10 alimentos sanos que no debes tomar si estás enfermo (y 10 alternativas)
Algunos pueden agravar los síntomas de la enfermedad.
Cuando los estornudos y el dolor de garganta se extienden por el resto del cuerpo y derivan en la expulsión de fluidos corporales desagradables, todo el mundo tiene una cosa clara: estar enfermo es un asco.
Ya conoces los consejos básicos: bebe mucho líquido, añade jengibre a la dieta cuando tengas náuseas y métele tantos nutrientes al cuerpo como te sea posible, aunque al principio sea mediante líquidos. Una vez retomes los alimentos sólidos, que no sean ultraprocesados ni azucarados. Pan comido, ¿no?
Pues no exactamente. Resulta que hay alimentos sanos que tienen mala reputación cuando una persona está enferma y que acentúan los síntomas de un modo u otro.
¿De qué alimentos se trata y qué deberías comer en su lugar? Sigue leyendo para descubrirlo, pero no olvides que todo el mundo reacciona de forma diferente a la comida. Es decir, que si alguno de los alimentos no recomendados en este artículo te sientan bien, haz caso a tu cuerpo y sigue disfrutando de ellos.
No comas: espinacas
La histamina es una sustancia química que produce el organismo y que provoca síntomas de alergia, pero también se encuentra en muchos otros alimentos. Incluso si un determinado alimento no contiene muchas histaminas, es posible que esté considerado como un liberador de histamina.
“Estos alimentos activan los mastocitos para que liberen histamina y provoquen una respuesta inflamatoria”, explica Renee Wellenstein, doctora en medicina funcional. “Esto puede empeorar la congestión, la fatiga y otros síntomas comúnmente asociados a catarros y gripe”.
Las espinacas no son el único liberador de histamina, también las fresas, los tomates y los cítricos (entre otros alimentos).
Los frutos secos contienen nutrientes importantes para ayudar al organismo a combatir infecciones, como el zinc y la vitamina E. Sin embargo, tal vez prefieras evitarlos durante las primeras etapas de una enfermedad, sobre todo si tienes molestias estomacales o fiebre.
Dado que los frutos secos tienen un alto contenido en grasas (saludables), a tu organismo le costará más digerirlos, lo que puede empeorar tus molestias digestivas y utilizar energía que tu organismo necesita para combatir la infección.
Además, los frutos secos también son liberadores de histamina, lo que puede empeorar la congestión nasal.
“Aunque el brócoli es muy sano por la cantidad de nutrientes que refuerzan tu inmunidad, como las vitaminas A y C, también tiene mucha fibra, algo difícil de digerir si estás enfermo”, advierte Mahmoud Ghannoum, experto en salud estomacal y autor de Total Gut Balance.
Si no quieres irritar más tu aparato digestivo, come alimentos bajos en fibra y fáciles de digerir para que tu organismo se centre en combatir la infección.
El pimiento rojo contiene quercetina, un antioxidante que también tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias. “La quercetina ayuda a prevenir que el virus se duplique, repara los tejidos oxidados por la infección y reduce la inflamación asociada a la enfermedad”, comenta Wellenstein.
También tiene un alto contenido en vitamina C, un antioxidante que reduce la duración de los síntomas del catarro, pero sin la acidez de los cítricos, una ventaja si te molesta la garganta.
Come esto: setas
Las citoquinas son proteínas que refuerzan el sistema inmunitario. Regulan la respuesta inmune haciendo sonar la alarma cuando enfermas y facilitan el sueño cuando estás sano.
Las investigaciones sugieren que las setas como la shiitake, reishi y cordyceps incrementan la producción de citoquinas y ayudan al sistema inmunitario a combatir infecciones, según Wellenstein.
Hay estudios que sugieren que la sopa de pollo tiene propiedades antiinflamatorias, lo que la convierte en un aliado contra los catarros y la gripe.
Uno de los nutrientes del pollo, la carnosina, ayuda al organismo en las etapas iniciales del catarro o la gripe, según un estudio de 2012 publicado en la American Journal of Therapeutics.
Si la idea de comerte una sopa con tropezones de pollo te da arcadas, también te puede valer un caldo de pollo. El caldo contiene electrolitos, como sodio y potasio, que son importantes para mantener el organismo hidratado, asegura Ghannoum.
Cuanto más envejecido esté un queso, más histamina produce. Es el caso del queso Gouda, el queso suizo y el parmesano, entre otros. La histamina de estos quesos puede provocar o empeorar un dolor de cabeza al dilatar los vasos sanguíneos del cerebro.
No comas: alimentos fermentados
La tiramina es un aminoácido que se encuentra en alimentos fermentados como el chucrut o el kimchi y que puede provocar dolores de cabeza.
“A algunas personas les cuesta mucho digerir la tiramina y son más propensas a sufrir dolores de cabeza al tomar alimentos con altas cantidades de este aminoácido”, sostiene Wellenstein.
Estos alimentos pueden iniciar una reacción en cadena que provoca constricción y dilatación vascular en el cerebro, lo que lleva a sufrir dolores de cabeza.
La ternera, el pollo y otras carnes magras contienen riboflavina y coenzima Q10, dos vitaminas importantes que mantienen el flujo de energía del organismo.
“El mecanismo exacto no se conoce, pero están saliendo nuevas investigaciones que sugieren que las migrañas son un problema de metabolismo energético en el cerebro”, comenta Wellenstein, lo que podría explicar que estas vitaminas ayuden con las migrañas y los dolores de cabeza en general.
Come esto: pepino
Cuando el cuerpo está deshidratado, extrae agua de donde puede, y eso incluye el agua del cerebro. El resultado es que el cerebro, incluida la capa protectora que lo rodea, encoge, lo que lo aleja de las paredes del cráneo y provoca dolor de cabeza.
“Tomar alimentos con mucha agua, como el pepino y la sandía, reajusta el balance de fluidos del organismo”, afirma Wellenstein. “El cerebro se vuelve a llenar de agua y el dolor de cabeza se pasa”.
Dependiendo de la gravedad de la irritación de garganta, los alimentos ásperos o de textura irregular, como los vegetales crudos, son más difíciles de tragar y pueden irritar más la garganta, según Wellenstein. Es mejor evitar estos alimentos hasta que la garganta vuelva a estar en pleno funcionamiento.
No comas: cítricos
Comer cítricos cuando estás enfermo es arriesgado. Por un lado, recargan tus reservas de vitamina C y de potasio, pero por otro lado, “la acidez de las naranjas y los pomelos te irrita más la garganta”, advierte Wellenstein, por lo que es mejor buscar la vitamina C y los electrolitos en otros alimentos.
Los huevos no solo son muy fáciles de tragar, sino que también contienen vitamina D y zinc, una combinación que se alía con el sistema inmunitario para demostrarles a los patógenos quién manda.
Además, la proteína de los huevos se descompone en aminoácidos y estos después construyen anticuerpos y otras proteínas que fortalecen el sistema inmunitario.
La miel no solo tiene una textura suave que alivia las molestias de la garganta, sino que también “es un supresor natural de la tos”, sostiene Wellenstein, y puede ser tan eficaz como los medicamentos sin receta.
Además, una revisión publicada en la Iran Journal of Basic Medical Science sugiere que también tiene propiedades antibacterianas.
Los lácteos contienen lactosa, que se descompone en el estómago con ayuda de una enzima digestiva llamada lactasa.
“Durante un episodio de diarrea, la lactasa se queda sin reservas debido a la inflamación del revestimiento intestinal, donde se encuentra esta enzima”, explica Rabia De Latour, gastroenterolóloga y profesora asistente de Medicina en la Universidad de Nueva York.
Tomar lácteos cuando ya tienes la tripa revuelta puede intensificar los síntomas de diarrea, hinchazón y dolor abdominal.
El salvado tiene un alto contenido de fibra insoluble que tiende a recorrer muy rápido el intestino, algo que no te interesa cuando ya estás pasando más tiempo del que te gustaría en el váter. Lo mismo sucede con la granola, el arroz integral y la pasta de harina integral.
“Los azúcares que contienen las alubias, llamados alfa galactosidasa, pueden agravar los problemas intestinales, como la diarrea, los gases y los calambres”, asegura Ghannoum. Esto se debe a que el organismo no sintetiza suficientes enzimas para digerir bien estos azúcares.
Come esto: avena
Además de ser muy suave en el estómago, la avena contiene fibra soluble, lo que ayuda a regular el agua que entra en el intestino y la velocidad a la que los alimentos recorren el organismo.
La avena también contiene selenio, que ayuda a prevenir infecciones, y zinc, uno de los mejores aliados del sistema inmunitario.
El arroz blanco es otro alimento suave que le dará un respiro a tu sistema digestivo. Está repleto de almidón y tiene poca fibra, una muy buena combinación para condensar las heces cuando tienes diarrea, sostiene De Latour. El arroz también es una excelente opción para que el cuerpo se vuelva a acostumbrar a los alimentos sólidos.
Cuando sufres diarrea o vómitos, los niveles de potasio de tu organismo se desploman. El potasio es un mineral importante para equilibrar la cantidad de agua del organismo y para mantener todas las células en perfecto estado.
“Intenta comer plátanos que todavía estén algo más verdes que amarillos”, recomienda Ghannoum. Los plátanos inmaduros “tienen más almidón resistente, lo que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.