Cinco (falsos) mitos sobre la masturbación
Desde hace tiempo, la masturbación ha recibido todo tipo de acusaciones: que si provoca ceguera, que si deforma el pene, que si te deja estéril, que si produce acné... Por suerte, ninguna de estas afirmaciones es cierta. La masturbación es una buena forma de darse placer, fácilmente y sin culpabilidad.
La masturbación da acceso al séptimo cielo, pero durante mucho tiempo esta actividad ha sido desprestigiada y acusada de numerosos males. En la actualidad la mayoría de los sexólogos la recomiendan y se practica de forma más libre. Sin embargo, sigue habiendo algunos prejuicios al respecto...
Sólo los solteros frustrados se masturban
Falso. El típico cliché del soltero que no consigue encontrar pareja y no le queda otra que darse placer... ¡Pues no! Se puede estar soltero, estar perfectamente feliz y tener orgasmos acariciándote. Ya sea con las manos o con un juguete sexual, pensando en fantasías o en recuerdos o viendo una película porno, la masturbación permite entrar al séptimo cielo de una forma tan sencilla que no deberíamos dejar pasar la oportunidad. Las endorfinas segregadas en el momento del orgasmo son relajantes y desestresantes. Numerosas personas reconocen dormir mejor tras un pequeño (o gran) placer.
Si te masturbas cuando tienes pareja, es que estás un poco falto
Falso. ¡Atención, que viene un enorme cliché a la vista! Por tocarse no significa que haya carencias en la pareja. Son placeres diferentes y complementarios. Es como si tuviéramos que elegir entre tarta de queso o bizcocho de chocolate, cuando en realidad nos gustan los dos. Las caricias solitarias son un placer, ya sea porque es lo que nos apetece en ese momento, porque estamos estresados o porque, de lo contrario, nos sentimos perfectamente y un poco pícaros. Además, cuando llevas viviendo con tu pareja desde hace tiempo, la libido tiene sus altos y sus bajos y la masturbación ayuda a sobrellevar mejor los bajos de tu pareja.
Hay personas que, al descubrir que su pareja se masturba, se lo toman como una traición y se sienten molestos y decepcionados. No obstante, cada cual es independiente en su deseo y su placer, y esto hay que aceptarlo para llevar una vida de pareja plena.
Evidentemente, si la vida sexual de la pareja no es satisfactoria y la masturbación está ahí para cubrir una falta duradera, es (MUY) recomendable hablarlo juntos, o incluso consultar a un sexólogo.
Es malo para la salud
Falso. Desde hace tiempo, la masturbación ha recibido todo tipo de acusaciones: que si provoca ceguera, que si deforma el pene, que si te deja estéril, que si produce acné... Por suerte, ninguna de estas afirmaciones es cierta. La masturbación es una buena forma de darse placer, fácilmente y sin culpabilidad.
El único caso en el que es patológico es cuando se convierte en algo compulsivo. Entonces responde a un malestar o a una angustia excesiva y se caracteriza por una pérdida de control (la persona no puede dejar de masturbarse). En ese caso tiene repercusiones en la vida social, profesional y/o personal y provoca un gran sufrimiento. Ahí se necesita una consulta especializada en alguna clínica de adicción para salir de ese círculo vicioso.
Hay que masturbarse para sentirse realizado sexualmente
No necesariamente. Hay que reconocer que tocándonos aprendemos cómo funciona nuestro cuerpo y qué medios necesita para alcanzar el orgasmo. En el caso de las mujeres, suele ser por medio de la estimulación del clítoris. Estimular el punto G (que forma parte de las zonas internas del clítoris) o el fondo de la vagina también funciona para muchas mujeres, tanto con los dedos como con un juguete. De este modo, las mujeres pueden reproducir sus estímulos durante las relaciones sexuales o enseñar a su pareja cómo debe hacerlo.
No obstante, hay personas que tienen una vida sexual muy feliz a pesar de no tocarse: aprenden con sus amantes, que saben hacerlas gozar.
Favorece la eyaculación precoz
Depende. Si el hombre se masturba siempre muy rápido por miedo a que le pillen, puede acostumbrarse a acceder al máximo placer de forma muy rápida, y repetir ese esquema también durante la penetración. En cambio, si se toma su tiempo, la masturbación le ayudará a conocerse mejor y a controlarse, retrasando así el umbral de la eyaculación.
Este post fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano