España gana a Grecia (84-77) en un partido de infarto y se acerca a los cuartos de final
La selección masculina de baloncesto coge aire tras vencer a los de Antetokounmpo en un partido en el que los de Scariolo tuvieron que sobreponerse a un inicio dubitativo.
La selección española de baloncesto logró su primera victoria en los JJOO de París en lo que se antojaba como un partido a vida o muerte frente a los griegos, después de que ambos combinados perdieran sus primeros partidos: España contra Australia y Grecia frente a Canadá.
Con este triunfo por 84-77, los de Scariolo consiguen tomar aire y aumentan considerablemente sus esperanzas de estar en cuartos de final. Aunque eso sí, el último partido contra Canadá se antoja también vital para estar en la siguiente fase.
El partido comenzó con una España un tanto nerviosa y claramente superada por el ímpetu y acierto griego, que fue liderado por Giannis Antetokounmpo, que finalizó el partido con 27 puntos y 11 rebotes, siendo el mejor del partido.
Pero Scariolo tenía un plan, y sabía que si lograban controlar al pivot de Milwaukee, la victoria estaría mucho más cerca. Y así fue, ya que, aunque el griego fue el mejor del encuentro, estuvo muy bien defendido por Aldama (el mejor del partido para España con 19 puntos y 12 rebotes), Garuba y, en ocasiones por un Willy Herrnángomez que no estuvo todo lo acertado que hubiese querido.
Tras los primeros 10 minutos, el marcador se situó en un 22-21 favorable a los griegos, pero España, apoyada en un Llull espectacular, y que volvió a dejar un 'mandarinzao' marca de la casa, junto al veteranísimo Rudy, que a sus 39 años continúa dando masterclass en cada partido, logró dar un buen tirón en el segundo cuarto, con un parcial 28-13 a favor de España, que llegó al descanso con un +14 muy prometedor.
Pero no iba a ser tan fácil. Y tras el paso por vestuarios, Grecia volvió a la carga más enchufada que nunca y consiguió endosar un 21-13, castigando desde el perímetro a la selección, que no daba con la tecla para frenar a Toliopoulos y, de nuevo, a Antetokounmpo, que hizo de la pintura su patio de recreo durante todo el cuarto.
Así, el partido volvía a apretarse, y la ventaja a favor de España se vio reducida a seis puntos con el último cuarto aún por jugar. Pero en ese momento, la veteranía española, y un Aldama que aparecía por todos los rincones de la cancha, unido a la precipitación de los griegos, consiguió que España pudiera cerrar el encuentro con más sufrimiento del esperado al llegar al descanso, pero con una gran actuación coral.
La mala noticia del partido llegó con Rudy Fernández, que tuvo que salir de la cancha visiblemente mareado tras recibir un golpe de Giannis Antetokounmpo, y que provocó que el mallorquín tuviera que irse a los vestuarios antes de tiempo y ayudado por los asistentes médicos de la selección.