La luz para la marihuana enciende las alarmas de Endesa
El problema del fraude eléctrico no solo representa una amenaza para la infraestructura eléctrica, sino que también tiene un impacto social significativo.
La factura de la luz de Endesa tiene un agujero negro: el que le ha dejado el aumento significativo en el consumo de energía eléctrica, especialmente en la provincia de Sevilla, relacionado con las plantaciones ilegales de marihuana. Según datos de la empresa publicados por El Economista, la energía defraudada en los primeros ocho meses de este año se ha quintuplicado respecto al mismo período de 2022.
En concreto, l robo de electricidad ha aumentado de 1,5 millones de kilovatios hora de enero a agosto de 2022 a 5.5 millones en el mismo período de 2023. Estos 5.5 millones de kilovatios hora robados serían suficientes para abastecer a un pueblo de entre 4.000 y 5.000 habitantes durante todo un año, lo que subraya la magnitud del problema.
Este alto volumen de electricidad robada tiene un impacto en las facturas de todos los consumidores. Cada plantación ilegal consume, de media, la electricidad equivalente al consumo de unas 80 viviendas. A nivel nacional, se estima que el robo de electricidad por para cultivos ilegales de marihuana asciende a 2.200 GWh al año, el equivalente al consumo eléctrico anual de la ciudad de Sevilla.
El problema del fraude eléctrico relacionado con la marihuana no solo representa una amenaza para la infraestructura eléctrica, sino que también tiene un impacto social significativo en Sevilla, donde se han registrado protestas de usuarios afectados y preocupaciones por la falta de suministro eléctrico en ciertas áreas.