Leer en la playa (gifs)
Si lo sueles hacer, ya lo tendrás claro: leer en la playa no siempre es algo fácil. De hecho, puede convertirse ser una odisea. Pero si tienes paciencia, llegará la calma y podrás disfrutar de uno de los momentos más estupendos del verano.
Cuando llegas a la playa, plantas la toalla y abres el libro que estás deseando devorar.
Cuando no encuentras la postura ideal para leer y pruebas boca arriba, boca abajo, de lado, y otra vez boca arriba...
Cuando alguien pasa corriendo y te llena el libro de arena.
Y por mucho que lo sacudes, sigue quedando arena dentro del libro, y al pasar las páginas suenan como si tuviera bisagras.
Cuando lees sujetando el libro en el aire estratégicamente para que el sol no te dé en la cara, pero el muy cabrito se va moviendo.
Cuando tus compañeros de playa te dicen que si no te bañas, que el agua está buenísima y te lo estás perdiendo.
Cuando te estás asando de calor, pero te propones llegar hasta el final de capítulo antes de bañarte.
Y acabas el capítulo, pero ahora la cosa se ha puesto muy interesante, y no puedes dejarlo.
Cuando sueltas el libro un rato y te pegas un buen baño.
Cuando vuelves a la lectura, pero antes te secas bien para que no se te moje el libro.
Pero te pones boca abajo y te cae un goterón del pelo que se vuelve inmenso y cala varias páginas.
Cuando te entra la modorra de después de comer y te quedas sopa leyendo.
Y te despiertan un grupo de chavales que han montado el campamento a tu lado y pinchan con el móvil La gozadera.
Y encima te has quemado por haberte quedado dormido al solazo.
Cuando sube la marea y tú estás tan concentrado en el libro que ni te enteras de que las olas se están llevando la neverita.
Cuando los chavales de la música pinchan El perdón de Enrique Iglesias y Nicky Jam. En bucle.
Cuando se va yendo el sol, y la gente, y al fin puedes leer tranquilo.
Y te quedas en la playa hasta que acabas el libro, con el viento fresquito y el sonido de las olas de fondo.