La tasa Google pincha en España
Las previsiones del gobierno han quedado muy alejadas de la realidad.
El futuro gobierno que se constituya en nuestro país ya sabe que tendrá que hacer frente a un nuevo problema. Si de algo se ha hablado largo y tendido durante los últimos años con voces a favor, en contra y con algunos moviéndose entre dos aguas dependiendo de la situación, ha sido la política fiscal que debería aplicarse según unos y otros.
En este sentido, y si por algo se ha caracterizado esta última legislatura ha sido por impulsar diversos impuestos a las grandes fortunas, energéticas o tecnológicas, algo que ha provocado también la huida de algunas compañías importantes en sus respectivos sectores para esquivar ciertas presiones fiscales, el caso más mediático fue el de Ferrovial.
Pero centrándonos en la fiscalidad como una cuestión más global, hay diversas cuestiones que deberían preocupar (y no poco) al futuro gobierno de España. Hablamos de determinados impuestos que, según las previsiones que se hicieron hace tres años y hasta el día de hoy deberían haber reportado muchos más beneficios de los que finalmente se lograron.
La Tasa Google: un impuesto fallido
En este punto nos referimos a impuestos como la tasa Tobin (para las transacciones financieras), la tasa Google (sobre los servicios digitales), la tasa a la banca o a las energéticas, etc. Uniendo todos estos impuestos, el Gobierno pretendía recaudar unos 7.000 millones anualmente, una cifra que se ha quedado muy lejos de la real, ya que 'solo' se obtuvieron 4.700 millones.
Esto ha puesto de manifiesto varios errores en los cálculos realizados por el gobierno, teniendo como ejemplo más ilustrativo la tasa Google. Según los cálculos del Gobierno, este impuesto, que grava el 3% del total de los ingresos obtenidos por las tecnológicas en materia de publicidad, intermediación o transmisión de datos, tendría que haber reportado unos 1.200 millones anuales, mientras que la realidad ha sido muy diferente, al ingresar en el año 166 millones de euros en 2021, 278 en 2002 y 138 en 2023, donde todo indica que se llegarán a 270, cifras muy alejadas del objetivo inicial.
A esto se suma el acuerdo que Estados Unidos firmó con varios países europeos, incluido España, por el cual a partir del 1 de enero de 2024 este tributo sería eliminado, una cuestión ante la que el gobierno por el momento no se ha pronunciado.
En definitiva, este es un asunto que el futuro gobierno tendrá que abordar y torear de la mejor de las maneras con el objetivo de evitar un nuevo cisma con Google como protagonista.