España se abona a la épica y se mete en semifinales tras tumbar a Alemania en el último minuto de la prórroga

España se abona a la épica y se mete en semifinales tras tumbar a Alemania en el último minuto de la prórroga

Un cabezazo majestuoso de Mikel Merino, a pase de un inmenso Dani Olmo, da la victoria a España por 2-1 en el partido que supuso el adiós definitivo de Toni Kroos.

Mikel Merino celebra su gol claveALEX CAPARROS vía Getty Images

Se habían escrito muchos guiones posibles de esta 'final anticipada'. Muchas pasaban por una figura central, Toni Kroos. Otras buscaban a la pareja Nico Williams-Lamine Yamal... pero, seguro, ninguno pasaba por recoger la locura que acabaría reinando en el Stuttgart Arena. Lo fácil de contar y lo más relevante es que España está en semifinales de la Eurocopa. ¿El cómo? Del modo más improbable. 

Abonados a la épica y al más difícil todavía, la cabeza de Mikel Merino, a pase de un inmeso Dani Olmo, apareció en el último minuto de la prórroga para darle la victoria a 'La Roja', justo antes de los penaltis. Un escenario que, a esas alturas, España parecía dar por bueno, después de haberse visto clasificada al filo del tiempo reglamentario pero también de saberse absolutamente noqueada por el aluvión ofensivo alemán posterior. 

Un gol, en resumen, para la historia. Porque el 2-1 de Mikel Merino en el minuto 119' mete a España en la lucha por todo... y certifica la retirada definitiva de Toni Kroos. El fútbol, que tanto le dio, no le guardaba un último baile feliz.

¿Inexpertos?

Era el gran partido. Por historia, por lo visto en esta Eurocopa y hasta por el morbo de la ¿retirada? de Kroos. Una 'final anticipada' que empezó a jugarse en la sala de prensa cruzándose pullas desde ambos bandos. Unos con prisas por jubilar al alemán; los otros, haciendo sangre en la "inexperta" selección española. En el verde se acabaron los 'discursitos'. Sorprendió Alemania con algunas variaciones, más por nombre que por esquema; no lo hizo Luis de la Fuente, fiel a su bloque, ese que siempre responde de inicio. También hoy. En cuestión de segundos, Pedri tuvo el 1-0 tras una fulgurante triangulación sobre el área germana. 

De marcar hubiera sido una historia muy diferente, pero también lo hubiera sido si no le lesiona Kroos instantes después. Una dura entrada del ya exmadridista quebró al frágil talento canario. Un tanto fuera de registro hoy, Kroos escapó sin amarilla, pero obligó a De la Fuente a mover el banquillo. Dolorido en lo físico y en lo anímico, Pedri fue reemplazado por Dani Olmo. La gran duda en el once inicial acababa de resolverse del peor modo. Olmo, casi en su casa, se haría notar de inmediato.

El debut del jugador del Leipzig fue de nota, entre el mar de piernas que sacaba Alemania en cada acción defensiva. Lo vivió en sus carnes al verse arrollado al borde del área por Rudiger —esta vez sí hubo amarilla—. No dejaría de aparecer, pese al marcaje, como no dejarían de intentarlo sin fortuna Lamine Yamal o Nico Williams, protagonista aunque con efectos más limitados que días atrás.

Enfrente, Musiala multiplicaba el peligro por banda izquierda, moviéndose con demasiada soltura por la zona de peligro. Sin embargo, las dos ocasiones más claras llevaron otra firma, la de Kai Havertz. Primero colándose entre centrales para rematar, de forma inocente, un buen centro de Kimmich y, en el 34' aprovechando un pase en largo de Rudiger, con el que burló a Le Normand, lastrado por una amarilla previa. Por suerte, no estuvo certero en el remate.

España llegaba, en lo estadístico más que Alemania, pero sin un peligro excesivo para la zaga anfitriona (curiosamente hoy ejerciendo de visitante). Nico, Olmo, Morata buscándose la vida lejos del área, Yamal... Los nombres de casi siempre, como Rodri, haciendo de motor. Se esperaba tanto fútbol que el descanso llegó con una sensación un tanto fría.

Un golpe y a sufrir

Se preveía movimientos y ambos equipos lo hicieron. Dubitativo, Le Normand dejó su hueco a Nacho, mientras Nagelsmann recuperó a dos de sus habituales, Wirtz y Andrich por Sané y Can. Sin tiempo para verles en acción, España se haría con el mando de inmediato. Primero, con una acción de '9' de Morata, ganándole el duelo a Rudiger... y mandándola alta, y justo después con un golpe de efecto entre Yamal y Olmo.

Con velocidad y libre por la derecha, el extremo del Barça encontró a Olmo llegando en segunda línea por el centro. Su pase, otra asistencia que anotarle, fue un regalo para el del Leipzig, con tiempo y talento para colocarla donde no llegaría Neuer. Era el 51' y Alemania reaccionó con urgencia, metiendo a un motivadísimo Fullkrug —sintomática su entrada pidiendo ánimo a la afición—. 

Dani Olmo celebra su gol a AlemaniaAlex Livesey vía Getty Images

Obligados por el marcador y su gente, los teutones no tardarían en imponer sus urgencias. Fue después de que Kroos, amonestado al fin, frenase a la desesperada a un encendidísimo Dani Olmo en su camino expedito a la portería. Casi la última de España en ataque antes del aluvión esperado, más allá de leves acciones de un Ferrán que sustituyó a Yamal.

Esta vez en el cielo no hubo tormenta, pero sí se vivió una lluvia de ocasiones. Previsible en un equipo que junta a Fullkrug, Havertz, Musiala, Wirtz o Kroos. El balón apenas se alejaba de los terrenos de Unai Simón. Andrich avisó, en fuera de juego, antes de que Havertz la mandase al poste, en un remate habilidoso ante Nacho y a centro de un Wirtz más rápido que Cucurella.

España sufría. De la Fuente intentó recuperar la calma moviendo piezas y dando entrada a Merino y Oyarzábal. Por entonces sin suerte. A esas alturas, el acoso alemán era constante y acabaría por encontrar premio en el 88', en el enésimo balón colgado al área, con un toque de Kimmich que Wirtz acertó a colocar en la portería. Nadie puede decir que fuese injusto. Algún alemán añadirá, incluso, que fue escaso. Hasta el 94' el partido se hizo eterno, pero España resistió.

Momento del gol de Wirtz, con Alemania metida en el área españolaCLIVE MASON vía Getty Images

La intensidad de ese tramo fue tal que era insostenible en la prórroga. El cambio favoreció a España, más presente en ataque y sobre todo más presente con el balón, el escenario ideal para los de De la Fuente. Olmo y Oyarzabal llevaron peligro, pero los de Nagelsmann no tardaron en carburar. Fue Wirtz el que tuvo la más clara, aprovechando un fallo en el repliegue español justo antes del minidescanso. Los penaltis aún parecían lejanísimos.

Lo que se vio cerca fue un posible penalti, por mano de Cucurella, del que el arbitraje nos indultó, por entender que era un gesto involuntario intentar quitar la mano. Pues gracias, porque con menos se han pitado tantos otros... A los minutos de tanteo, ya con los penaltis en la cabeza casi le da solución Fullkrug, de cabeza. Unai, con la yema de los dedos, evitó el desastre.  

Pero ni hubo desastre ni hubo penaltis. España controló los nervios y se reservó la última del tiempo 'legal'. Sin urgencias pero mirando a portería llegaría la sentencia, con un centro magistral del 'MVP' Dani Olmo rematado aún mejor por Mikel Merino, con un cabezazo incontestable. En la tierra natal de Joselu, el '9' rematador sumado a la causa, apareció el '6'. 

La rabia, la alegría, los nervios, el caos...

Por delante quedaban unos minutos de difícil narrativa. Faltas, ataques desesperados, goles frustrados en ambas áreas y un postrer parte de bajas para España. En ese furor cayó Carvajal, expulsado por doble amarilla. Antes lo había hecho Le Normand. Y veremos Pedri.

De eso tocará hablar en un rato. Un precio alto que se paga con gusto con tal de poder decir ¡España está en semifinales! Allí ya no llegará el gran objetivo de los fotógrafos, un Toni Kroos al que el fútbol le guardaba un último trago amargo.

Toni Kroos, el objetivo, en su despedida oficialCLIVE MASON vía getty images
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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es