¿Los adolescentes ya no ven la televisión?
Los datos son los datos. Pero creo que si no la ven es porque no hay productos para ellos. Y como no los hay, la dejan de ver... La pescadilla que se muerde la cola. A los adolescentes sí les interesa lo que hacen personajes parecidos a ellos en la ficción. Ahí está lo que pasa con los libros y el cine.
90210, Buffy la cazavampiros, Misfits, Al salir de clase, Compañeros, El internado... Todas son series protagonizadas por adolescentes, y para adolescentes. Un género que dispara las audiencias, aunque para algunos seriéfilos son un producto menor, con tramas y personajes clónicos. Bueno, pues muchas series adolescentes sí son malas, pero otras tantas no. Además, que tampoco es que las de polis sean muy diferentes unas de otras, y se respetan muchísimo más (a los que miran lo teen por encima del hombro, les recuerdo que Dawson crece se emitió en los noventa en Canal+, esa cadena de pago tan francesa).
El caso es que las teles de nuestro país llevan un tiempo sin apostar por series adolescentes, ni por las de fuera, ni por las de producción propia. En concreto, más de un año, que fue cuando se acabó El barco. Desde entonces, los adolescentes en pantalla salen con cuentagotas. Aunque hay que ir más atrás para encontrar una serie española en la que la espina dorsal de las tramas la protagonizaran sólo adolescentes, como ocurría en muchos capítulos de Física o Química. Y eso que el espectador juvenil le ha dado a las cadenas muchas alegrías...
Hubo un tiempo, y no hace tanto, en el que casi coincidían en el prime time series tan hormonadas como Hay alguien ahí, El internado o FOQ. Pero ahora el panorama es muy diferente. Lo que se lleva son series como El tiempo entre costuras, Isabel o El príncipe. Tiene pinta de que la mayoría de su público es adulto, aunque seguro que también hay espectadores juveniles. Pero vamos, que está claro que no son el target al que se dirige el producto. Y es que en ninguna de estas series te encuentras una trama protagonizada por chavales, ni sale un menor de edad mucho tiempo (tampoco tendría sentido, son otra cosa y están bien así). El caso es que podríamos decir que los adolescentes, televisivamente hablando, están huérfanos.
Imagen: Buzzfeed
Ingenuo de mí, pensaba que tanta ausencia era sólo porque las cadenas no tenían nada que ofrecer, así que a ello que me puse con otro compañero. Lo hicimos porque nos contrató una productora, que también creía que ahí había un hueco que llenar. Un mes y algo después, tuvimos una reunión en una de las teles gordas para venderles el proyecto. Bueno, pues la respuesta de los directivos fue de lo más tajante: los adolescentes ya no ven la televisión. Nos dijeron que series como El internado, o Los protegidos, ahora mismo no se harían, que no funcionarían. Según ellos, los chavales pasan de lo que ponen en la tele, no les interesa nada. Si lo ven es en Internet, y pirateado. Esto mismo se lo he escuchado también a muchos de los que mandan en las productoras. Que lo adolescente, no. Por eso, en las pocas series en las que ahora los hay, sus tramas se reducen.
¿De dónde se sacan los jefes esto de que los adolescentes no ven la tele?
De los datos de los audímetros.
¿Cuál es la explicación?
Que Internet y la piratería tiene tan absorbidos a los chavales que ya no se sientan a ver una serie con su familia. Si la ven es sólo en su ordenador.
Bueno, pues yo discrepo.
A ver, lo de que los adolescentes no ven la tele, sí, los datos son los datos. Pero creo que si no la ven ahora es porque no hay productos para ellos. Y como no los hay, la dejan de ver... La pescadilla que se muerde la cola, vamos. Ya sé que lo del Twitter social es engañoso, pero muchos de los que comentan lo que está pasando en la televisión por las noches aún van al instituto. Ana Mena, que interpreta a la adolescente Paula en Vive Cantando, es la segunda del elenco protagonista de la serie con más seguidores en la red social, sólo por detrás de María Castro. En YouTube los vídeos en los que cantan los adolescentes de la serie están entre los más vistos. También tiene casi el doble de visitas el vídeo del polvo adolescente de la serie frente al de los dos adultos protagonistas. Es cierto que todo esto son datos de lo que se ve en Internet, pero también es cierto que antes se emitió en televisión.
Imagen: YouTube
Creo que a los adolescentes sí les interesa lo que hacen personajes parecidos a ellos en la ficción. En general. Vamos, que ahí está lo que pasa con los libros para ellos. Escritores como Blue Jeans o Laura Gallego, superventas de la literatura juvenil (entre los dos suman cifras millonarias), tienen que repartir números en las firmas para que la cosa no se les desborde. Esto a nivel nacional, que si veis las cifras de ventas de Suzanne Collins, Moccia, Meyers o J. K. Rowling os caéis de culo. Y todos ellos venden libros, que es una cosa súper desfasada y súper superada por la tecnología de Internet...
El cine también les interesa a los adolescentes, y mucho. Pelis como Tengo ganas de ti o En llamas les llevan en masa a las salas, y las de terror, de las que son sus mayores espectadores, salvan la vida a las productoras.
Entonces, si a los chavales les va la ficción, ¿qué ocurre con la de la televisión para que justo esa no la vean? ¿Tanto ha avanzado Internet como para que se olviden de la tele? ¿O es la tele la que se ha olvidado de los adolescentes y ellos buscan refugio en Internet?
Un momento...
¿Los publicistas que compran espacios en prime time se dieron cuenta de que con lo que les dan de paga a los chavales no les llega ni para pipas?
Claro, igual les sale más a cuenta a las cadenas apostar sólo por productos adultos y anunciar lavadoras y coches para los padres. Y ya se sabe que estamos en crisis...
Entonces...
¿Determina la publicidad el tipo de serie que se hace para una cadena?
Para los que trabajamos en la tele la respuesta a esta pregunta es obvia. Para los de fuera igual no tanto. Para los adolescentes, a los que se les echa la culpa por ser tan 2.0, menos.
Pero bueno, que quizá soy yo que estoy un poco conspiranoico y no asumo que lo que llevamos a la cadena igual era malo...
Este artículo se publicó originalmente en Bloguionistas.