Los escenarios que se abren contra Rubiales tras la denuncia de Jenni Hermoso

Un giro, quizás definitivo, al 'caso Rubiales'. El pasado lunes 28 de agosto, la Fiscalía de la Audiencia Nacional abría un nuevo camino al abrir diligencias contra el provisionalmente suspendido presidente de la RFEF por el beso no consentido a Jenni Hermoso. En aquella decisión, el Ministerio Público también ofrecía la posibilidad a la jugadora de declarar y denunciar a Rubiales, una posibilidad para la que le daba 15 días. De su elección dependía el futuro de la vía judicial.

Y pasados ocho días, Jenni Hermoso ha aceptado.

Este martes, la futbolista madrileña siguió el 'consejo' de la Fiscalía y prestó declaración ante la Fiscalía General del Estado (FGE), donde presentó formalmente su denuncia. Con ello abría la puerta a que el órgano judicial presente una querella contra Rubiales, algo que ocurrirá "en el menor tiempo posible", apuntan fuentes internas. Será ante los Juzgados Centrales de Instrucción de la Audiencia Nacional, por ser el órgano competente al tratarse de un delito (presunto) cometido por un español en el extranjero.

En el texto emitido el pasado lunes, la Fiscalía de la Audiencia Nacional optaba por meterse de lleno al investigar estos hechos eran constitutivos de un presunto delito de agresión sexual, citaban, luego de un rosario de denuncias. Pero su paso hubiera quedado en nada si Hermoso no hubiera aceptado denunciar. De hecho, en la actuación de la Fiscalía jugó un papel clave el comunicado de la delantera en el que aclara su versión, asegurando que "ni mucho menos su beso fue consentido.... Me sentí vulnerable y víctima de una agresión", como afirmó en una nota emitida a título personal e independiente de anteriores postulados bajo el paraguas de FUTPRO.

Estos hechos, según el Ministerio Público, encajarían con un delito de agresión sexual, previsto y penado en el artículo 178.1 del Código Penal. De hecho, la fiscal firmante del texto señala que teniendo en cuenta el momento "extraprocesal (...) y lo inequívoco de sus declaraciones, es preciso determinar la trascendencia jurídica de las mismas".

La nota de la Fiscalía informaba de un plazo de "15 días a fin de informarla de sus derechos como víctima de un presunto delito de agresión sexual" por si desea formalizar una denuncia expresa". Porque el papel de Jenni Hermoso es decisivo en el transcurrir del procedimiento. Si Hermoso lo descartaba, la medida fiscal decaería al no poder actuar de oficio contra un delito de esta clase en una persona que no está considerada 'víctima de especial protección'. Pero si la jugadora sí accede a denunciar activaría la vía penal.

Al no tratarse una 'víctima de especial protección', la Fiscalía no podía denunciar de oficio y necesitaba de la rúbrica de Jenni Hermoso. Aunque el contenido de su denuncia se conoce aún por ser 'materia reservada, de incluir unas declaraciones similares a sus anteriores postulados, sería tratado como un delito de agresión sexual. 

Y en este caso el ordenamiento jurídico español podría llevar hasta una condena de cárcel contra Luis Rubiales de entre 1 y 4 años, de acuerdo con la norma.

Los posibles atenuantes en un procedimiento sin certezas

Todo entra en el terreno de la suposiciones, a la espera de la evolución e un camino judicial que apenas ha empezado. Como apunta el magistrado Ignacio González Vega en Todo es mentira (Cuatro), primero debe afrontarse la fase de instrucción de la causa, un proceso de varios meses del que podría salir un juicio o no.

Tampoco la celebración de juicio asegura una condena. Pero, si la hubiera, el equipo legal de Rubiales (abogado de formación) podría plantearse atenuantes, recogidos en el párrafo final del citado artículo 178 del Código Penal. "En atención a la menor entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable", recoge el texto.

De aplicarse estos elementos atenuantes, añade el magistrado González Vega, estaríamos en una pena "de uno a dos años" de prisión "o bien en vez de una pena privativa de libertad hablaríamos de una pena de multa".

Rubiales se aferra, primero al cargo y luego a su versión

Acorralado y cuando hasta él mismo había comunicado a su círculo íntimo que iba a dimitir, Luis Rubiales sorprendió a todos al anunciar, el pasado viernes, que nada de irse. De hecho, reconstruyó el momento del beso, focalizando la responsabilidad en la futbolista, de la que dice que fue "la primera en ponerme la mano en la cintura". Además, añadió que preguntó a Hermoso "¿un piquito?", a lo que siguió un "vale" de la madrileña. 

Pero esta versión ha sido refutada en varias ocasiones por la propia Jenni Hermoso. Si en un primer momento, tras el beso, sigue la ceremonia de premiación festejando con sus compañeras, ya en el vestuario en un directo de sus compañeras explica que "qué iba a hacer yo" y que "no me ha gustado", en referencia al beso.

Durante días, guardó silencio con la intención de no enturbiar la celebración del Mundial femenino, pero el miércoles 23 de agosto lanzó un primer comunicado en el que, de la mano de FUTPRO, pedía "medidas ejemplares" para que "actos como estos no queden impunes". Fue a partir de ahí cuando a Rubiales se le complicó su futuro hasta límites.

Dos días más tarde, y ya como respuesta a sus palabras en la asamblea de la RFEF, Hermoso volvió a refutar lo dicho por el presidente. Primero en un comunicado coral, al que se sumaron más de 80 jugadoras, entre ellas todas sus compañeras mundialistas y todas 'las 15' y posteriormente en solitario. En ambos textos ataca con dureza un acto "machista" y "en ningún caso consentido". En el segundo de ellos llega a afirmar que se sintió "vulnerable y víctima de una agresión"; sin llegar a mencionar la palabra 'sexual'.

Contra esto, la RFEF reaccionó de un modo sorprendente, al amenazar con medidas contra la jugadora y publicando diferentes imágenes en relación al beso, un contenido que fue inmediatamente borrado tras la sanción cautelar de la FIFA a Rubiales. Pero su familia sí ha seguido esta línea de 'denuncia' pública a Jenni Hermoso, llegando este lunes a presionarla ante los medios, asegurando que "ha cambiado su versión tres veces".

Ya sancionado temporalmente por la FIFA, y en el intento del CSD de suspenderle de forma urgente, Rubiales reapareció el pasado viernes, cuando el TAD solamente valoró como 'falta grave' su beso a Hermoso, impidiendo la intención del Gobierno. En un comunicado emitido a través de Twitter, el expresidente pidió "disculpas" por sus "errores evidentes", pero se mantuvo firme en su versión de un "beso mutuo y consentido" en un momento de euforia.

Tras esto, añadió que seguiría defendiéndose con todos los "documentos y pruebas" que "acreditan la realidad de lo ocurrido", como víctima de un "linchamiento político y mediático sin precedentes".