Sube la deuda, baja la bolsa: nos deben una explicación
No hay que romperse la cabeza: el Gobierno debe pedir de una vez por todas la línea de crédito preventiva para la compra de deuda por el BCE y la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene que prohibir indefinidamente las operaciones especulativas en la Bolsa.
Nos deben una explicación. O mejor dicho dos. Y no, no se preocupen que no me refiero al Presidente Rajoy sobre el Caso Bárcenas. Lejos de mi ánimo escribir más sobre lo mismo, cuando lo fundamental ya está planteado.
Mis tiros van por otro lado y tienen que ver con los intereses económicos directos de los ciudadanos, con lo que van a notar en su bolsillo por una vía u otra, a raíz de la subida de la prima de riesgo y de la caída de la bolsa en los últimos días, que en ambos casos han sido notables. Notables e inaceptables, la verdad, porque sin necesidad de profundizar mucho se llega a la conclusión de que, al menos en parte -en una buena parte, en realidad- podían haber sido evitadas.
En los dos casos se argumenta que la causa está en la inestabilidad política provocada por los supuestos asuntos de corrupción ligados al Caso del extesorero del PP. Sin duda es así. Pero...
Si el Gobierno hubiera utilizado el ofrecimiento del Banco Central Europeo (formulado el 6 de septiembre, hace ya cinco meses) de activar una línea preventiva de crédito para adquirir ilimitadamente deuda española, hoy estaríamos en condiciones de reducir los daños adicionales de esta coyuntura en la prima de riesgo. Por supuesto que, desde el primer momento de hacer uso de tal posibilidad, se habrían reducido los pagos por intereses de la deuda -que siguen siendo altísimos y suman para 2013 una previsión de casi 40.000 millones de euros-, Y ahora tendríamos en nuestras manos un arma (la compra por parte del BCE) contra unos especuladores que, junto a la desconfianza natural de los inversores ante la inestabilidad política, la azuzan interesadamente para volver hacer caja. Pues por mucho que se empeñaran, estaríamos hablando de una prima de riesgo de 200 puntos, no de 350 o 390, y de unos tipos de interés sensiblemente menores a los actuales. En cualquier caso, cada día al alza aumentará la partida a pagar por el estado, o sea, por todos los contribuyentes.
Hablemos ahora de la Bolsa. Cierto, ante la tormenta política hay quien vende para irse a otros mercados o para poner su dinero en una deuda cuya prima de riesgo vuelve a elevarse. Pero los que pagan el pato no son otros que los pequeños y medianos inversores, poco dados a irse de un lado a otro y que ven cómo el valor de sus ahorros -ahora que empezaba a recuperarse un poco- vuelve a venirse abajo. ¿Es normal que en estas circunstancias la Comisión Nacional del Mercado de Valores haya levantado la prohibición sobre las operaciones especulativas en la Bolsa vigente durante los últimos meses? No, no lo es. Los argumentos para tal acuerdo parecen insostenibles: se le da vida al mercado, se evita la sobrevaloración natural de las acciones... No sé si les habrá pasado por la cabeza que con ello arrimarían compradores a la deuda para limitar la subida de la prima, pero si lo pensaron no han conseguido ni de lejos el efecto deseado.
No hay que romperse la cabeza: el Gobierno debe pedir de una vez por todas la línea de crédito preventiva para la compra de deuda por el BCE y la Comisión Nacional del Mercado de Valores tiene que prohibir indefinidamente las operaciones especulativas en la Bolsa, proponiendo que otro tanto se haga en los mercados de valores de la zona euro. Al fin, soluciones lógicas y europeas de pura defensa propia.
Lo de menos es el coste político para el Gobierno de lo primero y el desgaste institucional de la CNMV frente a los mercados de lo segundo.
En todo caso, nos deben una explicación.