Una madre desvela a los cuatro vientos los secretos de sus dos hijos que ganan 200 millones de euros al año

Una madre desvela a los cuatro vientos los secretos de sus dos hijos que ganan 200 millones de euros al año

La madre de dos estrellas del baloncesto habla orgullosa del proceso y de cómo asimilar semejantes cifras en su nuevo libro.

Franz Wagner (22) y Moritz Wagner (21), juntos en un partido de los Orlando Magic en la NBANBAE via Getty Images

El orgullo de una madre para con sus hijos es algo que escapa a cualquier cuestión monetaria, de fama o éxito social. Pero el caso de Beate Wagner es cuando menos llamativo. Ella es la madre de dos estrellas del baloncesto alemán y actuales campeones del mundo.

Sus retoños son nada menos que Franz y Moritz Wagner. Su temporada, ambos como parte de la plantilla de los Orlando Magic de la NBA, acaba de empezar. Una nueva aventura para una familia de éxito cuya fórmula 'desvela' Beate en su libro Gleek in Their Eyes (Brillo en sus ojos).

Beate Wagner es periodista médica y antigua deportista confiesa al medio alemán Welt que "es todo bastante loco y a veces me deja sin palabras". "Por eso también escribí el libro, para descubrir cómo sucedió todo esto".

Sobre las claves del éxito, la madre de Franz y Moritz reconoce a "innumerables entrenadores, médicos, fisioterapeutas, agentes y amigos, que invirtieron innumerables horas de trabajo, capacidad intelectual, kilómetros y nervios...". "Todos creían en nuestros muchachos, pero todo tiene que encajar y tú tienes que aprovechar las oportunidades, necesitas la mentalidad adecuada", añade agradecida.

En la entrevista con Welt, Beate confiesa que inicialmente no era fan del baloncesto ni del mundo deportivo, pero "al llegar giré 180 grados". "Hoy me fascina cómo los atletas persiguen su pasión y cómo afrontan desafíos complejos. Esto no va simplemente lanzar pelotas a canastas o hacer entrenamiento de fuerza todos los días. No, esto también es un enorme desafío mental y comunicativo".

El baloncesto como opción, no como obligación, prosigue explicando. "Tuvimos cuidado de garantizar que no se descuidara su educación y que crecieran con normalidad. Por eso, a pesar de las peticiones de algunos entrenadores, no enviamos a los chicos a una escuela deportiva de élite, sino a una escuela secundaria generalizada". 

"Ya jugaron bastante al baloncesto y éramos conscientes de que el propio deporte competitivo les roba a los niños una parte de su infancia sin preocupaciones. No queríamos más restricciones. Fue la decisión correcta, estoy convencido de ello". "Los chicos de hoy piensan fuera de lo común, piensan de manera diferenciada, son tolerantes, tienen los pies en la tierra, cuestionan críticamente y son socialmente inteligentes", continúa.

De vuelta al presente, Beate reconoce que hay educación, trabajo familiar, pero "también talento personal y voluntad seria de hacer algo con las propias capacidades, lo que siempre implica dificultades". "Cuando entiendes esto, te das cuenta de que muchas cosas tienen que salir bien y no puedes controlarlas. Por ejemplo, ahora los chicos juegan en el mismo equipo por cuarta temporada, lo que nos facilita mucho las cosas como padres, especialmente en términos de comunicación, ya que ambos viven bajo el mismo techo en Orlando".

Hablando directamente de dinero, la orgullosa madre no niega que "que todo es difícil de describir", por lo que a sus hijos les ha pedido "un poco de paciencia" para gestionarlo. "Primero tenemos que pensar y vivir nuestro camino y creo que es muy importante que nosotros, y especialmente los niños, nos tomemos nuestro tiempo" en analizarlo.

"Tampoco he asimilado aún" que Franz sea el deportista alemán mejor pagado, prosigue. "No es que me levante por la mañana y escriba sus sueldos para entenderlo, pero se trata de un tema complejo, incluso emocionalmente". "Surge la pregunta: ¿cómo reaccionan los demás ante esto, cómo reaccionan ante nosotros, ante mí? A través de la investigación de mi libro, entiendo de dónde provienen estos increíbles salarios". 

Titania
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Santander

"Los jugadores de la NBA son parte de una gigantesca industria del entretenimiento que genera enormes cantidades de dinero. Con este conocimiento, me resulta un poco más fácil aceptar estas sumas y el enorme negocio", remata.