Si Ronaldo tuviera tetas...
Es evidente que vivimos en sociedades donde la igualdad entre hombres y mujeres sólo se aplica en la teoría. Lo dice la Constitución Española. Lo dice la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Lo dicen los grandes organismos internacionales como la ONU. Pero en la práctica todo queda en papel mojado. La desigualdad entre hombres y mujeres ocurre en todos los aspectos de la vida, en el mundo laboral, en la educación y en la sanidad. Y el mundo del deporte, y del fútbol concretamente, no es ajeno a estas dinámicas.
Como mujer y como futbolista -de base- quiero incidir en varias cuestiones generales, pero antes veamos lo que dicen los datos respecto a la brecha salarial y la retribución paritaria.
- La diferencia de ingresos entre hombres y mujeres se situó en el 35,7% en España en 2014, que es el último dato disponible.
- En España hay un millón de 'cuidadores' que hacen gratis esa labor, el 80% de ellos son mujeres.
- España es medalla de plata en paro femenino (24,5%), sólo nos gana Grecia.
- La tasa de paro femenino es superior a la de los hombres y lo es en todos los niveles de edad y de educación.
- Casi una de cada dos mujeres (42,8%) busca empleo sin conseguirlo desde hace más de dos años, esto es, hay casi un millón de paradas de muy larga duración.
- Más de 7 de cada 10 trabajos temporales son ocupados por mujeres. 2.014.000 mujeres (72,17%) y 776.500 hombres (27,83%) trabajando a tiempo parcial.
Dicho ésto, veamos qué es lo que sucede en el mundo del fútbol. Para no irnos muy lejos, como sabéis la pasada temporada, el Real Madrid ganó la Liga. ¿Sabéis cuál fue la prima que recibieron los jugadores por haber ganado ese título? 400.000 euros por jugador. Una barbaridad. Y en el caso de la liga femenina, aunque no todo el mundo se haya enterado (hay que ver, qué poco se habla de los deportes femeninos), la ganó el Atlético de Madrid, que hizo una buenísima temporada. ¿Y sabéis cuál fue la prima que recibieron las jugadoras? 54 euros por cabeza. Una cifra que ni siquiera cubre la factura de luz de 1 mes en Madrid. ¿Será que el fútbol femenino no vende, o quizás no sea la prioridad de los hombres que se dedican al negocio del fútbol? A Suárez, el jugador del Barça se le escapó y dijo que el "el fútbol es cosa de hombres". Es obvio que algunos en las esferas más altas (y no me refiero precisamente a Suárez) quieren que todo siga así, a pesar de tener a grandes jugadoras invisibilizadas, precarizadas y discriminadas. ¿A quién le importa, no?
Pero no por ello las mujeres se han rendido. Todo lo contrario. En las grandes citas deportivas las mujeres españolas están siendo ejemplo en todo el mundo: tenis, baloncesto, natación, bádminton... En las últimas olimpiadas fuimos nosotras las mujeres las que más medallas trajimos. Pero sigue faltando ese reconocimiento por el esfuerzo y el trabajo de las deportistas. Y aunque resulte anecdótico, hasta los trofeos que reciben las mujeres son más pequeños que los de sus homólogos masculinos.
Lo mismo pasa cuando hablamos de salarios. Ahí Noruega y Dinamarca nos ganan por goleada y señalan el camino: han conseguido que hombres y mujeres cobren por igual en la selección de fútbol. Un primer paso para la existencia de unas rentas retributivas en el fútbol y en el deporte en general. Y ojo, no se trata de mendigar ayudas para el deporte femenino, sino unas condiciones equitativas. Cobrar lo mismo por hacer el mismo trabajo. Cobrar lo mismo por marcar los mismos goles. Ojala España tome nota.
Y si por no llamarse Ronaldo y tener tetas implica cobrar menos, tener menos visibilidad y sufrir más discriminación, además las mujeres nos enfrentamos a las denominadas "cláusulas antiembarazo". Y es que muchas jugadoras de fútbol o de baloncesto han visto la rescisión de su contrato por haberse quedado embarazada. En el caso de las atletas de élite les han quitado las becas por haberse quedado embarazadas. Lo mismo pasa cuando vas a una entrevista de trabajo... lo primero que te preguntan es si tienes perspectiva de tener hijos en el futuro. Una verguenza.
Es hora de que se comience a hablar de la discriminación que sufrimos las mujeres en el deporte, y que se abra un debate social sobre cómo abordarlo. La transformación social hacia una sociedad mejor llegará cuando hombres y mujeres seamos iguales. Iguales de verdad. Y por último, algo muy importante: hay que apoyar y reconocer a todas las mujeres que juegan en el deporte de base, en el fútbol de base. Aquellas que con esfuerzo lunes, miércoles y viernes entrenan en sus barrios y en los municipios, y cuando llega el domingo sacan a su equipo adelante, sin recibir nada. Gracias también a la complicidad de entrenadores de base, árbitros, familiares... que se dejan la piel para que el fútbol sea la alegría de millones de personas.
Ojala algún día veamos en todos los banquillos a muchas mujeres; en todos los partidos a muchas mujeres árbitro; en muchas juntas de dirección a mujeres; en la televisión pública partidos de mujeres. Ojala algún día no tengamos que imaginarnos a Ronaldo con tetas.
Síguenos también en el Facebook de HuffPost Blog
bl