España se rebela ante la Francia de Mbappé y se mete en la final de la Eurocopa con exhibición de Yamal

España se rebela ante la Francia de Mbappé y se mete en la final de la Eurocopa con exhibición de Yamal

La selección resiste la oleada inicial de les bleus, remonta con un golazo de Yamal y otro tanto de Olmo y acaba sujetando los ataques desesperados franceses para ganar 2-1. España luchará por su cuarta Eurocopa, algo nunca logrado en el fútbol europeo.

Lamine Yamal, celebra eufórico su gol(azo) a FranciaAlex Livesey vía Getty Images

Ha sido el enésimo ejercicio de insumisión, también el más sonado. Contra quienes despreciaron a los pilares de esta selección por su origen, contra quienes la vieron inexperta, contra quienes la vendieron derrotada de antemano por enfrentarse a Mbappé y al comienzo en tromba de Francia. Contra todos esos factores salió la España rebelde, para batir a la gran favorita por 2-1 y plantarse en la final de la Eurocopa tras un ejercicio de respuesta y resistencia en equipo.

Una genialidad de Lamine Yamal cuando peor lo estaba pasando España reactivó al equipo. Ese niño que definitivamente se ha coronado como estrella mundial dio un impulso a la selección que aprovecharía Dani Olmo, siempre Olmo, minutos después. Sus acciones acabarían por fructificar gracias a la inteligente y solidaria defensa española, que resistió más de una hora las oleadas francesas. Porque esta vez sí, y precisamente ante un equipo de peligros incontables, la selección se blindó atrás, con media defensa suplente, para llevar a todo un país al partido más importante de los últimos 12 años.

Porque esa España que muchos daban por derrotada en cuanto nos cruzásemos con Alemania no sólo pudo con la anfitriona; también ha batido a la gran favorita. Y ahora sueña con hacer lo que nadie ha hecho en el fútbol europeo, ganar la cuarta Eurocopa. Queda el último paso.

Parte de daños previos

En su momento importó poco, pero el peaje pagado por superar a Alemania fue alto. Sin Carvajal como muro, fue a Jesús Navas a quien le tocó el reto mayúsculo de contener a Mbappé. El último gran servicio por la causa del lateral de casi 39 años, hasta donde llegó. Junto a él, Nacho por Le Normand, y Olmo por el lesionado Pedri como únicos cambios obligados de Luis de la Fuente... Si es que lo de Olmo no era mérito propio para volver a la titularidad. Enfrente, la gran novedad francesa fue la aparición sin máscara de Mbappé; una metáfora visual de la liberación futbolística que mostró. Eso y la suplencia de un desaparecido Griezmann.

Él fue el 'castigado', pero en realidad era toda Francia la que cargaba sobre sus espalda con las críticas por su juego ramplón en esta Euro. Sólo tres goles, dos de ellos en propia puerta y uno de penalti, para plantarse en semifinales sin nada del brillo o la contundencia. Poco le importaba a Didier Deschamps. Flemático cual Southgate, el técnico francés alegaba que lo importante era estar en semifinales. Y evidentemente, Francia tenía que aparecer. 

Lo hizo de salida, incluso disputándole el balón a un equipo como España, con el añadido de la megaestrella Mbappé dominando la banda izquierda. Suyo fue casi todo el mérito de la acción que abrió el partido en el minuto 8'. Sin sensación de esfuerzo, se plantó en las inmediaciones de Unai Simón, centró al área chica y allí apareció Kolo Muani, superior a Laporte, para hacer el 0-1.

Acción de Mbappé para dar la asistencia a Kolo Muani en el 0-1NurPhoto via Getty Images

No era la primera vez que 'La Roja' empezaba a remolque, pero sí ante un rival de entidad superior. El gol dolió, incapaz el equipo de situarse, mientras Francia buscaba agrandar la herida con velocidad. Cada balón recuperado atrás era una invitación a Mbappé a recorrer la autovía de su banda izquierda. Navas sufría y más lo hizo cuando tras un resbalón tuvo que parar a la desesperada a Rabiot para evitar males mayores. La amarilla pesaría de inmediato, aunque la veteranía del último 'superviviente' de Sudáfrica 2010 era un activo muy valioso.

España, en todo caso, no lo veía claro. No, al menos, hasta que apareció el de casi todos los partidos para hacer lo único que le faltaba en esta Eurocopa, el gol. Lamine Yamal, un niño recién titulado de la ESO, se inventó una maravilla en el 20' para empatar con un tiro lejano, medido, una rosca preciosa que debería pelearle a Bellingham el mejor gol del torneo. La maravilla estética perdurará, pero sus efectos fueron más allá del mero tanto.

Disparo de Lamine Yamal para empatar el partido ante FranciaChristina Pahnke - sampics/Getty Images

España creyó a partir de ahí. En la siguiente jugada, Navas, el mismo que inició la mítica jugada de Iniesta, condujo el balón hasta las cercanías del área francesa. Allí, un siempre inmenso Olmo se las apañó para llevársela y buscar portería. No hay día que no luzca con la selección el centrocampista del Leipzig. Su hambre, además, tuvo la fortuna de cara, porque su remate rebotó en Koundé para poner el 2-1. Esta vez, la suerte se volvió contra la favorita... aunque la FIFA apuntó el mérito al polivalente y goleador atacante español.

Ahí acabó un partido de 25 minutos, quizás los mejores en este mes de fútbol. Era tiempo de tomar oxígeno, cual combate de boxeo, hacia una nueva fase de juego más territorial. Con Nacho serio atrás, también como remedio temporal ante Mbappé, la estrella francesa frenó bastante su impacto. Al otro lado, España recurrió al vértigo de Nico y Yamal para seguir creando peligro, como en una acción que acabó con tiro de Fabián y otro rebote envenenado. Pero ni ellos ni un Morata dubitativo terminaron por concretar nada.

Navas, exhausto; Nacho y Vivian al mano

El frenesí volvió, parcialmente, con el cambio de tiempo. España salió fuerte, con ganas de correr y pronto replicó Francia. A eso saben jugar las dos. Mbappé y especialmente Dembélé capitalizaron la amenaza 'visitante' de forma creciente. Justo antes de cumplirse la hora de juego, Navas llegó al límite. Sustituido por Vivian, su hueco en el lateral lo 'heredó' Nacho, nadie sabe si también ante su última gran misión con 'La Roja'.

Deschamps quiso revolucionar el centro del campo con un triple cambio de golpe. Griezmann, Barcola y Camavinga para arrinconar a España, algo a lo que los hombres de De la Fuente respondieron con cabeza. Atrás, juntando líneas y multiplicando ayudas, también un Morata sin opción de ver puerta pero muy voluntarioso en las tareas defensivas hasta que fue sustituido. 

A medida que pasaban los minutos, las urgencias galas eran mayores, como lo eran sus riesgos asumidos. Así, surgían espacios que España no quería buscar, intentando sujetar la pelota con un Rodri inmenso, como acostumbra. Pero el físico bleu iba imponiéndose, entre relevos hispanos. Barcola por banda izquierda, aprovechando el desplazamiento de Mbappé al 9, multiplicó el carrusel de opciones.

Pesaban los nombres en el campo. Cada balón de Kylian llevaba el 'uy' a la meritoria afición española (siempre tratando de contrarrestar los pitos alemanes contra Cucurella). Se sintió ese medio en una de sus acciones marca de la casa de Mbappé por banda izquierda y por velocidad. Tantas veces gol, esta vez no tocó puerta. Cayeron más ocasiones, también del lado español, como el último zarpazo de un Lamine Yamal que incluso se permitió alentar a la hinchada antes de retirarse fundido.

España se hizo fuerte. Con media defensa suplente, Nacho y Vivian se agigantaron. Lo hicieron también sus compañeros, siempre solidarios, siempre precisos. La ocasión lo merecía. Hubo sufrimiento, no agonía.

España vuelve a luchar por el trono europeo, ¡España vuelve a la cima del fútbol! Inglaterra o Países Bajos nos separan de la historia jamás escrita, la de la cuarta Eurocopa que quiere escribir esta selección rebelde.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es