Casi el 50% de las personas en alquiler está en riesgo de pobreza, según el Banco de España
El Informe Anual de este organismo se opone al control de precios del alquiler como medida para paliar el problema de la vivienda.
Vivir en España de alquiler es estar muy cerca de ser pobre. Así de crudo lo refleja el último Informe Anual del Banco de España, correspondiente al año 2022.
Un extenso documento en el que se tratan cuestiones macroeconómicas, como la evolución del PIB en España, pero también cuestiones más cercanas a la vida diaria de los ciudadanos, como la vivienda.
Sobre este asunto, el Banco de España indica que, aunque el país "presenta un grado de desigualdad de la riqueza moderado en comparativa internacional" y que esto está "asociado a una tenencia de activos reales relativamente más generalizada", la vivienda sí que está agravando esta situación.
"La reducción en el porcentaje de propietarios de vivienda desde 2014 habría contribuido a un aumento de la desigualdad", señala el informe, que deja un dato desolador: "en 2021, el 48,9% de los españoles que residían en viviendas de alquiler estaban en riesgo de pobreza o de exclusión".
El gráfico no puede ser más descriptivo:
Indica el Banco de España que "unos precios del alquiler elevados en comparación con las rentas del trabajo, aumentan la proporción de población en riesgo de exclusión social y de hogares con capacidad de gasto restringida en otros bienes y servicios". De ahí, el dato de que casi la mitad de la población en alquiler está en riesgo de pobreza.
Es, como dice el informe, el porcentaje más elevado de la Unión Europea, donde la media supera ligeramente el 30%.
Esto es debido, entre otras cosas, a que un 40,9% de los españoles en alquiler dedica más del 40% de su renta disponible a la vivienda, cuando la media en la UE es del 21,2%. Además, advierte el Banco de España, esto incide especialmente en las familias con menos renta.
En el informe, el organismo explica cómo ha evolucionado el mercado del alquiler en España en los últimos años, aumentando entre 2011 y 2021 en 800.000 hogares y dos millones de personas que han pasado a engrosar este régimen de vivienda. Esto supone un crecimiento del 4,2%, hasta el 24,2% en 2021, todavía por debajo de la media europea, situada en el 30%.
El documento asegura que el fuerte crecimiento de demanda y la baja oferta ha hecho que los precios se disparen y que, para colmo, tras la pandemia la demanda de alquiler se recuperó "de forma más vigorosa que la oferta, observándose una nueva dinámica alcista en los precios" en el año 2022.
"El reciente dinamismo de los precios del alquiler se produce en un contexto de oferta
restringida por el limitado aumento de la provisión pública de alquiler social y la
aparición de usos alternativos de la vivienda residencial", afirma el Banco de España, que recuerda que la futura ley de Vivienda "pone un mayor énfasis en el necesario incremento de la oferta de vivienda en alquiler".
Eso sí, el organismo critica que la ley plantee el control de precios como medida para paliar los problemas del alquiler. "Esta política puede generar efectos adversos sobre la oferta de alquiler, así como segmentación en el mercado inmobiliario. En particular, entre las respuestas de la oferta se han documentado reducciones del número y de la calidad de las viviendas disponibles en el mercado, cambios en la composición de la oferta e incrementos de precios en segmentos no regulados, siendo estos efectos y su cuantía
más relevantes cuando los controles se mantienen durante períodos prolongados de tiempo".
Y pone el ejemplo del caso de Cataluña que, dice el Banco de España, "apuntaría a reducciones en los precios medios del alquiler a corto plazo y a ciertos cambios en la composición de la oferta" aunque admite que la aplicación de esta política se hizo "en un contexto de pandemia" lo que "dificulta su valoración".