Las dos caras de un cisma en la selección: Tomé alega que "siempre quise proteger a las jugadoras" y estas replican: "Tenemos que estar aquí para que haya cambios"
La seleccionadora y Alexia Putellas e Irene Paredes comparecen en sendas ruedas de prensa para evidenciar las discrepancias internas y el sentido de "responsabilidad" para sacar adelante una cita clave, a 24 horas del partido contra Suecia.
Luz y taquígrafos en el enésimo cisma de la selección femenina, posiblemente el definitivo. A 24 horas de un partido clave para España, en lo deportivo y en lo anímico, la seleccionadora, Montse Tomé, y las jugadoras Alexia Putellas e Irene Paredes han dado la cara para intentar aclarar una situación extrema para 'La Roja'. Lo han hecho en sendas ruedas de prensa separadas por minutos en las que han tratado "un problema que trasciende lo deportivo", como ha apuntado la discutida entrenadora que ni siquiera ha debutado aún.
La escena recuerda a la vivida hace un año, cuando estalló la crisis entre las futbolistas y Jorge Vilda y, aparte de sumir en el caos a la traductora sueca, sólo ha evidenciado ante los medios la ruptura que existe en el seno de la campeona del mundo. El 'partido' fuera del campo aún está por jugar... y puede ayudar mucho que empiece a rodar el balón.
Abría fuego la seleccionadora. Sin llegar a la disculpa, sí ha admitido que "quizás ha habido fallos de comunicación" en la convocatoria que incluyó a buena parte de las jugadoras que habían anunciado días antes su renuncia a la selección. Ante las críticas, también en la sala de prensa, ha puntualizado que "yo siempre quise proteger a las jugadoras, estar con ellas, estar con Jenni, que lo ha pasado realmente mal y en consecuencia sus compañeras y también nosotros". Un mensaje muy parecido al que lanzó para justificar la no convocatoria de Hermoso, que horas después respondió, muy crítica, con un "¿proteger de qué?, ¿de quién?" en un nuevo comunicado contra la actual RFEF.
Esta vez no ha habido comunicado; sí rueda de prensa. Y en ella, apenas se había levantado Tomé, han contestado las jugadoras. Irene Paredes, capitana histórica de 'La Roja', no ha dudado al sentenciar que "no queríamos venir pero tomamos la decisión de quedarnos no por estar a gusto sino porque es lo que tenemos que hacer para que los acuerdos y esto avance".
"Por nosotras y por la sub-23 a la que posiblemente hubieran hecho venir [...] Para que haya cambio creo que tenemos que estar aquí", ha insistido poco después.
En la línea de su compañera de club y selección, y también sin mentar a Tomé, Alexia Putellas ha querido salir al paso de los rumores: "Nunca hemos pedido quitar ni poder a un entrenador". "Pero sí pedimos que en la federación de todos haya una tolerancia cero a personas que hayan escondido, alentado, aplaudido un abuso", en referencia al beso de Rubiales a Hermoso y su posterior discurso ante la Asamblea de la RFEF.
Aquello fue, ha proseguido Putellas, "la gota que colmó el vaso; decidimos que esto no podía ser, que no podíamos continuar así por Jenni, por nosotras y por sentar un precedente de cara al futuro". No en vano, horas después del discurso de Rubiales llegó un comunicado firmado por hasta 81 futbolistas en apoyo de Hermoso y anunciado su renuncia a la selección.
"Lo que hemos vivido es fruto que todos sabemos, es grave, y se escapa de lo profesional", ha querido apuntar al respecto Tomé, repitiendo en varias ocasiones el calificativo de "grave" por el comportamiento de Rubiales. Aunque ella aplaudió algunos instantes durante la asamblea, poco después pidió disculpas —también vía comunicado— y anunció su cese en respuesta al escándalo. Para tratar de despejar ese 'balón', la seleccionadora ha pedido ".centrarnos en lo deportivo; puesto que sus reclamaciones escapan de mi control".
La reunión en el hotel, "un antes y un después"
Tras hablar de la reacción inicial del equipo, la doble Balón de Oro ha entrado más en detalle al contenido de la reunión de madrugada de las jugadoras con el CSD el pasado miércoles en el hotel de Oliva (Valencia), "un antes y un después, y confío que esos acuerdos harán que nuestro deporte será mejor [...] porque todo lo que sea ponerse de lado, ya te estás posicionando. Y la federación al final nos escuchó".
En aquella negociación exprés con el CSD, el bloque de jugadoras acordó mantenerse en la concentración, salvo dos (Mapi León y Patri Guijarro, que habían acudido únicamente por miedo a la sanción federativa), a cambio de que la RFEF se comprometiesen a acometer los "cambios estructurales" exigidos días atrás.
"Aunque lleve tiempo, esos cambios están produciéndose", ha reconocido Paredes antes de matizar que "aún no se ve la luz al final del túnel, porque esto es muy largo". De hecho, ha llegado a verbalizar que "el CSD ha entrado de manera contundente, pero hasta ahora nos hemos sentido solas. Llegaban tarde. Todo eso hay que corregirlo".
En el turno de ambas tampoco han pronunciado nombres entre sus reclamaciones, aunque no escapa a nadie su satisfacción por el cese del hasta ahora secretario general de la RFEF, Andreu Camps, mano derecha de Rubiales, elemento clave de la anterior federación y principal señalado por las internacionales. No es el único y se espera que tampoco sea el último en dejar el puesto.
Paredes no ha regateado las posibles grietas en el sentir del grupo y ha recalcaldo la fuerza de un bloque unido tras la sucesión de comunicados globales denunciando la falta de un "entorno seguro". "Prácticamente todas (las futbolistas) pensamos lo mismo, aunque jugadoras como Athenea o Sheila se han expresado libremente y han dado su opinión, porque todas podemos tenerla", en referencia a sus voluntades de acudir a la convocatoria de Montse Tomé.
Minutos antes, la convocatoria de la discordia había sido tema clave en la breve comparecencia de la entrenadora y exfutbolista asturiana. Amparándose en "problemas de comprensión", la entrenadora asturiana ha dado su versión. "A mí me preguntaron si hablé con jugadoras, no si hablé con todas y yo sí hable con algunas, pero no con todas".
Tomé no despeja dudas sobre su futuro aunque "confía"
Por ello, la que fuera mano derecha de Vilda durante años ha defendido su decisión técnica, porque "tengo que ser profesional y sacar una convocatoria, para la que elegí a las mejores para estos partidos".
"La intención siempre fue ayudar, escucharlas, entenderlas. No sé si ha sido fallo de comunicación o fallo de tiempo", ha matizado, poco antes de recalcar que "todos nos podemos equivocar", con tono apagado. Es sabedora y no ha hecho por ocultarlo que "ni las jugadoras ni yo pasamos por un buen momento".
Esas frases han ha dado pie a preguntarle por su futuro, muy en duda a estas horas y especialmente una vez pasen los dos partidos de la presente gira. Ella, si bien no es ajena al ruido, confía. "Tengo confianza en el trabajo y ganas de que se solucione esto. No he oído a las jugadoras decir que no nos quieran".
Lo que sí se ha oído con claridad en boca de las dos internacionales es su grado de hartazgo. Estamos muy cansadas, sólo tenéis que vernos", ha evidenciado Irene Paredes con gesto de hastío, a lo que se ha sumado Alexia. "Creemos necesaria la reunión de madrugada, pero sin olvidar que somos deportistas y llevamos una semana durmiendo cuatro horas. Nos hemos tenido que meter en la cabeza que no es posible ser sólo futbolistas ahora".
En 24 horas, las campeonas del mundo volverán a hablar sólo en el campo durante 90 minutos. En Goteborg y ante Suecia, nada menos que la primera del ranking mundial, estrenan su estrella en el pecho. Cuatro días después quieren volver a alzar la voz sobre el césped, pero esta vez en Córdoba, frente a Suiza y con el calor de la afición.
Poco más de 100 horas para centrarse en lo deportivo, como desean todas las partes. Después, quizás, se despeje el aún incierto horizonte de la selección.