Un árbitro malagueño denuncia la agresión que sufrió: "Cogió un banquillo de tres asientos y me lo tiró"
El colegiado Miguel Ángel González Tinoco la sufrió durante la final de un torneo de verano.
Una vez más vuelve a ser noticia lo que nunca debería serlo. Miguel Ángel González Tinoco, un árbitro malagueño de 40 años de fútbol sala, sufrió el pasado 11 de septiembre su primera agresión mientras arbitraba la final de la liga de verano que se estaba jugando en el municipio de Alfargate entre uno de los equipos locales y el de la localidad próxima de Riogordo.
Tal y como relata Tinoco a este medio, se estaba acercando el final de la primera parte cuando un hombre del público reaccionó con insultos y amenazas a una tarjeta amarilla que sacó a un jugador local. "Me empezó a decir que era un payaso, que me iba a pegar una hostia. Yo le dije que me dejara de faltar al respeto y a insultar porque si no iba a suspender el partido y me respondió que iba a decir lo que le saliera de ahí", describe este árbitro, que lleva 23 años dirigiendo partidos de fútbol sala en la provincia de Málaga, los últimos ocho ejerciendo como autónomo y pitando más de una decena cada semana.
El colegiado entonces decidió irse a la zona de los banquillos y suspender momentáneamente el encuentro, que se estaba jugando justo antes del pregón del inicio de las fiestas patronales, hasta que ese hombre se calmara o se marchara.
"La primera sorpresa es que varios jugadores de Alfargate me argumentaron que yo cobraba y que por eso me podían insultar. Les dije que no, que no iba a aceptar ninguna amenaza y menos a medio metro de mi cara", prosigue contando Tinoco.
Ahí fue cuando los jugadores de Alfargate le pidieron al portero, que era el responsable del pabellón, que calmara a esa persona del público. Sin embargo, resultó que ese hombre era su padre. "Su primera reacción fue la de insultarme a mí y amenazarme. Comenzó a dar vueltas por el pabellón viéndome obligado a expulsarlo, así que cogió un banquillo a pulso de tres asientos, lo levantó y me lo tiró contra mí golpeándome en las piernas", denuncia el colegiado, que se tuvo que ir al médico del municipio de Colmenar para que le atendieran.
Una vez le diagnosticaron el traumatismo que sufrió y le pusieran un vendaje compresivo en la pierna, por el que recibió la baja laboral de dos semanas, se fue a denunciar los hechos al Juzgado de Guardia.
Además, Tinoco también se queja de la falta de apoyo que recibió desde el Ayuntamiento. Primero cuando llamó esa misma noche a la concejala de Deportes, Estefanía Gallardo, para comentarle lo que había pasado, esta le dijo, según afirma, que estaba en el pregón de las fiestas y que luego le llamaría. Cuando a la 1 de la madrugada se puso en contacto con él, el árbitro acabó con la sensación de que estaba defendiendo al agresor y hasta le pidió que esperara a la próxima reunión del pleno.
"Me vi solo e indefenso", confiesa, añadiendo que en el pabellón no había ningún representante del Ayuntamiento y que el público se quedó desconcertado sin saber actuar, solo recibió el apoyo de los jugadores del equipo rival y de alguno del propio Alfarnate.
Un mensaje contra el acoso a los árbitros
A la mañana siguiente y después de que la representante del Consistorio volviera a interesarse por su estado vía WhatsApp, el agresor también decidió escribirle y pedirle perdón.
Conforme se ha ido conociendo el caso, desde el Ayuntamiento volvieron a ponerse en contacto con él diciéndole que no iban a defender a un agresor, pero que tenían que contrarrestar los hechos. Eso sí, reitera que todo ha sido a través de la concejala y que el alcalde de la localidad, Juan Jesús Gallardo, no se ha puesto en contacto con él.
Tinoco, tras hablarlo con su abogado, no respondió a ninguno de los dos: "Lo hago porque una persona que agrede a otra y te escribe al día siguiente en frío porque sabe que le pueden venir unas consecuencias no se puede perdonar, he tirado para adelante, he puesto la denuncia. Soy autónomo como árbitro y a mí me han dado de baja como árbitro durante dos semanas y no puedo trabajar".
También quiere que su caso sirva para concienciar contra el acoso que sufren los árbitros: "Si esto en vez de pegarme en la pantorrilla me pega en la tibia, en la espalda o en la cabeza, ¿qué hubiera pasado?. Que me pida disculpas cuando horas antes me había dicho que si quería denunciarlo que fuera que me iba a acompañar pues no, no voy a aceptar sus disculpas y voy a ir hasta el final. Quiero que la gente sepa que pegar a un árbitro no puede salir gratis para que así estas cosas no vuelvan a pasar".
Ahora y cuando vuelva sabe que va a vivir situaciones tensas en las que de manera inevitable se lo volverá este episodio a la cabeza, aunque confía en saber afrontarlo como ha hecho toda su vida.
"Mentalmente y psicológicamente en el momento en el que sufra un momento de tensión y agresividad me vendrá la imagen de lo que me ha pasado, pero me tendré que hacer fuerte y aprender a sobrellevarlo porque no puedo vivir con miedo haciendo algo que llevo haciendo más de media vida", finaliza este árbitro, que confía en que su caso sirva para concienciar a la población de que los árbitros son personas haciendo un trabajo y que no se pueden acosar ni insultar ni agredir.