Pikachu, guardián del mundo híbrido
El verano de 2016 lo recordaremos por la irrupción de Pokemon Go en nuestras vidas. Contaremos a nuestros nietos cómo multitudes de jugadores concentrados en sus pantallas llenaron plazas antes pobladas de sueños de revolución. Pero, sobre todo, rememoraremos cómo no supimos adivinar la gran disrupción que se ocultaba detrás un monstruo amarillo y sus ciento cincuenta compañeros: la fusión definitiva entre mundo real y digital en una nuevo mundo híbrido.
Foto: REUTERS
El verano de 2016 lo recordaremos por la irrupción de Pokemon Go en nuestras vidas. Contaremos a nuestros nietos cómo multitudes de jugadores concentrados en sus pantallas llenaron plazas antes pobladas de sueños de revolución. Bromearemos sobre los extraños sitios donde sorprendieron a los practicantes del juego. Pero, sobre todo, rememoraremos cómo no supimos adivinar la gran disrupción que se ocultaba detrás un monstruo amarillo y sus ciento cincuenta compañeros: la fusión definitiva entre mundo real y digital en una nuevo mundo híbrido.
Se repite la historia de otros fenómenos de masa en Internet. El mundo híbrido nace de la innovación y no de la invención, surge del uso novedoso de componentes hace tiempo creados. De un lado, la explotación exhaustiva del concepto de los mundos virtuales, que asomaron tímidamente con experiencias como Second Life. De otro lado, la utilización inteligente de una tecnología relativamente obsoleta como la realidad aumentada. La innovación ha permitido que una compañía de apenas cincuenta empleados abra la puerta a la concepción de actividades productivas, la creación de espacios de rentabilidad económica y la necesidad de reflexionar sobre la interpretación de derechos ciudadanos y normas sociales en el naciente entorno.
Los mundos híbridos se convierten en plataforma que habilita la producción de nuevos bienes y servicios. Heraldos de las profesiones venideras son los cazadores profesionales de Pokemon. La potencial rentabilidad de este tipo de servicios queda manifiesta por la venta en eBay de cuentas con distinto grado de desarrollo del juego de Niantic. La oleada híbrida de productos y servicios planteará retos de protección al consumidor y al derecho de la competencia. Como ejemplos respectivos, la delimitación de responsabilidades en cadenas de valor que entremezclen productos y servicios físicos con digitales y limitar abusos de posición dominante por los creadores de un determinado mundo híbrido garantizando el acceso no discriminatorio a los recursos básicos de producción.
La superposición de un plano digital sobre el mundo físico da lugar a la creación de nuevos espacios de actividad económica. Las reglas que rigen sobre el uso comercial de los espacios comunes quedan súbitamente obsoletas. Nuestros corporaciones locales no disponen de las herramientas para ordenar los mundos híbridos. La creación de puntos de encuentro virtuales en el mundo real, como las pokeparadas y gimnasios de Pokemon Go, y el eventual beneficio económicobeneficio económico derivado es ajeno a los poderes públicos. ¿Debe abrirse el debate de la aplicación de impuestos o tasas al uso comercial de las calles y espacios públicos en la los mundos híbridos? Ayuntamientos con finanzas exhaustas pueden entender aplicable una lógica fiscal equivalente a la impuesta al uso de lugares emblemáticos de ciudades en spots publicitarios o al establecimiento de terrazas de verano.
Más allá de la actividad económica, la creación de mundos híbridos desborda también nuestras normas sociales y derechos ciudadanos. Las estrictas leyes de protección de datos personales no se aplican cuando nos capta un jugador de Pokemon Go, que no está obligado a avisar de la captura de nuestra imagen al contrario que cuando nos filman cámaras de vigilancia. Otro ejemplo de regulaciones desbordadas por los mundos híbridos son las que ordenan las concentraciones ciudadanas en la vía pública. La localización de puntos de encuentro de un mundo híbrido en determinados espacios físicos tiene un potencial impacto sobre tranquilidad de vecindarios y el riesgo de convertirse en herramientas de acoso físico. La Policía Nacional ha puesto de relevancia la difícil compatibilidad de realidad física y virtual publicando consejos para jugar seguro a PokemonGo.
Nos encontramos la primera fase de la fusión entre mundo real y digital. Las herramientas de realidad virtual permitirán en un futuro cercano una unión más estrecha entre ambos que la realidad aumentada. La combinación con la inteligencia artificial facilitará la creación de mundos híbridos capaces de reinventarse continuamente y ofrecernos mundos imaginarios personalizados. Los retazos de realidad híbrida que hoy hemos sido capaces de entrever son tan sólo la punta del iceberg. Recordaremos que el guardián de la nueva frontera resultó ser un ser amarillo con aspecto de roedor. O a lo mejor, para poder recordarlo, necesitamos nuestro particular Morfeo que nos ofrezca una píldora roja para ser capaces como Neo de discernir lo real de lo imaginado.