Dos países desesperan a España con las naranjas
"La situación de la naranja en Andalucía es dramática".
Nueva amenaza para un producto clave del sector agroalimentario español, esta vez por partida doble. En medio de las dificultades que atraviesan en esta campaña los productores nacionales de naranjas, han asomado dos factores de riesgo procedentes más allá de las fronteras del país.
El primero de ellos parte de la situación en Egipto, serio competidor en este segmento de mercado. Según ha recogido el medio especializado Fresh Plaza, el mazazo en forma de sequía y estrés hídrico supondrá una merma de la actual cosecha del 15% que la media del último lustro. La naranja acusa la falta de agua durante las fases de floración y maduración, al que se suma el problema de las restricciones que se impusieron posteriormente al riego.
"Prevemos que la producción de naranja para la campaña 2023-2024 descienda un 20% más respecto a la campaña pasada, lo que equivaldría a un volumen en torno a un 50% por debajo de la media de las campañas precedentes y de su potencial productivo", ha relatado al citado medio Antonio Carmona, presidente de la asociación Palmanaranja, de una situación especialmente dura para la comunidad andaluza.
Este escenario contrasta en gran medida con la situación de los productores egipcios, que ante lo ocurrido en un país productor como España, podría aumentar su cuota de mercado en Europa, ante la necesidad de llenar el hueco que deja la producción nacional. Se trata de una dinámica que ya tuvo lugar el año pasado y se espera en este ejercicio. Para hacerse una idea, entre septiembre y julio, la UE importó 893.236 toneladas de naranjas, de las que 50,9% eran egipcias. Son 17 puntos más de cuota.
La mancha en el expediente sudafricano
Si la competitividad de terceros países que han logrado una mejor cosecha representa la primera amenaza que se cierne sobre la naranja española, el segundo se corresponde con la importación de un producto que viene trayendo de cabeza a los productores españoles, que denuncian una doble vara de medir a nivel comunitario.
Según ha recogido el medio especializado Agro Información, en el mes de septiembre la Unión Europea detectó cinco cargamentos de cítricos sudafricanos con mancha negra, la plaga conocida como Phyllosticta citricarpa, un hongo reconocible por dejar puntos oscuros en la fruta.
No es un caso aislado, se suma ya a 33 interceptaciones similares. Por un lado, esta situación ha despertado un temor y una seria demanda. El primero es que la plaga pueda introducirse en cultivos españoles, lo que supondría una nueva amenaza fitosanitaria para un sector ya castigado. El segundo pasa por las constantes quejas del sector advirtiendo ante una diferencia de exigencia de controles a terceros países, frente a los comunitarios.
Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) han criticado "este número de interceptaciones de cítricos sudafricanos con mancha negra es una barbaridad y coloca a la Comisión Europea en una posición insostenible y vergonzosa".