Talgo incumple con Alemania
"Han engañado durante años a los viajeros y usuarios del transporte público"
Los viajes en alta velocidad entre Ámsterdam y Berlín, a bordo de cómodos y modernos trenes fabricados por la española Talgo, van a tener que esperar porque la Deutsche Bahn (DB) no puede cumplir con el calendario de despliegue que la propia compañía alemana había aprobado. La razón, según el diario alemán Hasepost, un problema con la homologación de las máquinas que han salido de la planta de Rivabellosa, Álava.
De acuerdo con el diario alemán, con la entrega de los trenes ICE L de Talgo y todos los trámites necesarios para la puesta en marcha de la línea, los trenes tendrían que haber empezado a circular entre ambas capitales en 2023. Sin embargo, habrá que esperar aún un año más para que se haga realidad porque "no estarán operativos hasta 2025, según la nueva planificación", señalan fuentes del grupo DB citadas por el medio germano.
Los primeros trenes, por lo tanto, deberían poder entrar en servicio a partir de mediados de 2025 y la razón que, según la Deutsche Bahn, justifica este nuevo aplazamiento son los "retrasos con el proceso de prueba y homologación" de los trenes de Talgo. En febrero del año pasado, la empresa justificó el primer aplazamiento, pasando de 2023 a octubre de 2024, por "dificultades con el suministro" del fabricante español.
El retraso en la entrega de los trenes ICE L está provocando malestar entre los pasajeros, que se ven obligados a viajar en trenes más antiguos e incómodos. La diputada del Landtag de Osnabrück, Verena Kämmerling, ha exigido que se tomen medidas para que la Deutsche Bahn mejore la calidad del servicio ferroviario en la región. "Han engañado durante años a los viajeros y usuarios del transporte público. Quienes desean seguridad y puntualidad prefieren tomar el tren regional, más lento, pero que al menos llega a tiempo.
A pesar de los aplazamientos, la Deutsche Bahn mantiene su plan de retirar de circulación los trenes ICE de segunda generación, para ahorrar en costes de mantenimiento y actualizarse a las nuevas tecnologías de seguridad. Está previsto que estos trenes hayan desaparecido de las vías para 2027 y pasen a utilizarse como donantes de piezas para los trenes de primera generación, que son aún más antiguos.