El Barça se queda con la miel en los labios en Nápoles (1-1) y se jugará el pase a cuartos de Champions en Montjuic
Un gol de Victor Osimhen en el minuto 75 evitó el triunfo de los de Xavi Hernández.
No perder como visitante es una eliminatoria de Champions siempre es positivo. Sin embargo, el Barça no estará del todo contento con un empate 1-1 en Italia frente al Nápoles que pudo haber sido un triunfo de haber sabido defender el 0-1 que marcó Lewandowski en el minuto 60.
Los de Xavi Hernández jugaron muy bien hasta el ecuador del segundo tiempo, cuando empezó a bajar revoluciones y se dejó empatar en el único tiro a puerta de los napolitanos en todo el partido.
El Barça no está fino en las áreas y este empate lo confirma, ya que llegó a jugar de notable alto en la primera parte y de bien al inicio de la segunda, con solo un gol en su haber. Y, por contra, recibió gol en el único tiro a puerta de un Nápoles que también confirmó que está lejos de su mejor nivel.
Queda todo abierto para el partido de vuelta del 12 de marzo en Montjuïc, que será decisivo.
El Barça dominó… hasta los últimos 20 minutos
El Barça obtuvo un resultado bastante bueno en Nápoles, pero dado el día a día de este equipo, no sirve para despertar de la pesadilla. De hecho, ese infortunio, ese bloqueo mental que tienen los de Xavi en varios partidos, estuvo presente en el Stadio Diego Armando Maradona.
Un '10' que obró desde el cielo para que dos de sus exequipos empataran. Quizá así se entienda que el Nápoles no haya perdido un partido en el que apenas hizo nada en ataque y del que sacó un resultado que les deja vivos para Barcelona, gracias a un gran gol, en su única acción liberado, de Victor Osimhen. Recorte a Iñigo Martínez, tiro de primeras y Ter Stegen vendido.
Lástima de final de choque, unos 20 minutos finales en los que el Barça volvió a jugar con miedo, con indecisiones e imprecisiones. Y le costó el empate cuando, visto el partido previo a lo ahora descrito, el duelo era blaugrana cien por cien y con ocasiones claras como para irse a casa con victoria y una sonrisa de oreja a oreja. Pero no estuvo la fortuna del lado 'culer', que tuvo en botas de Ilkay Gündogan la última gran ocasión del partido, con tiro desviado por muy poco que tocó la red lateral y engañó a muchos napolitanos.
Los culés pudieron adelantarse en la primera mitad
No entró ese balón, como tampoco ninguna de las cinco buenas ocasiones que tuvo el Barça en los primeros minutos. Con una gran presión, con robos en la zona de salida napolitana, y tres tiros claros entre palos que detuvo un excelso Meret, el Barça empezó a hacer soñar a sus seguidores. Realmente el juego fue bueno, con pequeños destellos de gran calidad, pero no llegó el gol.
Y eso que, por ejemplo, en el minuto 22 hubo una doble ocasión que, de estar el Barça con otro chip mental, hubiera significado la apertura del marcador, en una u otra jugada. Pero ni Robert Lewandowski, en un remate al primer toque a centro de João Cancelo desde la izquierda, ni el posterior tiro lejano de Ilkay Gündogan, desviado a córner por Meret, hicieron diana.
Tras el descanso, con el 0-0 inicial, el Barça ya no salió a morder tanto. Quizá el primer gran error. Aun así, 'Gündo' tuvo el primer tiro a los 4 minutos de la reanudación y el Barça, en el 60', por fin vio puerta gracias a 'Lewangol', que demostró que todavía tiene chispa y lleva ya cuatro goles en los últimos cinco encuentros.
El polaco se aprovechó de la magia de Pedri, que filtró un pase precioso con túnel incluido que el '9' controló con el pie derecho, orientado, para esperar turno para marcar. Y lo hizo escorando el balón al palo derecho de Meret, esta vez batido sin poder hacer nada más que soplar y lamentarse viendo pasar el balón.
Pedri también lo probó de lejos, pero a Meret ya no se le escaparon más balones. Y, por contra, un cuarto de hora después del gol de Lewandowski, el Nápoles del recién llegado Francesco Calzona vio la luz gracias a Osimhen. Hasta entonces, el delantero estuvo muy bien marcado. Con una línea defensiva blaugrana mucho mejor que en anteriores partidos.
Un error que les costó caro a los azulgranas
Pero el error defensivo habitual de esta temporada volvió a aparecer y a condenar al equipo. Osimhen, en la primera vez que recibió en el área, marcó. Era también la primera ocasión del Nápoles; y gol. Se giró y chutó el delantero nigeriano, con la diestra, engañando a un Ter Stegen que estuvo cerca de desviarla con el pie para marcar y acto seguido irse al banquillo.
A partir de ahí, un Barça diluido y con temblores de pierna se apagó antes de tiempo y se fue del Stadio Diego Armando Maradona con poco premio para lo puesto en liza en buena parte del partido. Será en marzo, en Barcelona, cuando la 'Champions' ponga a los vigentes campeones de LaLiga y de la Serie A, ambos con problemas en sus actuales campeonatos domésticos, en su sitio.