Escribir una novela en 11 pasos
El sueño de escribir una novela puede convertirse en una pesadilla al descubrir lo fácil que es quedarse a medio camino. Y es que sacar doscientas páginas de la nada, por mucho que pueda parecer algo mágico, requiere de un método de trabajo. Os cuento el mío, por si resulta útil.
El sueño de escribir una novela puede convertirse en una pesadilla al descubrir lo fácil que es quedarse a medio camino. Y es que sacar doscientas páginas de la nada, por mucho que pueda parecer algo mágico, requiere de un método de trabajo. Os cuento el mío, por si a alguien le resulta útil:
1. ASUME EL SACRIFICIO. La idea romántica del escritor que teclea empujado por la inspiración una página tras otra es, eso, una idea romántica. Igual sí hay algunos que funcionan así, pero los que yo conozco son metódicos y disciplinados. Escribir es un trabajo que requiere de mucha constancia y que, en la mayoría de las ocasiones, se hace sin dinero por delante; lo más probable es que te toque compatibilizarlo con un curro de verdad con el que poder pagar el alquiler. Piénsate bien todo el sacrificio que implica antes de lanzarte a la piscina, aunque, si de verdad te gusta, sabrás convertirlo en un placer.
2. BUSCA TU GRAN IDEA. Da la sensación de que para que una novela sea la leche tiene que partir de una idea súper poderosa, de esas que cuando te las cuentan te quedas pegado. Bueno, pues muchas novelas son estupendas aunque por sus premisas, no parecía que fueran a serlo. Alta fidelidad no es más que la historia de un chico que recuerda a sus exnovias, aunque sólo hace falta leer una página para descubrir que es mucho más que eso. Vamos, que si encuentras la fórmula para devolver a los dinosaurios a la tierra pues fenomenal, pero si no quédate con una idea sencilla que esas también funcionan. Tira de tu bagaje personal, que cuanto más de verdad son las cosas mejor quedan, y encárgate de que tu modo de contar esa pequeña historia la convierta en grande.
3. UTILIZA LOS GÉNEROS. Tienes tu premisa, pero te pones a desarrollarla y no sacas más que unas cuantas líneas. Tranquilo, que es lo normal porque las ideas, así, sueltas, no tienen un planteamiento, nudo y desenlace; eso es justo lo que tienes que buscar para poder desarrollarla. Un modo de conseguirlo es engranar tu historia dentro de un género que le aporte la estructura narrativa que necesitas. La ciencia ficción o la novela negra tienen sus propias convenciones, en ellas pasan siempre las mismas cosas, aunque contadas de un modo diferente. Aliarte con un género te puede servir de guía para marcarte los pasos que debe dar tu idea hasta convertirse en una novela.
4. TRABAJA LA HISTORIA. Muchos escritores una vez tienen la idea y un par de cosas claras, se sientan a teclear y se dejan llevar por la historia. Lamentablemente no es mi caso. Lo que yo hago es pasar unos cuantos días trabajando la premisa en una pizarra (vale un cuaderno), dándole forma. Sitúo en el tiempo y en el espacio, creo a los personajes, describo sus características físicas, sus anhelos y expectativas. Muchas de estas cosas no las utilizo después al desarrollar la novela, pero para mí es importante ver al detalle en mi cabeza el mundo de ficción en el que voy a vivir durante meses.
5. ESCALETA. La escaleta es un documento en el que se recoge toda la historia que ocupará las páginas de la novela, pero sin extenderse demasiado ni incluir los diálogos ni el estilo literario. Es más una suma de acciones o de los contenidos que escribes sin preocuparte, por el momento, de embellecerlos. El objetivo es que la trama de tu historia te quede clarísima y que después tengas una guía de la que tirar cuando te sientes a escribirla. Por cada capítulo puedes tener una página de escaleta, de esta manera cuando te pongas a desarrollarla de verdad ya tendrás algo de lo que tirar y no te encontrarás con el temido folio en blanco.
6. ESCRIBE. Llegó el momento así que prepárate un café, ponte buena música, desconecta Internet y, hale, a darle a la tecla. Tranquilo que tú página no estará en blanco porque tienes la escaleta como guía. De la página del primer capítulo que ya tienes saca tres. Déjalo un rato, vuelve y saca cinco. Sigue ampliando hasta que tengas el número de páginas que debería tener cada capítulo (ayuda que sean siempre las mismas). Hazlo sin preocuparte mucho por el estilo, y cuando ya tengas todo el contenido desarrollado, afila las palabras. Márcate un tiempo de escritura de cada capítulo, uno a la semana, por ejemplo. Y sé disciplinado, que así no hay fallo.
7. SÉ CONSECUENTE. La escritura de tu novela está en marcha, ya acumulas un buen puñado de páginas. Pero, como con todo en la vida, el paso del tiempo hace que las cosas parezca que pierden fuelle; puede que ya no golpees las teclas con tanto entusiasmo, que te canses de la historia. En el peor de los casos te sentirás atascado y querrás tirar todo lo que escribiste por la borda. Si es así, mi consejo es que antes de tomar una decisión drástica pares por unos días. Lo más probable es que tu escaleta tuviera algunos agujeros con los que ahora, al desarrollarla, te has encontrado. Bueno, pues vuelve a trabajar sobre ella, que es mucho más fácil cambiar algo pequeño, como el documento de la escaleta, que toda la novela que ya llevas escrita. Cuando lo tengas más claro, ponte a escribir de nuevo. Y no vuelvas atrás en la novela, sigue hacia delante con las nuevas directrices, que ya tendrás tiempo de reescribir en el grueso lo que no funciona.
8. VETE DE VACACIONES. Has puesto el punto final en el último capítulo. Le das a imprimir y tienes entre tus manos un tocho que te llena de orgullo. Bueno, pues que sepas que eso no es una novela, sino un borrador. Lo es porque probablemente al leerlo te encuentres con muchas cosas que te gusten y estén tal y como las imaginabas, pero también con otras que te abrirán las carnes. Puede incluso que te sientas decepcionado con el resultado global. Pues te aseguro que no está tan mal como te parece ahora. Lo único que necesitas para verlo como merece es tomar distancia. Así que guarda el borrador en el cajón y vete unos días de vacaciones a oxigenarte, que te las has ganado, y a la vuelta ya te pondrás a trabajar de nuevo en el libro. También puedes pasárselo a alguien de tu confianza para que te de su opinión, aunque asegúrate antes de que es capaz de leer versiones no definitivas de una historia y no te va a liar más de lo que ya lo estás.
9. REESCRIBE. Si pensabas que lo habías pasado mal buscando la idea o sacando páginas de la nada estabas muy equivocado... La reescritura o corrección para mí es, con diferencia, la parte más dura del proceso. Te toca volver al principio de la historia y descubrir lo que te dejaste por el camino, o lo que tanto te gustaba pero no funcionaba. Léetelo todo del tirón, toma una perspectiva global y vuelve al principio. Por muy enamorado que estés de tus párrafos, no tengas miedo en cargarte lo que haga falta. Si no funciona, pues no funciona y alargarlo sólo va a ser más doloroso. Aunque tampoco te vuelvas loco y te pongas a reescribir hasta las comas... La corrección es un buen momento para mejorar la historia, sacarle brillo y tener entre tus manos, al fin, tu novela.
10. MUÉVELO. Ya tienes tu libro terminado. ¿Y ahora qué? Pues ahora toca que tus palabras cobren vida en la imaginación de sus lectores. Que te la publique una editorial grande, sin experiencia previa y sin un buen agente, es difícil, aunque no imposible; todo es intentarlo. También puedes optar por participar en alguno de los premios, que la creencia popular es que están todos datos, pero a mí me consta que muchos están de lo más limpios. Los hay juveniles como el Plataforma Neo o adultos como el Premio Minotauro. Otro camino es el de la autoedición; es cierto que la cosa puede salir cara, pero si lo que tienes es bueno y te sabes mover puedes ser el próximo Eloy Moreno. También puedes empezar tu carrera en Internet, colgando lo que escribes en la red como hizo Francisco de Paula, Blue Jeans,, uno de los autores más vendidos en la actualidad.
11. ¿HAZTE MILLONARIO? Amigo mío, si lo que buscabas era hacerte rico tendrías que haberte apuntado al casting de Gran Hermano, que es un camino mucho menos laborioso. Sacar dinero con los libros es difícil e incluso los escritores que venden mucho un libro no tienen asegurada las mismas cifras en los siguientes. Pero tener una novela es un primer paso para labrarte una carrera como escritor. Lo importante es que apliques la misma perseverancia en eso que utilizaste para escribir tu libro (esto me lo digo para mí mismo más que nada).
Pues estos son más o menos los pasos que doy al escribir. Conste que no son una ciencia exacta y que algunos escritores no los comparten para nada; Bárbara Alpuente, autora de la deliciosa Más allá de mí, se tira de los pelos cuando le cuento que no sé escribir sin una escaleta. Cada maestrillo tiene su librillo; tal vez ha llegado el momento de que busques el tuyo y escribas tu novela.