En la tierra del 'sexting', nuevas reglas
Bajo ninguna circunstancia haga sexting con alguien que no conoce o que ni siquiera haya visto, aunque sea por skype. Puede parecer excitante, pero puede estar enviando fotos a un grupo o hasta cometiendo un delito con un menor de edad. Esto es un #fail en toda regla.
El CelebGate, ¡oh!, el bendito CelebGate.
Respecto al sexting puedo aconsejar con tono materno lo que no debe hacer. Puedo incluso hacerle un dibujo bastante gráfico sobre las instrucciones o pretender que usted recuerde estas líneas en su momento más hot frente a su gadget sudoroso; pero la verdad es que cuando tenga su smartphone en la mano y esté completamente decidido a enviar una foto erótica, si no está por la labor de controlar los impulsos animales tecnológicos, poco se acordará de estas reflexiones e irá directamente al grano. O mejor dicho, al botón de enviar, sin pensar en las consecuencias.
Desde la ventana de mi alojamiento por unos días en el Caribe no puedo concentrarme en lo verde de las aguas y lo azul del mar. En mi Ipad se pasean las imágenes que llevan más de un mes rondando por ordenadores, tablets y smartphones del todo el mundo, las imágenes prohibidas que todos hemos visto y que no podremos olvidar por mucho tiempo, las imágenes del Celebgate.
Si usted es de esas personas tipo Jennifer Lawrence o Rihanna que tiene la necesidad incontrolable de hacerse más de cien fotos sin ropa y enviársela a sus ligues, bienvenido, tiene el carnet de ligones de riesgo y hay ciertas cosas que debe considerar.
Primero: somos cotillas por naturaleza. Las fotos sexuales enviadas para un destinatario único regularmente son visionadas por una persona más. Piénselo: usted recibe la foto del genital de un amante y resulta que este tiene una peculiaridad -no entremos en detalle, puede ser grande, pequeño, depilado, con una marca de nacimiento o simplemente gustarle mucho- ¿Qué haría? ¿Va a decir que se va ir al trabajo la mañana siguiente tan tranquilo sin comentarlo con su confidente? Todos tenemos un amigo incondicional, ese al que le contamos todo, al que le decimos el típico "no se lo cuentes a nadie, pero...".
Así que debe ser consciente de que al hacer una foto de carácter sexual, un vídeo o mandar una frase subida de tono a un amante, lo normal -aunque existen excepciones a esta regla, claro- es que alguien más lo vea.
Segundo: anonimato fuera de la nube. No es una canción de un grupo hippie inglés, tampoco insinúo que haga sexting con extraños comiendo nubes con café con leche. Me refiero a que el material sexual que produzca de sí mismo debe ser tratado con el cuidado que merece. No es apropiado dejar ese material guardado en cualquier lugar que tenga respaldo/backup online. Aprendamos del Celebgate: hasta los grandes se equivocan y no puede confiar sus parte intimas ni a Apple.
No es necesario tener copia de seguridad de una foto frente al espejo donde le vemos completamente desnudo con su inodoro detrás. El mundo y usted pueden vivir sin ese backup completamente absurdo, así que bórrelo una vez lo haya usado e intente que su receptor haga la misma tarea. Recuerde que internet es como una especie de Las Vegas, pero sin el anonimato: "lo que pasa en internet, se queda en internet", pero podríamos agregar que "para que lo sepa el mundo entero, para siempre".
Este segundo apartado tiene un anexo bastante importante: haga lo que haga, no se saque fotos donde se vea su cara, le aseguro que a quien está recibiendo su foto subida de tono poco le importa el color de sus ojos o si afeitó la barba.
Tercero: no quiera pasarse de listillo tecnológico. Inventamos la tecnología, pero es una realidad como un puño que nunca vamos a poder controlarla totalmente, inclusive siendo cuidadosos. Así que mi recomendación al respecto es que si puede hacerlo a la vieja escuela, hágalo. Olvide ese tema de enviar material online. Y si quiere compartir cosas sexuales con su pareja, una llamada puede apagar fuegos repentinos. A menos que sea usted Merkel, su pareja los Estados Unidos o salga con algún ex Gran Hermano, es poco probable que alguien le grabe en estos menesteres. Inténtelo, ¿no dicen que lo retro está de moda? Pues podemos volvernos hipsters sexuales y volver a tener bajo control el tema.
Cuarto: el arte del sexting. Si le gusta hacerlo sería una tontería negarlo, así que hágalo con cariño, dedíquele tiempo a mejorar su técnica. No se basa en mandar la foto de sus genitales, escote o derrière así de primera mano. Juegue con la provocación y utilice material hecho por profesionales para sugerir qué aventura quiere vivir con su amante, novio (a), esposa (o), etc.... Le aseguro que será mil veces más efectiva una conversación larga y sugerente que una simple imagen que poco deje a la imaginación.
Quinto: no acepte caramelos de extraños (la quinta pero no menos importante). Bajo ninguna circunstancia haga sexting con alguien que no conoce o que ni siquiera haya visto, aunque sea por skype. Puede parecer excitante, pero puede estar enviando fotos a un grupo o hasta cometiendo un delito con un menor de edad. Esto es un #fail en toda regla.
Por último, banalice lo imposible. Somos ciudadanos de a pie que no tienen representantes que den la cara por nosotros, tampoco abogados que cobren millones de euros por hacer cacería de brujas a aquellas personas que dejen por los suelos nuestra reputación, así que o banalizamos, o banalizamos. Es decir, si le gusta tanto como a nuestras queridas celebrities enviar fotos sin ropa, videos xxx DIY o frases calentitas, interiorice que si lo hace con regularidad lo más probable es que alguna vez el escándalo salga por algún lado -en versión mini o macro-, pero debe estar preparado para las consecuencias de tales costumbres modernas, así que si su paz interior no le puede ayudar a lidiar con semejante situación, NO LO HAGA.