Fin de semana en la 'España vaciada castellana'
Nos vamos de fin de semana. Recién estrenada la primavera, qué mejor que acercarse con niños a disfrutar de un fin de semana en el campo. Y en esta ocasión os propongo una escapada a la comarca de Lerma, en Burgos. A dos horas de Madrid, creerás que estás en la España medieval con todas las comodidades del siglo XXI.
¿Qué hacer? Lerma es una de esas villas que no tiene parangón. El Parador de Lerma es una de las joyas de la corona de la cadena de hoteles del estado. Restaurado en el 2003, el Palacio Ducal de Lerma es un lujo en si mismo. Ya tenemos dónde dormir.
Para comer, además del Parador, cuentas con un montón de pequeños restaurantes. Mi favorito para comer cordero El Brigante, uno de los mejores lechazos en horno de leña que probarás en toda Castilla y León. Si quieres buscas un sitio 'cuqui', diferente, con una cocina de autor en el corazón de Castilla, es parada obligada el restaurante Galoria, en donde Francis y Gustavo no te dejarán indiferente.
Además de disfrutar de Lerma, sus conventos y la colegiata, tienes a tiro de piedra santo Domingo de Silos y Covarrubias, pueblos turísticos en donde disfrutarás de paseos por calles empedradas y fachadas engalanadas con jardineras a rebosar de geranios, pensamientos y rosales. En Covarrubias está quizá una de las cesterías más famosas de España, en donde el arte de fabricar artesanalmente las cestas de mimbre sigue tan presente como hace siglos.
En Silos, la parada en el monasterio benedictino más famoso del mundo es una obligación. Su ciprés te da la bienvenida, pero es la paz del canto gregoriano la que realmente cambia la percepción de Santo Domingo. Para comer, el Asador Emeterio, el mejor cabritillo salvaje de la zona.
Y no te olvides de acercarte a Peral de Arlanza, allí está Eduardo, el panadero de la comarca: pan de masa madre, artesanal —de verdad— y sin sal. Barras, hogazas, pastas de té, rosquillas… El pan de Eduardo es el must del fin de semana.