Qué ocurre con tu hipoteca si el banco quiebra
Existen mecanismos previos para evitar esta caída, como la compra de activos por parte de otros bancos o, incluso, la intervención del Estado.
La firma de una hipoteca es una de las decisiones más complicadas pero a la vez ilusionantes en la vida de cualquiera. Después de la, para muchos, titánica búsqueda de una vivienda que satisfaga las necesidades económicas y personales, llega el momento de solicitar el préstamo a la entidad financiera. La elección de dicho banco también viene determinada por los más o menos requisitos hipotecarios, los tipos de interés, pero también la solvencia y fortaleza económica y financiera de este primero.
Y es que puede darse la situación de que quiebre el banco donde aún quede por pagar parte de su hipoteca contratada. Aunque es un caso muy poco habitual, puede sembrar algunas dudas.
Si hay alguien que piense que si el banco quiebra ya no es necesario seguir pagando lo que quede de la hipoteca, es necesario que sepa que está equivocado. Hay que seguir pagando.
La quiebra de los bancos no afecta a los hipotecados, según aclara el comparador de hipotecas iAhorro. En este tipo de situaciones, la nueva entidad bancaria que se genera asume la responsabilidad de seguir cobrando el préstamo hipotecario del cliente, añade el medio Tododisca. De esta forma, el contrato hipotecario se mantiene en vigor.
Es necesario tener en cuenta que muy difícil que un banca quiebre, según resalta el mismo medio. Esto se debe a que hay mecanismos previos para evitar esta caída, como la compra de activos por parte de otros bancos o incluso, la intervención del Estado.
De un banco a otro
En el supuesto de que una entidad bancaria con deuda sea comprada por otra entidad o rescatada por el Estado, la hipoteca pasa a la nueva entidad, que adquirirá la deuda pendiente por parte del cliente. Es decir, el hipotecado tiene que seguir pagando la cuota en los mismos términos acordados con la entidad bancaria afectada por la quiebra.
Antes de este supuesto, si el usuario teme una posible quiebra, también tiene la posibilidad de cambiar su hipoteca a otro banco. Para ello existen dos mecanismos: la subrogación de la hipoteca o la cancelación del préstamo hipotecario.
El primer caso consiste en trasladar directamente la hipoteca existente a otra entidad. En esta operación la entidad bancaria original de la hipoteca puede exigir algún tipo de comisión al respecto. Además, también puede implicar el pago de gastos de tasación y costes de la oferta vinculante.
En el segundo, la cancelación de la hipoteca, la nueva entidad bancaria salda la deuda con la actual, para que el cliente pueda abrir un nuevo préstamo con el nuevo banco. Este caso, sin embargo, supone pagar una nueva hipoteca desde cero.