Nunca te dije que te amaría toda la vida
Pasiones mercenarias, chicas materialistas, amantes cínicos, himnos antimatrimonio o amores de quita y pon. Repasamos algunos títulos del cancionero más agridulce y con menos almíbar.
Pasiones mercenarias, chicas materialistas, amantes cínicos, himnos antimatrimonio o amores de quita y pon. Repasamos algunos títulos del cancionero más agridulce y con menos almíbar.
Love for sale. Ella Fitzgerald
Abramos de par en par las puertas al amor más vil: El amor mercenario. Cole Porter dejó entre otras obras maestras, este canto a la pasión mercenaria y contra reembolso, echando de paso dosis de vinagre de Módena sobre la historia de la canción. Entre las versiones que han hecho historia, Ella Fitzgerald o más recientemente, K.D. Lang.
Las canciones de Cole Porter encuentran en la voz de Ella Fitzgerald una de sus intérpretes más sensibles.
Jamais je ne t'a dit que je t'aimerai toujours. Jeanne Moreau
Nadie mejor que la chanson francesa y la voz de Jeanne Moreau para recodarnos, por si lo habíamos olvidado, aquella frase que toda pareja debe tener grabada en la cabecera del lecho: "Nunca te dije que te amaría toda la vida", que es una forma de vivir al viejo modo carpe diem del poeta Horacio. O sea, disfrutemos de momento el presente. Mañana, dios dirá.
En 1963 Jeanne Moreau publica el álbum 12 chansons escritas por Cyrus Bassiak, que se convertirá en su compositor fetiche.
Makin' Whoppee. Harry Nilsson
El amor empieza bajo una lluvia de arroz y un eufórico, ¡Makin' Whoopee! y acaba enredado en la telaraña del matrimonio, la infidelidad y otras soledades. Bajo su ritmo chispeante, el recorrido doloroso de la estación amorosa que ha servido de vehículo musical para voces como la de Sinatra, Marlene Dietrich, Nilsson o una Michelle Pfeiffer en estado de gracia en Los fabulosos Baker Boys.
Desde su creación en la década de los años veinte del pasado siglo, Maki'n Whoopee no ha dejado de ser interpretada por toda clase de cantantes y géneros musicales.
Material girl. Madonna
En su primera reencarnación Madonna dejó este manifiesto de feminismo materialista en la era de la opulencia y el capitalismo sin culpa ni penitencia que patrocinaban el señor Ronald Reagan y la señora Margaret Thatcher. Pero hasta las chicas más codiciosas tienen su corazón de oro y son capaces de apadrinar las causas justas y solidarias o viajar hasta África para aumentar la familia.
Material girl se convertirá con el paso del tiempo en una de las canciones emblema del repertorio y los espectáculos de Madonna.
Je cherche un millionaire. La Mistinguett
En la prehistoria de la canción europea, la Mistinguett ya abogaba por la conjunción de la felicidad amorosa y la cuenta corriente como manera de alcanzar el paraíso terrenal para las señoritas desprejuiciadas y previsoras. Un consejo que casi un siglo después sigue de plena actualidad.
La figura de La Mistinguett domina las primeras décadas de la revista y el music-hall europeo.
Adéu, adéu, amor meu i sort. Joan Manuel Serrat
Qué lejos parecían quedar aquellas paraules d'amor adolescentes y llenas de ternura, Serrat hacía su aprendizaje sentimental y la crónica de un amor con fecha de caducidad anunciada. Hasta dejaba algún que otro consejo en el bloc de notas: "No te preocupes por las sábanas de la cama, seguro que el nuevo ocupante, no sabrá quién las calentó antes..."
Fotografía de Colita del interior del álbum Serrat 4 (1970) que incluía entre otras, El meu carrer, Conillet de vellut y Adéu, adéu, amor meu i sort.
En relisant ta lettre. Serge Gainsbourg
Nadie mejor que un cínico enmascarado como Serge Gainsbourg, que bajo su antifaz de dandi insolente, dejaba asomar su lado más vulnerable, para hacer la desconstrucción del sentimiento amoroso a partir de la ortografía de la carta de la amante. Hoy, en los tiempos de la comunicación instantánea, la correspondencia amorosa goza de una mayor permisividad y síntesis ortográfica.
Serge Gainsbourg, figura capital de la chanson y la canción pop del siglo XX.
Lady veneno. Massiel
En un país donde el matrimonio era uno y para toda la eternidad, Massiel se presentaba como una viuda negra, de vida alegre, cabaret y humor progre de los 70, dispuesta a facturar sus maridos "hacia un mundo mejor" a la vista de las penurias y sufrimientos que representaba para todos ellos seguir permaneciendo en la vida terrenal. Afortunadamente la llegada del divorcio permitió otra clase de métodos a la hora de desembarazarse del cónyuge.
En la década de los 70 Massiel explorará con éxito géneros como la canción cabaret, el teatro musical o la música popular latinoamericana.
I'll Never Fall In Love Again. Bobbie Gentry
¿Qué hay detrás de un beso de amor? Seguramente un ejército de gérmenes esperando el momento de provocar una buena pulmonía en el receptor... Esta y otras consideraciones lanzaba la protagonista de la comedia musical Promises, Promises, versión Broadway de la película El apartamento de Billy Wilder, a la que Burt Bacharach puso la música y Hal David, la letra de las canciones.
Bobbie Gentry, una cantante de estilo country que encontraría en esta balada pop de Burt Bacharach uno de sus grandes éxitos.
Parole, parole. Mina & Alberto Lupo
Despues de haber dejado algunas de las baladas de amor más épicas y sensuales de la música pop europea, Mina desacralizaba la pasión amorosa a dúo y en correspondencia. Hasta las más apasionadas declaraciones de amor se pueden transformar en un ramillete de tópicos insoportables.
Parole, parole pasará de melodía televisiva de la RAI a éxito discográfico internacional.
No me quiero casar. Marisol
Que Marisol gritara a los cuatros vientos este himno a ritmo de samba contra el destino nupcial que le esperaba a toda joven española en el Franquismo no dejaba de tener su gracia y paradoja. El resto es de todos conocidos, Marisol acabó casándose con el que estaba destinado a ser su príncipe azul y ni fueron felices ni comieron perdices.
Después de su etapa como estrella infantil, Marisol se transforma en una sexy y juvenil cantante pop.
Le prochain amour. Jacques Brel
Llámale pragmatismo o desafección, visión cínica o realista, el amor próximo, aquel que llegará, nos hará caer en las mismas ilusiones y tropezar en las mismas trampas. En los mismos egoísmos y besos perdidos. Hasta podemos presagiar cual será su destino y el próximo combate que nos espera.
Jacques Brel, el artista donde se funden el creador musical, el intérprete y el poeta.
Diamonds Are a Girl's Best Friend. Marilyn Monroe
Seguramente una de las canciones más materialistas y cínicas que se han creado desde la orilla femenina, aunque sus autores sean los señores Jule Styne y Leo Robin. Desde su inclusión en la comedia musical Los caballeros las prefieren rubias, muchas han sido las chicas que han aprendido que los diamantes o una cuenta corriente de La Caixa o el Santander, siguen siendo el mejor acompañante para toda la vida de una dama.
Canciones como Diamonds Are a Girl's Best Friend construyen el mito Marilyn Monroe.
Yo en amores soy muy ligera. Guillermina Motta
Toda una declaración de principios: "Yo en amores soy muy ligera, amo a los hombres como si fueran ropa interior de quita y pon". Manuel Vázquez Montalbán le sirvió un disco entero como la reina del cuplé antifranquista, Guillermotta en el País de las Guillerminas. La versión teatral no corrió tanta suerte y se quedó sin ver la luz por culpa de la censura.
Entre los años 60 y 70 Guillermina Motta ilumina la escena musical como figura sofisticada y libertaria.
Compuesto y sin novia. Miguel de Molina
Otro himno a la soltería y a la felicidad de la vida célibe frente a ese centro de reclusión que representa el matrimonio y la vida familiar. Miguel de Molina dejó una de sus interpretaciones más festivas y cómo no, con su lectura o interpretación en clave más gay para los más entendidos.
Miguel de Molina, un acento de transgresión y lirismo en la Copla.