El fútbol femenino español ya había ganado antes de jugar la final del Mundial

El fútbol femenino español ya había ganado antes de jugar la final del Mundial

Han conseguido hacer historia en el mundo del fútbol, pero han logrado algo más importante que ni los títulos ni el dinero pueden dar, cumpllir los sueños de las que un día intentarán ser como ellas.

Las futbolista de la selección española celebrando el pase a la final del Mundial.The Washington Post via Getty Im

Más que una victoria. Más que ganar una copa del mundo. Lo que la selección ha logrado en estos últimos días en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda va más allá de los resultados y ha servido para poner el foco en lo más importante, el fútbol femenino español está más vivo que nunca.

Se trata del efecto de una causa incansable de miles de futbolistas que quisieron cumplir sus sueños, pese a que ha sido un camino difícil. Pero lo han terminado cumpliendo y con creces.

No hacía falta saber el resultado de la final para darse cuenta de que España ya había ganado. El interés por el fútbol femenino sigue en aumento en nuestro país y reflejo de ello es la audiencia que han ido acumulando partido tras partido y el número de aficionados y aficionadas que llevan con más que orgullo la camiseta con el nombre de algunas de las futbolistas.

Una hazaña histórica

Una fecha sigue marcada en los calendarios de miles de personas, 13 de septiembre de 2014. Hace tan solo nueve años, la selección femenina de fútbol, capitaneada por Vero Boquete, venció por 0-2 a Rumanía y logró la clasificación para el primer Mundial de la historia de España. 

Las palabras de Natalia Pablos tras aquel encuentro, en el que marcó los dos goles, han servido de lema hasta llegar a este soñado 2023. "Espero que esto nos abra muchas puertas y que se nos conozca más", aseguró tras el pase a la cita que se iba a celebrar en Canadá.

Nueve meses después de aquel hito, España cayó eliminada tras perder contra Corea del Sur en fase de grupos y dijo adiós al sueño mundialista, pero eso sólo era el comienzo. Lo que estaba por llegar era tremendo.

Cuatro años más tarde, en 2019, la selección también participó en el Mundial de Francia. Torneo en el que el equipo de Jorge Vilda consiguió su primera victoria en la competición internacional, tras vencer por 3-1 a Sudáfrica.  

Pero la mala suerte se cruzó en el camino de la selección. Ante el gran favorito y vigente campeón, Estados Unidos, que se impuso a España por 2-1, con dos goles de penalti. Un partido que fue mucho más disputado de lo que en un principio se podría haber creído. "Hemos igualado al mejor equipo del mundo", aseguró el técnico español tras el encuentro.

Los rostros de decepción de las jugadoras, de saber que habían estado muy cerca de conseguir el pase a cuartos de final ante el todopoderoso equipo norteamericano, era la muestra de la impotencia, porque todas sabían que estaban en el camino correcto. Lo que han logrado en Australia y Nueva Zelanda les ha terminado dando la razón y sirve como el punto de inflexión de una nueva era en el fútbol femenino español.

Un deporte que no sólo es cosa de hombres

El avance del fútbol femenino en España es incuestionable. La situación poco tiene que ver con la de hace cinco años. En febrero de 2020, tras más de un año luchando por mejorar los derechos laborales de las futbolistas en España, los sindicatos y los clubes firmaron su primer convenio.

La situación ha cambiado en los últimos cuatro años, aunque hay algunos avances que todavía siguen pendientes. Pese a los buenos resultados de la selección, las negociaciones siguen estancadas y los sindicatos de los clubes tendrán que intentar luchar por un acuerdo que mejore las condiciones de las deportistas. 

Amanda Gutiérrez, presidenta de FUTPRO, sindicato de fútbol femenino en España, explica que lo que ha pasado en el Mundial puede servir para escuchar las reclamaciones de las futbolistas, pero reconoce que "se nos debería escuchar antes". "Así es como funciona la sociedad".

"Ganar un Mundial es algo histórico a nivel deportivo, pero que a nivel de derechos tenemos ahora la responsabilidad de aprovecharlo para pedir mejores condiciones y seguir", señala.

Algunas de las futbolistas terminaron la temporada haciendo un gesto reivindicativo, en señal de protesta, por el salario mínimo establecido en el convenio colectivo. "Llevamos mucho tiempo pidiendo un nuevo convenio y aún no se nos ha dado todo. El sueldo no es el suficiente", explica, Amanda Gutiérrez.

"Tampoco hay una buena regulación sobre el tema de la maternidad y queremos regularlo. Estamos teniendo muchos problemas y esperamos que lo que ha pasado en el Mundial sirva como punto y aparte para empezar algo más positivo", destaca.

Amanda Gutiérrez asegura que hay algo que la Liga F no está entendiendo, "el coste de la vida". "Qué oficio puede vivir con 16.000 euros. Nadie puede vivir con eso. Y no olvidemos que se pueden bajar a 12.000 euros. Así no podemos continuar", advierte.

Las reclamaciones están más que justificadas. El interés que hay por el fútbol femenino en España sigue creciendo año tras año. Ejemplo de ello es el récord que el año pasado, el 30 de marzo de 2022, se alcanzó. 91.553 personas llenaron las gradas del Camp Nou para presenciar el encuentro de cuartos de final de la Champions League entre el FC Barcelona y el Real Madrid.

Hace unos meses, la Liga F acordó con la compañía Panini la creación de la primera colección de cromos de la historia sobre la principal competición de fútbol femenino española. Un paso más en busca de la igualdad con el masculino que tampoco ha estado exenta de polémica, ya que unas 172 jugadoras han manifestado su enfado porque no aparecen en dicho álbum.

Es un deporte que no sólo es cosa de hombres y los datos están ahí. Tal y como detalló la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana (FFCV) hace unos meses, las licencias femeninas se han disparado en los últimos años.

En comparación con las 4.000 licencias que se validaron en la temporada 2017/2018 en dicha región, la situación en 2022/2023 ha duplicado los registros en apenas cinco años. En el último año, la FFCV dio el visto bueno a 9.444 licencias de fútbol femenino.

España, volcada con su selección

Los datos son irrefutables y el interés de la audiencia ha ido en aumento en cada partido de la selección española, sin contar con los horarios especiales, como el encuentro de cuartos de final ante Países Bajos, que fue a las 3.00 de la madrugada, hora española.

Mientras que, en el primer partido de fase de grupos, el estreno de la selección tuvo unos 314.000 espectadores de media, la cifra ha ido creciendo. 398.000 personas de media vieron el segundo partido, ante Suiza; 449.000 espectadores en la dura derrota ante Japón; y desde ahí, hubo 511.000 telespectadores ante Zambia y, en semifinales, los datos se dispararon.

El encuentro de semifinales ante Suecia alcanzó el 45,4% de cuota de pantalla, con 1.921.000 espectadores de media, con un minuto de oro de 2,8 millones. Algo que, una vez se conozcan los datos, seguro que se superará con la histórica final de este domingo.

España está volcada con su selección y lo conseguido en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda debe ser la antesala de lo que está por llegar. Más allá del extraordinario mérito deportivo, el fútbol femenino español ya había ganado antes de que la árbitra estadounidense Tori Penso señalara el pitido inicial de una final que estará en el recuerdo de todos.

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Sergio Coto es redactor en El HuffPost. Nació en Madrid, en 1995, y estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de llegar a El HuffPost, trabajó como redactor en '20 Minutos', 'El Mundo', 'La Sexta', 'Bankinter' y 'El Plural'. Puedes contactar con él en sergio.coto@huffpost.es