bush hijo, de Clinton, de Obama) porque el honor y la legalidad está por encima de todo, lanzó con esta frase un balón al rojo vivo que ahora está en el tejado del Congreso estadounidense.

Mueller vino a decir que su investigación puede seguir abierta, que no exime aún al presidente de los delitos investigados y que si no va más allá es porque, según el Departamento de Justicia, la Constitución obliga a “otro tipo de proceso” para acusar formalmente a un presidente en activo. Ese otro proceso se llama impeachment o juicio político y tiene que asumirlo la Casa de Representantes, a la que el fiscal dejó abierta la puerta. “Yo he llegado hasta aquí. Ahora es cosa vuestra”, le faltó afirmar.

Mucho se ha especulado desde su llegada al poder, tras las elecciones de noviembre de 2016, con la posibilidad de un proceso que destituya a Trump, pero nunca ha cuajado. Ahora tiene más posibilidades que nunca. Estas son las razones por las que debería estar preocupado... siempre que no sea precisamente esto, justo esto, lo que está buscando.

Razón 1: Porque empiezan a ser muchos los demócratas que lo reclaman

Hasta ahora, la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, ha sido muy prudente, reacia a presentar este proceso. “Trump nos está provocando (...), puede que el impeachment sólo ayude a solidificar su base”, prevenía hace pocos días. Sin embargo, las voces críticas en el seno de su formación, la demócrata, se han multiplicado tras la comparecencia de Mueller, porque entienden que el cuerpo legislativo ya no puede permitir por más tiempo las mentiras del magnate.

Pelosi ha llegado a decir que no se siente presionada, porque no más de 35 o 38 de los 238 congresistas con que cuenta su grupo le están pidiendo que dé el paso. “Estamos pensando qué hacer”, dice, porque si lo arman tiene que ser un caso “sólido” que sirva para “obtener los mejores resultados para el pueblo de Estados Unidos”. Pero sus palabras se diluyen en los hechos: ayer tuvo que reunir de urgencia a todos sus diputados, porque la idea está sobre la mesa hasta el punto que cuatro de los 20 candidatos demócratas a presidir la Casa Blanca se han manifestado ya a favor del proceso. Se trata de Kamala Harris, Elizabeth Warren, Cory Booker y Julián Castro.

“Esto no va de política, va de Constitución. No hicimos el juramento de proteger a Trump, sino de proteger la Constitución y la manera de hacerlo es iniciar ahora el procedimiento de juicio político”, resume Warren.

Es verdad que los dos candidatos mejor situados, Joe Biden y Bernie Sanders, también son más templados, pero incluso ellos están empezando a ver que, a tenor de lo desvelado por Mueller, las cosas no pueden seguir así mucho tiempo. “Tenemos al presidente más peligroso de la historia moderna de EEUU (...) pero el problema es que nos encontremos con un proceso, yendo al corazón de las elecciones de 2020, en el que sólo se hable de Trump o de Mueller y no de sanidad, salario mínimo o cambio climático, y acabe siendo ventajoso para él”, dice Sanders. Biden, por su parte, reconoce que es una vía que “a nadie le gusta”, pero “puede ser inevitable si la Administración sigue por este camino”.

Congresistas de la nueva ola demócrata, muy carismáticas, como Alexandria Ocasio-Cortez, Ilham Omar y Rashida Tlaib, también quieren la destitución de Trump para ya. Otro con tirón, Steve Cohen, lo ha resumido claramente: “Al presidente Clinton lo intentaron destituir por tener sexo. Trump está violando a todo el país y nosotros no hacemos nada”. Hasta un legislador republicano, Justin Amash, se ha atrevido a cuestionar a su jefe y apostar por esta salida. Es el primero, pero no se espera que haya muchos más.

El proceso de juicio político, aunque se aprobase en el Congreso, necesita el aval del Senado, por una mayoría de dos tercios, cuando esta cámara está en manos de los republicanos. O los conservadores se revuelven contra su líder o no hay manera de sacarlo adelante.

Razón 2: Porque puede ser la única baza demócrata para ganar en 2020

Trump está asaeteado en público con los datos del informe Mueller y eso, obviamente, daña su imagen. Pero hay tantos secretos que no se han podido desvelar, folios censurados y comparecencias vetadas que el hueso, el meollo, lo que los demócratas temen aún más escandaloso y comprometedor, no se ha visto. Así que el presidente, mientras, se agarra a su nuevo eslogan: “No collusion, no obstruction”, no hay colusión ni hay obstrucción.

No es eso lo que dice el fiscal, que llegó a investigar hasta 10 casos contra Trump, sino que no lo ha podido constatar. De hecho, hasta al presidente se la juegan las palabras; en su tuit de alivio final escribió: “hay evidencias insuficientes y, por tanto, en nuestro país todo el mundo es inocente hasta que se demuestra lo contrario. Caso cerrado”. Ni siquiera dijo que es inocente.

Trump, obviando que no está claro que no delinquiera, se vanagloria de que la economía patria está floreciendo, de que tiene el apoyo del 46% de los electores (Gallup dixit), de que se ha metido a los republicanos en el bolsillo, hasta a los que nunca gustó su irrupción en el partido. Por eso hay quien piensa que un impeachment sólo puede hacerle bien, mostrarlo como el mandatario perseguido por la izquierda mientras hace América grande de nuevo.

Sin embargo, son mayoría los analistas que en las últimas horas entienden que la prudencia de Pelosi es excesiva ya y que si los demócratas no plantean pelea no van a tener opción alguna de ganar en las presidenciales de 2020, sea cual sea su candidato final. Allan Lichtman, un profesor de la Universidad de Washington famoso porque ha clavado los resultados de las nueve últimas elecciones, augura que sólo si impugnan a Trump podrán pelear con posibilidades. “Los demócratas están divididos entre lo que está bien y es constitucional y lo que es políticamente bueno. No es sólo un voto en la Cámara, sino que obliga a Trump a la rendición de cuentas públicas, a aportar informes, pruebas, declaraciones...”, dice a la CNN.

Hasta ahora, la Casa Blanca se ha negado siempre a colaborar con la justicia y a cumplir los requerimientos de documentación y declaraciones del Congreso.

Razón 3: Porque los ciudadanos son favorables

El juicio político es bien visto, hoy, por la mayoría de los electores, aunque no por una enorme mayoría. Según un sondeo hecho por Reuters e Ipsos el pasado 19 de mayo, el 45% de los votantes es partidario del impeachment, una cifra que ha subido cinco puntos desde la última encuesta, que databa de abril.

La inclinación al sí va subiendo, pero sigue habiendo otro 42% que lo rechaza. El apoyo, lógico, es mayoritario entre los votantes demócratas.

Razón 4: Porque sólo el debate le puede bloquear políticas diarias

Trump sostiene que es “probablemente el presidente más transparente de la historia de EEUU” y acusa a los que apuestan “por esa palabra que empieza por i” de poner piedras en el camino de su gestión.

Estas declaraciones las hizo justo tras conocerse la comparecencia de Mueller y tras una nueva rabieta del magnate: iba a reunirse en la Casa Blanca con una delegación demócrata encabezada por Pelosi para tratar un plan de infraestructuras pero, al conocer que se removía el asunto del juicio político, entró en la sala de reuniones, se lo reprochó a la presidenta de la Cámara de Representantes y se fue, indignado.

Trump no tiene la mayoría de esa Cámara y hay cosas que necesita negociar con sus oponentes. Si sólo la sugerencia de “esa palabra con i” le desconcierta como para anular una reunión, la apertura del proceso puede acabar bloqueando partes de su gestión diaria.

  Nancy Pelosi, junto a otros representantes demócratas, tras reunirse con Donald Trump esta semana. REUTERS

Razón 5: Porque mientras se aclaran los demócratas, puede tener algo peor que un ‘impeachment’

¿Vamos o no vamos al impeachment? Hasta que los demócratas se aclaren, lo que les queda mientras es apretar las tuercas en el Congreso y ante la justicia para que Trump empiece a rendir cuentas de sus actos, un término medio que agrada a los diputados más conservadores.

La idea es pedir una declaración de impuestos completa del presidente, una copia del informe Mueller no editado ni censurado y la comparecencia de algunos asesores clave, como Don McGahn, un abogado cuya declaración ha acabado bloqueando Trump, o la de William Barr, el fiscal general de EEUU.

El problema de esta vía suave es que se muere pronto: Trump no está obligado a presentar su declaración, en el caso del informe íntegro, tiene potestad para bloquear su publicación y en cuanto a las declaraciones, puede igualmente usar su privilegio presidencial para evitarlas. En el hipotético caso de que el caso acabase en el Tribunal Supremo, tampoco hay obstáculos, porque los jueces son en su mayoría favorables a Trump.

Lo que se consigue por este camino es mucha presión, obligar al presidente a retratarse, a bloquearlo y prohibirlo todo y dejarlo ante los ciudadanos como alguien opaco, que no quiere que se desvelen sus (presuntas) vergüenzas. Ya está empezando a verse, con requerimientos como el lanzado por un magistrado federal de Nueva York que ha pedido documentos financieros de dos bancos que han trabajado en los negocios de Trump, el Deutsche Bank y Capital One. El juez busca en ellos “una posibilidad de influencia extranjera en el proceso político de Estados Unidos”. El presidente no los quiere dar por ser una exigencia “ilegítima e inconstitucional”, dicen sus defensores.

Como no hay opción judicial de procesar a un presidente en ejercicio, aparte del juicio político lo que queda es, si no, esperar a que acabe su mandato (bien en 2021, bien en 2015, si revalida el cargo) e investigarlo entonces. Muchos republicanos denuncian que Mueller ha hecho su investigación a sabiendas de que no podría dar, al menos ahora, el paso final, pero al menos así han quedado recogidas todas las pruebas, todos los documentos, y de hecho ya se ha procesado a siete colaboradores de Trump por esta causa.