La EPA del cuarto trimestre: un broche amargo para un buen año en el mercado de trabajo
Aunque en términos globales los datos de empleo de 2022 son positivos, el cuarto trimestre anticipa un inicio de 2023 plagado de sombras y desafíos, según los expertos.
Los nubarrones ya están aquí, aunque no hay visos de truenos... de momento. Los datos de la Encuesta de población Activa (EPA) han puesto un broche final mediocre a un año de resistencia numantina marcado por la guerra de Ucrania y una inflación desbocada, aunque esta última lleva varios meses en una senda bajista hacia la moderación, situándose en el 5,7%, la más baja de la Unión Europea.
En términos trimestrales, los datos muestran un aumento en el número de parados de 43.800 personas y alcanza los 3,06 millones, mientras que la ocupación se redujo en otras 81.800. Sin embargo, si se mira el global, 2022 firma un resultado en el que se han creado en torno a 278.900 empleos, y una tasa de paro que pasó del 13,65% al 12,87%, si bien es cierto que experimentó dos subidas seguidas en los últimos trimestres.
Para José Manuel Corrales, doctorado en derecho y profesor universitario, los datos son "pobres": "Son datos negativos, sin llegar a ser extremos, algo que por otro lado ya se veía venir en diciembre". El profesor señala que la evolución responde a un "estancamiento", que no necesariamente tendría que derivar en una "destrucción de empleo dramática", aunque hay señales de alarma. "Se ha vuelto a superar la barrera psicológica de los tres millones de parados y es importante que estemos por debajo para consolidar la fortaleza del mercado de trabajo".
Nos encontramos ante el inicio de una "desaceleración", pero no ante un escenario de destrucción de empleo, cuenta Monica Melle, profesora de Economía en la Universidad Complutense de Madrid (UCM): "Lo que nos dice la EPA viene a confirmar lo que venimos viendo en las últimas series de afiliación a la Seguridad Social, una ralentización progresiva ralentización de la creación de empleo". Melle considera "normal" esta pauta, ya que el mercado laboral venía de unos niveles de creación muy fuertes tras el fin de la fase más dura de la pandemia que ha ido disminuyendo en los últimos trimestres de 2022.
El año 2022 ha sido "positivo" para Ana Escribá, directora del grado de Derecho de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). "Queda demostrado que la reforma laboral está acabando con la temporalidad en el empleo, que era uno de sus principales objetivos", sostiene en conversación telefónica con El HuffPost. A este respecto, la directora señala que los fijos discontinuos, que suscitaron polémica por su conteo en las estadísticas a principios de este enero, jugarían un papel fundamental.
En cuanto al paro, aunque ha crecido, Escribá afirma que la tasa sigue muy por debajo de otros años, aunque no espera una recuperación tan grande como la de 2021, cuando se crearon casi 800.000 puestos de trabajo tras el parón de la pandemia. En cualquier caso, Melle no considera que vaya a darse ni una recesión económica ni una destrucción de empleo. "Un crecimiento en torno al 2% no es un mal dato, probablemente vayamos a un panorama de estabilización del ritmo en la ocupación, sin que esto signifique no se vaya a crear, pero será en una medida más reducida", afirma la economista.
"Existe una desaceleración económica que ya venía anunciándose desde hace meses, y el próximo año, que se esperan datos de crecimiento en torno al 2% del PIB, se dejará notar más", incide esta jurista. Por contra, descarta que la situación pueda ser tildada de "dramática", ya que los niveles de ocupación, que rozan los 20,5 millones de personas, alejan el pesimismo. Escribá boga por mantener la "cautela" y ver cómo se desarrolla el primer trimestre de 2023.
La incertidumbre marca el futuro. Corrales advierte de que la evolución de los próximos trimestres, que augura "complicados", dependerá en buena medida de lo que ocurra con dos coyunturas internacionales: la guerra y la economía china. Si el conflicto se desmadra, por ejemplo con el uso de armas nucleares, o si la economía china no consigue remontar del todo, este economista señala que todas las predicciones podrían pasar de castaño a oscuro: "Si cualquiera de esas dos variables se agrava, la situación podría empeorar mucho".
"Es verdad que la situación es muy complicada, con una inflación muy alta derivada de los precios de la energía, aunque en España se ha moderado gracias a la excepción ibérica, aunque no terminan de solucionarse sus consecuencias sobre el precio de los alimentos"., incide Melle. La economista cree que "hasta la primavera" la situación será complicada, y dependerá en gran medida del desarrollo del conflicto armado.
La clave canaria: turismo al rescate
Hay claves que, sin embargo, llaman al optimismo. Corrales señala que el comportamiento del mercado de trabajo no ha sido homogéneo y pone la lupa en el archipiélago canario. Las islas han reducido su tasa de paro en el cuarto trimestre del 17,73% al 14,57%, casi 3 puntos. "Esto se debe a que allí la actividad turística no está tan estacionalizada como en otras partes de España", aclara el profesor.
Ese indicador podría ser una señal de la senda que tomaría el empleo a partir del segundo trimestre, con el inicio de las campañas turísticas en Semana Santa. Aunque Escribá apunta a que se dejará notar, sobre todo, en el tercero, con los meses de verano.
Además de esta variable, Melle añade el despliegue de los Fondos Europeos. "Eso también es un motor de empleo, la guerra condiciona todo, pero esas inversiones son un factor favorable para la creación de empleo, por ahí no va a ir mal la cosa si se hace bien", añade la profesora de la Complutense.
La economía española, como la europea y la del mundo entero, vive pendiente del este de Europa. Por el momento, 2022 ha sido el año de la resistencia, y sin visos de una solución diplomática entre Kiev y Moscú, 2023 dependerá en buena medida de los tanques y las bombas.