Renfe pone una condición para aflojar la soga del cuello de Talgo
La ferroviaria plantea suavizar las sanciones si Sidenor se hace con el control del fabricante vasco de trenes.
Renfe ha ejecutado ya la primera de las sanciones impuestas a Talgo por los retrasos en la entrega de los trenes Avril, una multa que asciende a los 116 millones de euros. Se trata del primer acto de un paquete de penalizaciones que supera los 167 millones, una cifra que amenaza al fabricante de trenes vasco con cerrar en pérdidas el año 2024. Aunque, según El Correo, la operadora ferroviaria podría suavizar el impacto de la multa si Sidenor, como pretende el ministerio de Oscar Puente, se convierte en accionista mayoritario.
La oferta de Sidenor, que busca adquirir hasta un 30% del capital de Talgo, ha recibido el respaldo explícito del Gobierno central y del Ejecutivo vasco. En una visita a la siderúrgica en Vizcaya, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, destacó la importancia estratégica que tiene para la industria española: "La empresa es un ejemplo de innovación y apuesta por las nuevas tecnologías", señaló el ministro.
La operación, por otro lado, cuenta también con el visto bueno de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), lo que refuerza la posición de Sidenor frente a otras opciones internacionales, como la oferta de la polaca Pesa, interesada en una fusión con Talgo y la propuesta húngara que rechazó el Ejecutivo en verano después de su análisis.
Una multa de doble filo
Fue la semana pasada cuando Renfe comunicó a Talgo la ejecución de la primera sanción, equivalente al 20% del coste de los 600 millones de euros por la construcción de los 30 trenes Avril encargados. De estos, aún faltan siete por entregar. Según fuentes del sector, la Renfe podría retener los pagos pendientes si el fabricante no cumple con los plazos.
La reclamación de Renfe llega en un momento crítico para Talgo, cuyos accionistas principales dudan entre aceptar la oferta de 4 euros por acción de Sidenor o explorar la vía polaca, con un potencial acuerdo con Pesa. El contraste es evidente: mientras los húngaros ofrecieron hasta 5 euros por título, la propuesta de Sidenor se ve como una solución estratégica para garantizar la continuidad de Talgo en el ecosistema español.
Con la primera sanción ya ejecutada y la amenaza de nuevas multas, el futuro de Talgo pende de un delicado equilibrio entre las decisiones empresariales y las políticas. Para el Gobierno, la entrada de Sidenor en el capital del fabricante podría garantizar la estabilidad financiera y mantener el control nacional de una empresa que considera estratégica.