La bebida más inesperada se convierte en el remedio para los nadadores de los Juegos Olímpicos: "El mito es real"

La bebida más inesperada se convierte en el remedio para los nadadores de los Juegos Olímpicos: "El mito es real"

Si querías una excusa para beber más Coca-Cola, aquí tienes una de tamaño olímpico.

El nadador español Carlos Garach durante una de las pruebas de natación olímpicasGetty Images

Los nadadores olímpicos, reconocidos como algunos de los deportistas más saludables del planeta, están optando por una medida inusual y sin respaldo científico para evitar enfermarse al competir en las aguas contaminadas del río Sena en París: consumir Coca-Cola en lata.

Estos atletas de alto rendimiento sostienen que esta bebida les ayuda a prevenir infecciones, según mencionaron deportistas de tres selecciones al periódico The Wall Street Journal.

“El mito de la Coca-Cola es real,” declaró Moesha Johnson del equipo australiano. “A menudo tomamos una Coca-Cola después de competir, solo para intentar eliminar cualquier cosa que pueda haberse quedado dentro de nosotros.”

Esta práctica, que nadadores de Estados Unidos, Nueva Zelanda e Italia también compartieron con el diario, puede carecer de una base científica sólida, aunque se ha vuelto popular entre ellos.

La Dra. María Abreu, presidenta de la Asociación Americana de Gastroenterología, explicó que la Coca-Cola es menos ácida que un estómago sano, lo que sugiere que probablemente no tendría un efecto adicional en la lucha contra infecciones.

“Estas son personas jóvenes y atléticas, ¿verdad? Van a ser personas saludables cuyo ácido estomacal ya es fuerte,” comentó.

La calidad del agua en el Sena ha sido un motivo de preocupación constante en París hasta el momento. Nadar en este río ha estado mayormente prohibido durante casi un siglo debido a su toxicidad.

A pesar de que las autoridades francesas han destinado 1.500 millones de dólares a mejoras de infraestructura con vistas a los Juegos, incluyendo esfuerzos para limpiar el Sena, los problemas persisten.

“Yo nunca habría seleccionado el Sena,” expresó Davey Jones, profesor de ciencia medioambiental y salud pública en la Universidad de Bangor, a BBC Science Focus. “Sé que es icónico, pero también atraviesa una zona muy urbanizada, lo cual siempre es una receta para el desastre en cuanto a la exposición potencial a químicos o patógenos biológicos.”