13 imágenes del mundo que definen 2020
Nunca volveremos a ver otro año como este.
Aplausos y enfado desde los balcones cuando una pandemia hace estragos, camiones militares portando ataúdes, profesionales sanitarios ataviados con equipos de protección individual y millones de personas manifestándose por la justicia racial.
No volveremos a ver otro año parecido al 2020.
Aquí tienes 13 imágenes que definen el 2020 seleccionadas por los editores del HuffPost de todo el mundo.
El doloroso sonido del silencio. El Covid situó a España en el centro de la atención mundial por el desmedido impacto de la pandemia. El ruido de fuera contrastaba con el silencio dentro del país: durante cien días de confinamiento desaparecieron las voces, el ruido de los pasos. La vida. Ni siquiera se oían las sirenas de las ambulancias.
Un silencio que, inexorable, se rompía a las ocho de la tarde, cuando los españoles salían a aplaudir desde sus balcones para agradecer a los servicios sanitarios su trabajo. Un gesto de solidaridad, pero sobre todo una necesidad para vernos, para saber que había vida frente a nuestro balcón.
El incremento de fallecidos hizo que se pasase del agradecimiento a la rabia: los aplausos se transformaron en caceroladas por la gestión del Gobierno de la crisis. El país se partió en dos. Del aplauso a la ira y a la angustia que deja un año con más de 50.000 muertos y dos millones de contagiados.
Una angustia menor que la de los familiares que no pudieron despedirse de sus seres queridos. Porque 2020 ha sido para España el año del silencio.
— Guillermo Rodríguez, HuffPost España
A pesar de registrar menos muertes que muchos países similares, Japón no ha podido escapar del impacto que ha supuesto la COVID-19 en la vida de todos.
Sin embargo, la famosa hora punta de Tokio apenas ha sufrido cambios.
En marzo, el Gobierno japonés instó a las personas a evitar espacios atestados de gente y al teletrabajo. No obstante, no todos lo han podido hacer, puesto que muchas empresas se niegan a implementar políticas de trabajo flexible.
Pese a que con el tiempo la pandemia atrajo a menos personas a los saturados trenes de Japón, las estaciones principales como la estación Shinagawa en el centro de Tokio, fotografiada aquí a principios de marzo, estaban llenas de personas cubiertas con mascarillas desplazándose al trabajo en la hora punta de la mañana.
A mediados de diciembre, Japón ha registrado al menos 201 000 casos de coronavirus y 2833 muertes.
— Satoko Yasuda, HuffPost Japón
Fue la noche más oscura de Bérgamo, la ciudad más afectada por el coronavirus en Italia.
Con las primeras luces del amanecer del 18 de marzo, después de introducir su valiosa carga, 15 camiones del ejército conducían lentamente en fila del cementerio a la autovía para salir de la ciudad. Portaban 65 ataúdes que la ciudad no podía enterrar: no quedaba más espacio en el cementerio, los servicios funerarios estaban al borde del colapso y no podían incinerar más cuerpos.
El 18 de marzo, Italia registró 475 muertes relacionadas con el coronavirus, y alcanzó la cifra total de casi 3000 muertos, incluidos 319 en Lombardía, la región más afectada del país, donde se encuentra la ciudad de Bérgamo.
Los soldados escoltaron los ataúdes hacia el sur, a la ciudad de Bolonia, en la región vecina de Emilia-Romaña. Después de incinerarlos, las cenizas retornaron a sus seres queridos. Fue la única comitiva funeraria que se pudo permitir Bérgamo. Desde las ventanas, la gente miraba y lloraba.
Bérgamo y su provincia sumaron unas 6000 víctimas en la primera ola de la COVID-19, durante los meses de marzo y abril. A finales de junio, se celebró una misa de réquiem por los caídos en la ciudad: un gran funeral colectivo para todas las personas que no tuvieron uno. Casi todos los ciudadanos de Bérgamo han perdido un progenitor, un hijo o un hermano en la pandemia.
— Giulia Belardelli, HuffPost Italia
Al ser uno de los países donde afectó antes el coronavirus, Corea del Sur presenció un repunte de casos de COVID-19 en primavera. Por mucho que estuviera preparado el Gobierno, el virus golpeó duramente y rápido. La mayoría de los ciudadanos se temieron lo peor. Se produjo una sensación de pánico.
Entonces, se encontraban las enfermeras en primera línea, que dedicaban horas y horas a cuidar a sus pacientes.
“Hago todo lo que puedo”, comentó la enfermera Kim Eun-hee.
Sin embargo, necesitaban encontrar desesperadamente una forma de protegerse de las dolorosas lesiones provocadas por llevar varias capas de equipos de protección.
Las enfermeras se pusieron almohadillas, apósitos y cinta en frente, pómulos y nariz, y los llevaron como señal de honor.
Las imágenes eran alentadoras, potentes y simbólicas. Corea del Sur pudo evitar lo peor, y no se albergan dudas en cuanto a que cada persona que se mantuvo en primera línea jugó un papel imprescindible en ello.
Cuando la enfermera Yun Na-yong (fotografiada arriba) posó en una foto durante un descanso entre turnos en el hospital Keimyung University de Daegu el 12 de marzo, se le preguntó si tenía algún mensaje que dar.
“Ganaremos”, declaró Yun.
— Wan Heo, editor principal, HuffPost Corea
En junio, Patrick Hutchinson, un activista y simpatizante del movimiento Black Lives Matter, llevó al contramanifestante de extrema derecha Bryn Male a un sitio seguro durante un momento de tensión en una manifestación del BLM en el centro de Londres.
La imagen la hizo el fotógrafo Dylan Martinez de la agencia de prensa Reuters y se hizo viral rápidamente, y muchas personas consideraron a Hutchinson un “héroe”.
Los medios se centraron en la foto: salpicó las portadas de periódicos de todo el mundo, y apareció en carteles en toda la capital.
“No solo se trataba de salvar una vida, sino que también era salvar una historia, e impedir que se descarrilara con algo tan negativo como, por ejemplo, la muerte de una persona”, comentó Hutchinson durante una entrevista informal con HuffPost U.K.
Sin embargo, algunas personas ponen reparos a la popularidad de la imagen, alegando que la política del respeto y la idea de que las personas negras deban responder con bondad cuando se enfrentan al racismo o a la violencia no sirven para proteger a las propias personas negras.
— Nadine White, HuffPost Reino Unido
Las gradas puede que estén vacías en el estadio Villa Park de Birmingham, pero Inglaterra estaba llena de orgullo cuando los jugadores y árbitros doblaron una rodilla el 17 de junio antes del primer partido de fútbol de la Premier League en Inglaterra desde marzo.
El árbitro Michael Oliver sopló el silbato del saque inicial antes de que él y los demás árbitros se unieran a los jugadores para arrodillarse durante unos 10 segundos en apoyo al movimiento Black Lives Matter.
A medida que se desarrollaba la escena, el comentarista de Sky Sports Rob Hawthorne capturó el momento: “Miren esto”.
“Una potente imagen para demostrar la conciencia social del fútbol mientras todos los jugadores se arrodillan”, comentó. “También lo ha hecho el árbitro”.
El partido entre el Aston Villa y el Sheffield United acabó 0-0 y se jugó sin aficionados. Sin embargo, la imagen de los jugadores arrodillándose se repitió desde entonces en todos los partidos de la Premier League.
— James Martin, HuffPost Global
Uno de los 3000 residentes atrapados en nueve bloques de pisos en cuarentena en Melbourne (Australia) mira por la ventana y apoya las manos en el cristal.
El confinamiento draconiano en la segunda ciudad más grande de Australia evidenció la forma en que los brotes de COVID-19 de 2020 entre los más vulnerables reciben una respuesta gubernamental excesiva.
“Miraba fuera de mi ventana y no había enfermeras, servicio de limpieza ni comida, solo un montón de policías”, comenta Emel Evcin, una madre de 42 años con dos hijos, desde su piso de dos habitaciones. “No es una cuarentena, es una cárcel”.
Días antes, sin previo aviso, más de 500 policías armados rodearon los bloques y los pusieron bajo un “confinamiento severo” después de que varios residentes dieran positivo en pruebas del coronavirus.
Los residentes estuvieron seis semanas encerrados en sus casas, sin poder salir, dependiendo de paquetes de comida, con dos policías controlando cada planta en cada bloque.
Australia ha registrado más de 900 muertes y más de 28 000 casos a fecha de 22 de diciembre.
— Sasha Belenky, HuffPost Australia
Esta foto, tomada por el fotógrafo de Reuters Carlos Osorio en julio, se hizo viral, puesto que resume la tensión entre Estados Unidos y Canadá durante la pandemia de la COVID-19.
La imagen muestra dos barcos de la icónica excursión en barco Maid of the Mist en las cataratas del Niágara. En el fondo se ve a un barco turístico estadounidense con pasajeros vestidos con chubasqueros azules que funciona con una capacidad limitada al 50 % de acuerdo con las normativas del estado de Nueva York. Avanza superando a un buque canadiense con una limitación de tan solo seis pasajeros de acuerdo con las regulaciones de la provincia de Ontario.
Pese a que la frontera no defendida más larga del mundo esté cerrada, la foto de los barcos ofrece una visión de los diferentes enfoques de los dos países en la lucha contra el coronavirus.
Canadá ha registrado 515 000 casos y 14 332 muertes. Al sur de la frontera, Estados Unidos ha registrado 18,1 millones de casos y 320 000 muertes.
— Andrew Yates, HuffPost Canadá
La muerte de una mujer de la etnia atikamekw que emitió en directo los insultos racistas de los trabajadores del hospital durante los últimos momentos de su vida despertó un movimiento racial en Quebec, con algunas personas refiriéndose a Joyce Echaquan como la “George Floyd” de la provincia canadiense.
La mujer de 37 años y madre de siete hijos murió el 28 de septiembre en un hospital de Joliette, a tres horas hacia el sur en coche desde su casa en la reserva de la nación originaria de Manawan. Poco antes de su muerte, publicó un vídeo en directo en Facebook en el que se la ve atada a la camilla mientras dos profesionales sanitarios profieren consignas racistas.
“Eres una tonta”, le dice un empleado en francés. “Estás mejor muerta”, murmura más tarde, y dice que Echaquan “solo sirve para follar ”. Su muerte se produjo minutos más tarde.
La historia de Joyce provocó una ola de llamadas para terminar con el racismo sistémico en Quebec y dio lugar a una inversión de 11 millones de dólares en la provincia para garantizar la seguridad de los indígenas en el sistema sanitario.
— Émilie Clavel, HuffPost Québec
Este era el momento en que un chico llevaba a un niño en brazos mientras los demandantes de asilo huían de una de las instalaciones para migrantes más grandes y famosas de Europa el 9 de septiembre.
Más de 12 000 hombres, mujeres y niños corrían en pánico de los containers y las tiendas hacia los olivares y campos de los alrededores mientras el fuego destruía la mayor parte del atestado y precario campo de Moria, en la isla de Lesbos.
Los críticos llevan mucho tiempo refiriéndose a este campo, construido para albergar a unas 2750 personas, como un símbolo de los fallos de Europa en sus políticas migratorias.
El fuego se inició tan solo horas después de que el ministro de migración afirmara que 35 personas del campo habían dado positivo por coronavirus. Con 10 000 personas por encima de la capacidad del campo, el distanciamiento social se ha vuelto imposible. Hombres, mujeres y niños siguen durmiendo en refugios improvisados hechos de cañas, sábanas y tiendas de campaña recuperadas durante días después del incendio.
— Antonis Fourlis, HuffPost Grecia
El 16 de octubre, Dana Clark y su bebé de 18 meses, Mason, esperaron haciendo cola en el ayuntamiento mientras comenzaba la votación anticipada para las elecciones presidenciales de Estados Unidos en Nueva Orleans.
Clark declara que se puso una cubierta de protección porque no sabía cuánta gente estaría haciendo cola sin mascarilla, y su bebé no tenía una. Comentó que trabajaba de profesora y quería tomar precauciones por sus alumnos.
Esta imagen se volvió viral, y por una buena razón. Mostró el 2020 en una única foto: un año de elecciones caótico con una participación electoral récord e injusticia racial, todo ello rematado con una pandemia.
— Chris McGonigal, HuffPost EEUU
180 bailarines, todos vestidos de negro, con la excepción de una nariz de payaso, realizaron una protesta silenciosa el 12 de diciembre contra el cierre continuado de los espacios culturales en Francia, incluidos cines, teatros y museos.
El grupo, llamado “Les Essentiels”, realizó en la ciudad de Montpellier, en el sur del país, una actuación de mímica que representaba la muerte de la cultura en un país orgulloso de su rico patrimonio artístico.
Junto con restaurantes y discotecas, los trabajadores del sector cultural francés se encuentran entre las víctimas de las medidas de contención emitidas por el Gobierno en una apuesta para frenar la pandemia del coronavirus.
Actores, músicos y bailarines, todos considerados por el Gobierno francés como “no esenciales”, se sienten como los sacrificados del distanciamiento social. Siguen sin estar seguros de si sus disciplinas podrán volver a la vida en enero.
— Geoffroy Clavel, HuffPost Francia
En una décima de segundo, había terminado.
Poco antes de las 7:00 en Coventry (Inglaterra), Margaret Keenan se convirtió en la primera persona en recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech contra la COVID-19.
Keenan, que ha vivido en Coventry durante más de 60 años después de mudarse desde Enniskillen (Irlanda del Norte), lleva una camisa navideña azul en apoyo al Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.
“Me siento muy privilegiada de ser la primera persona en recibir la vacuna contra la COVID-19”, afirma Keenan, con 90 años. “Es el mejor regalo de cumpleaños anticipado que podía pedir, porque implica que puedo pasar tiempo con mis amigos y familiares el próximo año, después de pasar la mayor parte del año sola”.
Keenan recibió los aplausos del personal del hospital Coventry Hospital mientras la empujaban en silla de ruedas hacia su habitación. Poco después le siguió William Shakespeare de Warwickshire, que recibió la vacuna a continuación.
Realmente no veremos otro año como el 2020.
— Sarah Turnnidge, HuffPost Reino Unido.