La fruta del verano da una alegría en los bolsillos españoles
Su situación ha cambiado por completo.
La situación con el melón y la sandía sigue cambiando por completo y tras un verano marcado por los altos precios, las dos frutas más consumidas de la temporada han relajado su valor en las fruterías.
En la última sesión del pasado miércoles de la Lonja del Melón y Sandía de Castilla-La Mancha, los últimos precios se situaban entre 21 y 36 céntimos el kilo para el melón y entre 17 y 26 céntimos el kilo para la sandía.
Asaja denuncia "incumplimiento" de la Ley de Cadena
Asaja y Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha han denunciado el "incumplimiento" de la Ley de Cadena en las ofertas de compra de melón y sandía.
Las dos organizaciones, que representan al sector productor en la Interprofesional del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha, consideran que los precios de compra ofertados por los intermediarios, mayoristas y las cadenas de alimentación "no cubren los costes de producción" de los agricultores y cooperativas, a pesar de que el mercado sigue tirando del consumo y no existen excedentes de producción, según han informado en nota de prensa.
Aseguran que cuando la campaña de melón castellanomanchega llega a su ecuador, la situación del mercado, "lejos de mantener el deseado equilibrio entre todos los eslabones de la cadena alimentaria", se sitúa en "un escenario de pérdidas" tanto para los agricultores que individualmente ponen a la venta sus producciones, como los agricultores que concentran la oferta de las cosechas a través de sus propias cooperativas del sector.
Y es que, según afirman, los precios ofertados en las últimas semanas por los intermediarios, mayoristas y cadenas de alimentación a los productores y a las cooperativas, se han venido situando "en bajadas constantes e injustificadas" del precio, hasta el punto de que, en la actualidad, las ofertas de compra recibidas no cubren los costes de producción de los mismos, incumpliendo lo contenido en la vigente Ley de la Cadena Alimentaria que garantiza unos precios justos que aseguren la rentabilidad de todos los eslabones de la cadena, en especial, del primer eslabón de la misma, que no es otro, que el de los agricultores y sus empresas colectivas.