2018-2030: Tecnología al servicio de la sociedad, ¿o al revés?
Ya he escrito muchas veces que no estamos en un tiempo de cambios, sino en un cambio de tiempos: una nueva era. Lo que no es tecnología, es filosofía, y todo, según parece, ha de parecer magia. Y de tecnología y de magia, a ojos de un senior del siglo XX, estamos sobrados.
Hay un círculo, en parte virtuoso, en parte vicioso, de contribución mutua entre sociedad y tecnología. Las necesidades sociales generan tecnologías que cambian los modos sociales, los usos sociales, incluso políticos (piensa en Trump y sus tuits nocturnos), y cambian el hecho económico (por ejemplo, el e-commerce y la revolución digital "smartphonecéntrica. A medida que aumente el poder y la velocidad del procesamiento móvil, más aplicaciones y dispositivos acelerarán la transformación digital). La sociedad está cambiando, y la tecnología, también. Y creo que los próximos doce años van a ser revolucionarios.
Nos acostumbraremos a usar cada día menos el dinero, al menos como lo hemos conocido. El blockchain está cambiando el uso del dinero y las instituciones financieras. Si los bancos y empresas de seguros son capaces de acelerar las transacciones y eliminar los costes del sistema, esto implicará que los servicios para el usuario se vuelven más baratos y más eficientes en el corto plazo.
Otras tendencias importantes son la creciente independencia de las energías fósiles, la computación en la nube, los superordenadores, el procesamientos de datos y textos, ciberseguridad, internet de las cosas (por ejemplo, el cepillo de dientes inteligente de Philips evalúa cómo se lava su dueño los dientes y, en unos años, podría programar su cita con el dentista), serán, desde un punto de vista más "hard", cambios revolucionarios, con un efecto tremendo, por cierto, en el empleo y los usos sociales.
El aumento del uso de grafeno y nuevos materiales, la nanotecnología, los nanomateriales y la nanoelectrónica coadyuvarán a que la tecnología sea más independiente de la energía y más barata, más democrática, en suma.
El Big Data y modelos de toma de decisiones (en gran medida automatizados) basados en algoritmos y en estadística, supondrán, al complementarse con la inteligencia artificial, una revolución en el mundo de la empresa. La empresa cognitiva integra conocimiento interno y externo para convertirlo en acción por análisis cuantitativo, pero también cualitativo automatizado, por difícil que resulte creerlo. Esto impactará en la sanidad, ya se dice que la inteligencia artificial hará del cáncer una enfermedad "rara". Ojalá sea así en el corto plazo.
La tecnología traerá humanos aumentados, mejorados, con ingeniería de tejidos y medicina regenerativa, implantes humanos, biología sintética, genomas personales. Medicina personalizada, marketing personalizado, asistencia (en todo el sector servicios) personalizada, ¡personalización y automatización por doquier! También en el sector industrial, la industria 4.0: fábricas robotizadas (dónde sólo hay un hombre y un perro. El hombre da de comer al perro que se encarga de que el hombre no toque las máquinas, según el chiste que nos contó el economista Tyler Cowen )
Realidad virtual, aumentada y mixta pueden generan usos experienciales en turismo, pero aplicaciones en sanidad que son, realmente, esperanzadoras.
La impresión 3D y 4D supondrá una revolución en la fabricación de cosas y casas, una transformación radical del sistema productivo que se irá implantando poco a poco. Para el 2025, es probable que el precio de las impresoras 3D permita que la mayoría tenga una. La disponibilidad para moldear materiales de manera económica hará posible que cualquiera pueda convertirse en fabricante, en un maker.
El envejecimiento poblacional va a generar un foco creciente de investigación en tecnología para la asistencia a los mayores, y una "silver economy" centrada en desarrollos para generar comodidades y facilidades de vida a los longevos y sus familiares. Hoy los robots se encuentran principalmente en fábricas y naves industriales, pero la ciencia de la robótica se está introduciendo en la vida diaria, aspiradoras o podadoras automáticas, por ejemplo. En el futuro, harán las compras, protegerán nuestro hogar y darán atención médica, dispensarán cuidados y ¡darán consejos de cómo orientar las relaciones personales!
Ciudades inteligentes y llenas de coches autónomos (quizá con objetos voladores para desplazamientos urbanos e interurbanos-de cercanías), formación y aprendizaje innovador, en una sociedad globalizada y políglota dónde todos podemos comunicarnos con traducción simultánea y hacer amigos y negocios en cualquier lugar, en cualquier momento y a través de cualquier dispositivo, sin que el idioma sea un obstáculo. El sueño de L. L. Zamenhof, creador del esperanto.
Habrá agricultura de precisión, acuicultura, alimentos innovadores que, esperemos, ayuden a aliviar el hambre en el mundo y a prever el creciente problema del agua potable.
Entre tanto, en el camino, las empresas seguirán obsesionadas por brindar magia digital a sus clientes, y tomando conciencia creciente, quiero creer, de que nada puede reemplazar el valor de la interacción humana: personas que miman personas a través de la tecnología. Las compañías necesitarán mantener el contacto humano en sus relaciones con sus clientes, vincularse y enganchar a las personas brindando experiencias de comodidad, facilidad y disfrute con tecnología, sin perder de vista la autenticidad de la marca y la eficiencia de costes.
Conforme la tecnología desempeñe un papel cada vez mayor en las relaciones con el consumidor, el elemento humano se volverá cada vez más valioso para sus clientes. Será necesario combinar a la perfección sus relaciones digitales y personales con los clientes. La "servitización" será una palabra clave de los próximos doce años: si los productos son casi iguales, "comoditizados" en gran medida, no es el "qué", sino el "cómo" marca la diferencia entre proveedores de productos y servicios. La experiencia seguirá siendo el elemento diferencial. Las compañías deben esforzarse en proporcionar la mayor eficacia vinculada a un excelente servicio y facilidad de uso.
Para prosperar ahora y mañana, habrá que combinar impecables relaciones digitales y personales con el cliente para que los consumidores experimenten ambas sin problemas. La experiencia omnicanal debe proyectar los aspectos más positivos de su marca, su estilo e identidad, con total coherencia y consistencia.
No puedo precisar como la tecnología ayudará a resolver otros grandes problemas de la humanidad como problemas medioambientales y las enormes diferencias de riqueza existentes. Supongo que la contaminación irá a mejor, y la depredación de bosques para hacer papel, y quizá la industria sea más limpia en el futuro. Tampoco sé calibrar como se verá afectado el efecto invernadero o elevación global de la temperatura media del planeta con el consiguiente aumento del deshielo de las zonas polares y la subida del nivel del mar, que en breve anegará amplias zonas costeras. No sé si la tecnología ayudará con suficiente velocidad a la crisis global del agua. Pero sí sé que estoy viviendo un tiempo histórico absolutamente nuevo, y soy un privilegiado por ello.
Nunca pensé que una revolución fuese esto, pero lo es, y la más grande, quizá, de las vividas anteriormente por la humanidad.