"Ojos que no ven, corazón que no siente"

"Ojos que no ven, corazón que no siente"

Bloquear las vías legales para la inmigración, limitar el derecho de asilo, cerrar las fronteras terrestres, destruir pobres embarcaciones o empujar un poco más allá a centenares de miles de personas que NECESITAN salir no hará desaparecer el problema. Al intentar no ver lo que sucede, nos convertimos en cómplices del drama.

FRANCESCO ARENA/EFE

Esta parece ser la máxima que ha inspirado al Consejo Europeo. Millones de seres humanos huyen de la guerra, del hambre y de la desesperación. El conflicto sirio ha generado ya cerca de 4 millones de refugiados que se agolpan en los países vecinos. Turquía ha acogido en su territorio a más de 1,5 millones de sirios. Una cuarta parte de la población en Líbano son personas desplazadas que buscan asilo. Y mientras, la Unión Europea, al tiempo que reclama a estos países vecinos -mucho menos ricos que nosotros- la apertura de sus fronteras para que puedan entrar todos estos desplazados, no ha sido capaz de aceptar en su seno más que a unas pocas decenas de miles de ellos.

Cuando son doce los millones de personas que han tenido que abandonar sus hogares en Siria, ayer en el Consejo Europeo el debate era si aceptar 5.000 o 10.000 refugiados más para toda la UE. Ni siquiera se consiguió un acuerdo para ese mínimo.

Es la muestra, en términos crudos, de lo equivocadas que están nuestras prioridades ante lo que es una de las crisis humanitarias más graves de nuestra reciente historia. Mientras los gobiernos continúen insistiendo en soluciones de carácter cuasi militar -siempre bajo el esquema dominante de la defensa y la seguridad-, nos seguiremos equivocando, y estaremos faltando además a nuestras obligaciones internacionales, políticas y morales.

Bloquear las vías legales para la inmigración, limitar el derecho de asilo, cerrar las fronteras terrestres, destruir pobres embarcaciones o empujar un poco más allá a centenares de miles de personas que NECESITAN salir no hará desaparecer el problema. Al intentar no ver lo que sucede, nos convertimos en cómplices del drama.

¿Ojos que no ven, corazón que no siente? Pues sí, parece que el corazón de Europa pronto no va a sentir nada.

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Nació el 18 de septiembre de 1960, en Madrid. Tiene estudios en Derecho y Ciencias Políticas y está afiliada desde 1975 a las Juventudes Socialistas de España y desde 1978 al PSOE. En la actualidad, es diputada del PSOE en el Parlamento Europeo. Ha sido vicesecretaria general del PSOE entre febrero de 2012 y julio de 2014. También ha sido diputada en el Congreso desde marzo de 2008 hasta junio de 2014. Anteriormente, desde marzo de 2007 al 5 febrero de 2012, ha sido la secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE. Diputada al Parlamento Europeo de 1999 a 2008, donde ejerció como portavoz socialista de la comisión de Derechos Humanos y miembro titular de las comisiones de Asuntos Exteriores y de Desarrollo y Cooperación. En 2000 formó parte de la Comisión Política del PSOE y de 2000 a 2004 fue miembro del Comité Federal del PSOE, volviendo a ocupar este cargo en 2007. Ha sido coordinadora nacional del Lobby Europeo de Mujeres (1992-1994), vocal del Movimiento Europeo (desde 2004) y fundadora y primera presidenta de la Asociación Mujeres Jóvenes (1984-1990). En 2008 fue nombrada presidenta de la Asociación Aquellos Jóvenes y desde 1999 es presidenta de la Fundación Mujeres.