Aclarando el adiós de Rubiales: por qué se va (así) y qué va a pasar ahora en la RFEF
El adelanto de su dimisión, que se hará efectiva este viernes en la asamblea extraordinaria, modifica los plazos, pero no cierra las muchas causas en contra del aún presidente de la federación.
"Se acabó". Ha sido el 'epitafio' con el que Luis Rubiales ha sellado su destino y se ha oído en los despachos de la Ciudad del Fútbol. El aún presidente de la Real Federación Española de Fútbol ha comunicado a su equipo que este viernes dimitirá en la asamblea extraordinaria convocada en el organismo a cuenta de la polémica por el beso no consentido a Jenni Hermoso.
Lo adelantaba la Cadena SER. Aislado, sentenciado por el Gobierno (a través del CSD), acorralado por la presión social, deportiva y judicial, y expedientado hasta por la FIFA, Rubiales sabía que o se iba o le echaban. Otro escenario era, ya en este punto, imposible.
A horas de que anuncie lo que ya se da por seguro, Rubiales se va guardándose un último as en la manga. Quiere y var a dar su postrera versión, asunto no menor en una persona tan propensa a hablar y a meterse en charcos, muchas veces gratuitos, durante sus intervenciones.
¿Y ahora qué pasa en la RFEF?
Una vez sea oficial su salida, la Real Federación Española de Fútbol se abre a un periodo de interinidad regido por una comisión gestora. En ella, el cargo de presidente en funciones podría desempeñarlo cualquiera de los nueve vicepresidentes, el secretario general o el tesorero. Esta fue la figura que relevó temporalmente a Ángel María Villar a la salida de este en 2018 y también rodeada de escándalos... aunque de otra índole.
Entre los nombres en las quinielas aparecen los vicepresidentes Miquel Bestard Cabot Antonio Suárez Santana Maximino Martínez Suárez Pedro Rocha Junco Rafael Del Amo Arizu Joan Soteras Vigo Salvador Gomar Fayos Elvira Andrés Monte Pablo Lozano Dueñas; el secretario general, Andreu Camps; o el tesorero, Eduardo Bandrés. Pero el 'elegido' podría ser cualquier otro del inmenso aparato federativo.
Será un mandato de caducidad preferente, porque los estatutos de la RFEF marcan que se celebren elecciones cada cuatro años y siempre coincidente con el ejercicio de los Juegos Olímpicos de verano. En 2024 espera la gran cita del deporte en París. Cerca de ese acontecimiento tendrán lugar unos comicios a los que habrá que poner fecha (por ahora solo se sabe que será el segundo semestre del año)... y candidatos.
¿Quiénes suenan?
La reciente sucesión de escándalos y críticas en torno a Rubiales ha hecho girar la mirada hacia Iker Casillas. El mítico portero del Real Madrid y la Selección Española ya se quedó a las puertas de presentarse a las elecciones de 2020, a las que finalmente descartó acudir, dejando vía libre para Rubiales.
Sus mensajes estos días, cuando ha estado muy activo en materia futbolística, no hacen sino acrecentar la sensación de que Casillas pueda postularse a un puesto al que hoy por hoy tampoco se puede descartar a Mariano Rajoy.
Para sorpresa de muchos, el expresidente del Gobierno coqueteó con la posibilidad de optar a la presidencia de la RFEF precisamente en la cita de 2020, pero finalmente se 'cayó' de la lista antes siquiera de dar el paso inicial. ¿Y ahora? A ver quién se atreve a decir que Mariano Rajoy hará o no hará algo, porque ya se sabe de sus "posibles" y sus "imposibles"...
Lo cierto es que a día de hoy aún no se ha desatado la carrera electoral por el trono del fútbol patrio. Vienen meses moviditos también en esta 'arena'...
¿Por qué opta Rubiales por irse?
Porque siempre es mejor irse a que te echen, podrá alegar. Más allá de este apunte, Rubiales va a intentar ser el protagonista de su último gran acto, antes de ser cesado, inhabilitado o apartado por organismos externos. Algo que, a todas luces, iba a pasar, en función de las palabras del ministro de Deporte, del presidente del Consejo Superior de Deportes y de otros altos cargos.
Desde que besara a Jenni Hermoso, Rubiales y su círculo han intentado evitar que el asunto llegase a mayores. Primero, con unas desafortunadas declaraciones a preguntas de los periodistas pidiendo "no hacer caso a los idiotas" y calificando los hechos como "un pico entre dos amigos".
En el avión de vuelta, consciente ya de la que se le venía encima, el presidente pidió a Hermoso que salieran juntos en el vídeo de disculpas que grabó la RFEF. Como informó Relevo, en estas tareas intentó ayudar el seleccionador femenino, Jorge Vilda, sin éxito.
Sabedor de su fracaso en la negociación, Rubiales salió solo para reconocer que "seguramente" se había equivocado, en unas disculpas que no convencieron a nadie. Era el principio de un fin que se ha precipitado, sin que el dirigente haya vuelto a hablar. Confiaba en que la 'bola' del escándalo no creciera hasta el extremo, para poder apoyarse en la asamblea del viernes y tirar del 'músculo federativo'. Pero el último de los escándalos que han rodeado su gestión le ha acabado por arrollar, hasta el punto de haber estado en riesgo la propia asamblea, ante el plante de numerosos miembros contrarios.
¿Su adiós le evitará problemas legales?
No. Las denuncias presentadas en su contra, que ya son al menos cinco, buscan su inhabilitación y podrían ir hacia un reproche penal por actos que, según el texto, han sido catalogados como "violencia sexual" o "acoso". Independientemente de su salida voluntaria del cargo, el CSD podría seguir elevando estas denuncias al Tribunal de Arbitraje Deportivo para que este resuelva si le inhabilita o no. Los plazos podrían llegar hasta los 15 años, si se aplica la recientemente aprobada Ley del Deporte.
Eso sí, como explica a El HuffPost Emilio Cortes, Catedrático de Derecho Penal y experto en derecho deportivo, las sanciones a nivel nacional sólo podrían llegar por la RFEF o el CSD, una de las dos. "No podrían acumularse ahí dos condenas por los mismos hechos, porque infringirían un principio básico del derecho sancionador que sería el principio non bis in idem", añade.
En esta ecuación también juega su propio partido la FIFA, que este jueves ha abierto un expediente disciplinario contra Rubiales por actos que podrían "violar" varios artículos del Código del máximo organismo futbolístico internacional. Y, si llegase la inhabilitación, Rubiales también recibiría reproche legal de la UEFA, donde con toda seguridad perdería el cargo de vicepresidente del Comité Ejecutivo que ostenta desde 2019.
Pero, como añade Emilio Cortés, hay otra vía legal que apenas se ha mencionado y podría tener recorrido, la penal. Esta no sería "repelida por ninguna de las sanciones eventuales anteriores", ha citado el especialista en la materia.
"En el caso de que el ordenamiento criminal español pudiera condenarle por un delito de agresión sexual, de coacciones o contra la integridad moral, habría que verlo en su caso. Es posible que se abra, porque Australia no ha incoado ningún procedimiento de delito y cabe posibilidad de que España conozca de estos hechos, en atención al tipo de delito que es”, reconoce el catedrático.
Una vía poco probable, en cualquier caso, que pasa sí o sí por el Ministerio Fiscal y la ofendida, "a través de una querella presentada ante la Audiencia Nacional". Algo que todavía no se ha puesto sobre la mesa.
Lo que sí está es el inminente adiós de Luis Rubiales, a la espera de una asamblea general extraordinaria que ha disparado su interés.