Este es el nuevo salario mínimo en la liga femenina y la diferencia con la masculina
Las jugadoras han desconvocado la huelga tras alcanzar un acuerdo 'in extremis'.
Después de varios días de negociaciones, la Liga F ha conseguido un acuerdo para aumentar el salario mínimo de sus jugadoras. De este modo, se ha desconvocado la huelga que se anunció el pasado 1 de septiembre y que iba a llevar a las futbolistas a renunciar a las dos primeras jornadas de la competición.
Sin embargo, y pese a que se han escuchado sus reclamos, los salarios mínimos de la liga femenina distan mucho todavía de los de la liga masculina.
El nuevo salario mínimo en la Liga F
Para la temporada 2023/2024 se ha fijado un salario mínimo de 21.000 euros. Aunque podrá aumentar hasta los 23.000€ dependiendo del crecimiento de los ingresos comerciales de la liga.
En la temporada 2024/2025 el sueldo de las jugadoras subirá hasta los 22.500 euros. Sin embargo, será ampliable hasta los 25.000€ en función de los ingresos de la competición.
Para la temporada 2025/2026 el salario mínimo que se ha fijado es de 23.500 euros. Y, al igual que las dos anteriores, podrá elevarse hasta los 28.000€ si los ingresos comerciales de la liga van en aumento.
La gran diferencia con la liga masculina
La diferencia del salario mínimo de la Liga F con la primera división masculina es abismal. El convenio colectivo de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y LaLiga -vigente desde 2015 y prorrogado hasta 2024- establece que el salario mínimo para los jugadores de Primera División es de 155.000 euros anuales. Esto supone unos 11.000 euros al mes en 14 pagas.
Para los futbolistas de Segunda División, el sueldo mínimo será de 77.500 euros al año, lo que se traduce en 5.300 euros al mes con 14 pagas. Y los jugadores de la Primera División RFEF -lo que antes era Segunda B- tienen un salario mínimo de 1.500 euros mensuales.
Sin embargo, a esa cantidad hay que añadirle el IPC anual. De este modo, los salarios aumentan bastante si se tienen en cuenta que este indicador está disparado este año. Y los jugadores más influyentes reciben también ingresos por publicidad, venta de camisetas o derechos de imagen.