5 minutos en la cabeza de una madre
¿Qué hora es? ¿A qué día estamos hoy? ¡Dios, con lo bien que se está en esta cama! ¿Por qué no me puedo quedar aquí todo el día? Serían las vacaciones perfectas. A la mierda el Caribe, yo solo quiero mi cama. Mi cama, Netflix y tarta de queso. Y unos Doritos. Ah, y guacamole también.
¿Qué hora es? ¿A qué día estamos hoy? ¡Dios, con lo bien que se está en esta cama! ¿Por qué no me puedo quedar aquí todo el día? Serían las vacaciones perfectas. A la mierda el Caribe, yo solo quiero mi cama. Mi cama, Netflix y tarta de queso. Y unos Doritos. Ah, y guacamole también. Mmmm. Nachos. Y sangría. Nunca estaré delgada. Quizás debería hacer el reto de Facebook de los abdominales. Porque necesito hacer algo nuevo en qué fracasar. Debería hacer un reto de tartas de queso. Probar una nueva cada día.
¿Por qué se estarán peleando ahora? ¿Por un rotulador? Tienen una habitación llena de juguetes, que mi dinero me ha costado, ¿y a ellos les da por discutir por un rotulador? Hablando de juguetes, probablemente debería lavar sus peluches. Qué pasa si están llenos de polvo. Y qué pasa si hay una ciudad entera de ácaros justo detrás de los ojos de sus ositos de peluche. Debería estar más pendiente de estas cosas. ¿Por qué no puedo ser una mamá normal y responsable, digna de Pinterest? No le he hecho a mi bebé una mesa de los sentidos ni una bandeja de cubitos de hielo llena de canapés de colores.
A ver, qué tengo que hacer hoy... devolver unas llamadas, contestar unos mails, responder a los mensajes que recibí hace varios días... la gente probablemente piensa que soy una maleducada. Tengo que organizarme. Tengo que organizar la casa entera. La habitación es un desastre. Vi en el programa de Oprah que tu dormitorio es el reflejo de tu matrimonio. Por favor, que no sea cierto. Tengo que despejar todo esto. Como mínimo, tengo que guardar toda esta ropa en su sitio. No es buena señal que todas las cestas de la ropa estén llenas y que tengas que usar cajas de almacenamiento para amontonarla. Pero, antes de nada, tengo que sacar toda la ropa de todos los cajones y organizarlos. Estoy harta de ver a mi hijo de 4 años llevar pantalones dos tallas más pequeñas. Bueno, en realidad parecen pantalones pirata, ¿no? Es que odio tener que deshacerme de la ropa. Sobre todo, cuando sé que no se la pueden pasar de unos a otros. Quizás deberíamos tener otro bebé. No me siento agotada. Estoy agobiada y estresada, pero no agotada. ¿Necesitaría un coche más grande? Yo no tengo un monovolumen.
Estos niños tienen que comer algo de fruta hoy. Fresas. No, no son orgánicas. ¿No estaban en la lista de productos no recomendados? Seguramente sea mejor alimentarse del aire antes que comer una fresa no orgánica. Quizás solo se trata de pesticidas con forma de fresa; bombas tóxicas de veneno agrícola con forma de fresa. Las enjuagaré antes de nada.
Tengo que limpiar el frigorífico. Y el congelador. Nunca nos vamos a comer esto. Odio malgastar tanto. ¿Qué voy a hacer esta noche para cenar? Ya he hecho tacos, pollo y a nadie le gusta mi pastel de carne. Deberíamos comer menos carne. Estoy matando a mi familia. ¿Pasta, quizás? Pero el gluten es malo, ¿verdad? Entonces arroz. ¿Arroz con qué? No sé. Bueno, igual pido una pizza. Llevo tres noches seguidas cocinando y me merezco un descanso. Está decidido, pizza.
Ojalá me pareciera más a mi cuñada. Es tan organizada. Mi casa parece una tienda de outlet con vómito por todas partes. Definitivamente, hoy toca pasar la fregona. Creo que anoche vi una pelusa enorme recorrer el salón como las que ruedan por las películas del oeste. Pero antes tengo que ir al supermercado y comprar vinagre. Debería tirar todos los productos de limpieza nocivos. Seguro que esas sustancias químicas son malas para el bebé. Si le pasa algo va a ser mi culpa. Yo y mi obsesión con el ambientador de olor a fresco. Además, si es un ambientador que trae frescor, no tendría que tener olor. Pero resulta que si la casa huele bien es como si yo hubiera hecho algo.
Tengo que comprar más chupetes. Estoy empezando a pensar que se evaporan con el aire. Quizás hay unos duendes que vienen por la noche y los roban para sus pequeños duendecillos. Hablando de duendes, debería inscribirles en los campamentos para este verano. Espero que no se me haya pasado la fecha. No me puedo creer lo caros que son este año. Ahora entiendo por qué algunas madres se han hecho strippers. ¿No había una película sobre el tema? ¿Striptease para el campamento de verano?
Todos necesitamos una cita con el médico. Ojalá los médicos hicieran visitas a domicilio. Pero entonces tendría que limpiar. O quizás bastaría con echar un poco de ambientador.
Vale, si no me levanto ahora se me va a hacer tarde. Ay, tengo que parar a echar gasolina. Tengo el depósito vacío. ¿Por qué lo dejo todo para el último momento? Porque llegaba tarde a casa para preparar la cena.
Bueno, los niños quieren desayunar. ¿Por qué todavía no he oído al bebé? ¿Estará bien? Espero que sí. Ya no me acuerdo de si se ha despertado en mitad de la noche. Ay, madre... a ver si le ha pasado algo. Ah, vale, ya se ha puesto a gritar. Ojalá se durmiera un ratito más.
Bunmi es autora de The Honest Toddler: A Child's Guide to Parenting. Relajaos, es un libro de humor.
Traducción de Marina Velasco Serrano