Dos veces al año toca repetir el ritual de mover las manecillas del reloj por el cambio de hora. Este fin de semana toca ejecutarlo de nuevo para ajustarnos al horario de verano: en la noche del sábado al domingo habrá que adelantarlos una hora, de modo que a las 2:00 serán las 3:00.
El objetivo de comerse esa hora es poder aprovechar más la luz del sol durante los próximos meses y , por tanto, consumir menos electricidad. Muchas personas acusan durante días esta pequeña alteración del sueño y los horarios que, desde luego, da para muchas conversaciones (¡al menos permite variar un poco en las charlas de ascensor!).
El cambio de hora trae consigo esa especie de fin de semana de la marmota. Aquí te adelantamos todas las frases que estos días te van a salir por las orejas:
¿Pero éste es el de adelantar o el de atrasar los relojes?
Nos han quitado una hora de sueño
¿En el móvil se cambia sola la hora?
El cambio bueno es el otro, en el que dormimos más
Esto del cambio de hora es una tontería
Dicen que es para ahorrar pero ¿se ahorra tanto?
Vamos a estar con el sueño descolocado toda la semana
Ahora por las mañanas va a volver a ser de noche
¡Y lo bien que está salir de trabajar y que sea de día!
Quedamos a las dos para comer pero... ¿las dos de ayer o de hoy?