Adiós a las viviendas de cemento: así serán las nuevas 'casas invernadero'
La investigación de una arquitecta de Almería demuestra que si creatividad y conciencia medioambiental convergen, se construye un futuro más verde.
El futuro de la construcción de viviendas puede estar enterrado en las miles de hectáreas que ocupa el mar de plástico de Almería, en Elejido. Allí, donde los residuos orgánicos de los invernaderos se han convertido un problema, la arquitecta e investigadora de la Universidad de Granada, Ana Cervilla, ve una oportunidad de reciclaje y puesta en valor de estos restos: transformarlos en materiales aptos para levantar casas y edificios.
"El futuro está en hacer materiales biodegradables con restos de residuos, y como arquitecta originaria de Almería, quería hacer algo para mejorar el impacto medioambiental de mi región", señala la investigadora a la revista Aenverde, donde explican que el germen del proyecto está en su infancia, junto a sus padres agricultores.
El proyecto de Cervilla, en el que lleva trabajando dos décadas desde el Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la Universidad de Granada, ha conseguido desarrollar una patente de tierra proyectada, un material que se crea a partir de residuos vegetales y rafia de polipropileno. Ignacio Valverde Palacios, director del departamento, subraya que esta técnica no solo es novedosa sino que también es esencial para evitar la acumulación de residuos en vertederos y la destrucción de estos materiales quemándolos.
Los resultados del proyecto son prometedores, especialmente si a la tierra proyectada se le incorporan fibras de pepino. El resultado es que la resistencia de la mezcla resultante es similar a la de los bloques de tierra compactada y adobe, utilizados desde hace mucho tiempo en construcción y en los que se usan fibras vegetales como bambú, cáñamo o paja. "Teniendo en cuenta que se está incorporando un residuo, los resultados son muy optimistas para su uso como parte de los materiales de construcción", asegura Cervilla.
La investigación de Cervilla, además de un avance innovador para el reciclaje de los residuos vegetales que se generan en el campo, también es un paso más hacia una construcción más sostenible y, como apunta el portal Ecoticias, una posibilidad para que cemento y hormigón, dos de los materiales más utilizados en el mundo y con una huella ecológica considerable, lleguen a desaparecer como material de construcción.
La fabricación de cemento y hormigón es un proceso intensivo en el uso de energía y un proceso en el que se emite una buena cantidad de dióxido de carbono. Además, implica la explotación de canteras, lo que puede causar la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad. Por otro lado, la demanda constante de materias primas para la producción de cemento y hormigón contribuye al agotamiento de recursos naturales no renovables.
La investigación de Ana Cervilla en la Universidad de Granada demuestra que si creatividad y conciencia medioambiental convergen, se construye un futuro más verde.