Crónicas de una superviviente
¿En qué estaba pensando para montar en moto desnuda? En que solo se cumplen 50 años una vez, en que sobrevivir medio siglo es motivo de celebración y en que ¿por qué no?
He sobrevivido al orden de nacimiento
Como soy la pequeña de seis hermanos, la única manera de que me prestaran atención habría sido estallar en llamas. Esta foto es de primero de lo que ahora se llama Educación Primaria. No hay fotos de preescolar o de la guardería, porque nunca fui. Gran error: 44 años después, todavía me siento como si tuviera que ponerme al mismo nivel que mis compañeros.
He sobrevivido al tercer año en el colegio
Un día tuvimos que quedarnos en clase a la hora del recreo porque estaba lloviendo. Estábamos jugando al pilla-pilla y, accidentalmente, tiré el modelo del Sistema Solar que la señorita Harry había colgado del techo. Me gritó tanto que el ataque de hipo que me entró de llorar me duró diez días. Mi madre me cambió de clase. Gracias, mamá.
He sobrevivido a este vestido de graduación
Esta fue la única graduación a la que he asistido. Era una fiesta temática de Stairway to Heaven, la canción de Led Zeppelin, pero el vestido que llevé era el disfraz que había utilizado mi hermana para la representación teatral de la obra de Thornton Miller Nuestra ciudad. Tres meses después de que se sacara esta foto, me violaron en una fiesta. Pasarían 34 años hasta que se lo contara a alguien. Las víctimas de Bill Cosby me animaron a contar mi historia públicamente.
He sobrevivido a un matrimonio nefasto
Un año después de que se tomara esta fotografía, el que llevaba 18 meses siendo mi marido dejó a otra mujer embarazada. Soy una persona flexible, pero no tanto. Nuestro matrimonio terminó ahí.
He sobrevivido a los altos vuelos
Solo con el paso del tiempo me daría cuenta de que los siete años que había pasado siendo azafata eran los buenos tiempos (antes del 11S). Durante los vuelos nocturnos, corríamos la cortina de la cocina, fumábamos y jugábamos al póquer encima de una manta que poníamos encima del carrito de la comida. ¡Qué tiempos aquellos!
He sobrevivido a un voluntariado en el Cuerpo de Paz
Tras dejar la aerolínea para unirme al Cuerpo de Paz, me mandaron a Tonga, un remoto archipiélago de la Polinesia. ¿Cómo de remoto? En el pueblo en el que estuve, donde enseñaba inglés, no había electricidad ni agua corriente ni teléfono. Ni siquiera había cerraduras en las puertas.
He sobrevivido al cáncer
Cuando llevaba dos meses en el Cuerpo de Paz, me diagnosticaron un tumor de Wilms en el riñón. Fue el shock de mi vida. Después de volver a Estados Unidos para someterme a una nefrectomía, acabé mudándome a Los Ángeles para perseguir mis sueños: tener una carrera profesional en la industria del espectáculo. (Llevo con ese osito de peluche desde que tenía cinco años).
He sobrevivido a Hollywood
¿Quién podría resistirse a esta chica a la que había vuelto a crecerle el pelo y que ya no tenía cáncer? Pues parece ser que todos los directores de casting. Aunque, comparados con el cáncer, los rechazos en las audiciones eran un problema insignificante.
Fotografía de Mikel Healey
He sobrevivido a la maternidad
Después de haber vuelto a casarme a los 35, me entusiasmó traer al mundo a mi hija Alabama a los 41. Estaba entusiasmada, sí, pero también aterrorizada; como no conocía a ninguna madre en Los Ángeles, creé una sucursal de MOMS Club International, un grupo de apoyo sin ánimo de lucro para padres y madres. Y es una de las cosas de las que más orgullosa estoy.
Fotografía de Mikel Healey
He sobrevivido al viaje, de momento
¿En qué estaba pensando para montar en moto desnuda? En que solo se cumplen 50 años una vez, en que sobrevivir medio siglo es motivo de celebración y en que ¿por qué no?
Fotografía de Mikel Healey
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.