Lo siento mucho

Lo siento mucho

Lo siento por los que son sensibles a las palabras directas y por los defensores de la corrección política. Lo siento por los guardianes de las esencias, se hagan llamar progres o conservadores. Lo siento por todos ellos y por alguno más, pero me tienen asqueado.

Lo siento mucho. Lo siento por los que son sensibles a las palabras directas y por los defensores de la corrección política. Lo siento mucho por los que quieren que todo siga igual y viven cómodos cuando las cosas responden a los prejuicios de siempre. Lo siento por los guardianes de las esencias, se hagan llamar progres o conservadores. Lo siento por todos ellos y por alguno más, pero me tienen asqueado.

Entre todos ellos y alguno más han conseguido el paraíso de cualquier apóstol de la cerrazón: que la España cainita, la envidiosa, la que vive más cómoda poniendo a parir al que no piensa como él o la que pone a parir al que no piensa igual que él, esa que no acepta matices, debate ni reflexión, tenga más eco que la España pujante, creativa y abierta. Sea más noticia que la España emprendedora, la defensora del individuo y el mérito como patrones de excelencia; haya sido capaz de que aquí, como en otros lugares donde no son ajenos a esta ola de corrección incorrecta, sea más aplaudido facilitar buenos titulares que sensatas reflexiones.

Los españoles más cainitas, aquellos que más y mejor hacen para que nada cambie, para que todo pueda seguir igual, son esos que se hacen llamar nacionalistas, independentistas o secesionistas. Como yo tampoco soy ajeno a la plaga de la corrección política empezaré diciendo que los sentimientos de cada cual me parecen muy bien, o muy mal, pero como sobre los sentimientos de los demás, ni yo ni nadie somos quién para juzgar, pues eso, que todo mi respeto. Pero no callaré que siempre he creído que la política hay que hacerla con la cabeza, no con las tripas. Que creo que el ejercicio de una responsabilidad pública obliga a dejar de lado algunas cosas en las que crees para que todos puedan vivir como creen. Y siempre he creído que a un político no se le puede tolerar que divida o genere tensión.

Seguro que estoy equivocado, ya que en caso contrario me votaría más gente, pero creo que los políticos no estamos para homogeneizar sentimientos ni identidades, sino para crear las condiciones para que la gente pueda desarrollarse en Libertad. No estamos para decirle a la gente a quién rezar, qué comer o a quién besar. Estamos para meternos lo menos posible en la vida de las personas, y garantizar con pocas leyes, breves y claras que la gente pueda ser libre. Por eso el afán de los independentistas por homogeneizar sentimientos, por calcularlos, medirlos y pesarlos, para después envolverlos en celofán y regalarlos con sonrisa profidén puede reportarles poder, de hecho lo hace, pero creo que es muy malo para todos, incluso aunque no lo vean, para ellos también.

Donde nací los políticos no debatimos sobre si lo hacemos peor o mejor, sobre si nuestras ideas son acertadas o descabelladas, aquí nos gusta más debatir sobre si somos mejores o peores... que el vecino, claro. Aquí gusta más discutir si fuimos invadidos hace siglos o si la nación vasca tiene sus orígenes en el pleistoceno, que analizar qué estamos haciendo para dentro de 30 años podamos vivir con calidad en un mundo cada vez más abierto, más competitivo, interconectado, global...

En mi tierra, que es "mía" porque vivo en ella, como sería "mía" Sevilla, Barcelona o Tumbuctú si allí tuviera mi hogar, decir estas cosas te convierte en un peligroso descastado, un raro "españolista" o en un paria sin identidad. No han entendido nada. O quizás soy yo el que no lo entiende, pero da igual, lo que reivindico es mi legítimo derecho a entenderlo así.

Pero en el resto de España, allende paraísos nacionalistas, algunos también se cubren de gloria. Sin aceptar matices, en determinados círculos pasas a engrosar la granada lista de "blando" o "acomplejado" si las ideas que defiendes no coinciden en la forma, dureza y volumen que ellos exigen.

Todo es tan absurdo como que estos melómanos de la contundencia oral pontifican desde acomodadas posiciones y ni están, ni han estado, ni se les espera por mi tierra, antes que sonaban las balas ni se les ocurría, ahora que han cesado ni les apetece. En fin, esto es lo que hay, que diría aquél.

Pero la realidad es que con más habilidad que acierto los independentistas van a conseguir en Cataluña enrarecer el ambiente hasta el punto de enrarecer la propia Cataluña. A fuerza de buscar, identificar y culpar a un "enemigo exterior" son culpables del deterioro de la convivencia entre catalanes. Y sí, podrán ganar elecciones, pero qué tristeza de victoria. Y creo que a los demás nos queda el reto de acertar, ser más pedagógicos y poner el acento en el valor de la convivencia frente a la ruptura. Actuar con determinación e inteligencia, con prudencia pero con claridad, defender el derecho a pensar diferente, a la singularidad individual frente a la supuestamente colectiva. Defender la España reflejada en la Constitución de 1978, que es la ley, su imperio y el derecho de los ciudadanos a no ser homogeneizados bajo una identidad única, exclusiva y excluyente.

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Borja Sémper Pascual se estrenó con 19 años como concejal del Ayuntamiento de Irún convirtiéndose en el concejal más joven de Euskadi. Más tarde entró en el Parlamento Vasco. Asumió la presidencia del PP de Gipuzkoa en 2009 con la idea de convertir al partido en “un referente más allá de la lucha contra ETA”. Corredor y ávido lector, también le apasionan la fotografía y la arquitectura, los edificios, espacios y lugares habitables. “Quiero un PP habitable”. Candidato al Parlamento vasco por Gipuzkoa (Segundo en la lista). Nacido en Irún en 1976 Casado. Un hijo Licenciado en Derecho y curso en Gestión Pública por IESE TRAYECTORIA POLÍTICA - Es parlamentario del Grupo Popular vasco en la Cámara de Vitoria desde octubre de 2003. - Concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Irún desde 1995. En las elecciones municipales de 1999 fue el candidato a alcalde por el Partido Popular y durante la legislatura fue teniente de alcalde y concejal delegado de Urbanismo. En la Legislatura 2003-2007, fue portavoz del Grupo Popular en Irún, y tras el acuerdo de Gobierno con el PSE de Irún, al que se llegó en el verano de 2005, fue teniente de alcalde y concejal delegado de Desarrollo Urbano. En la legislatura 2007-2009 fue el portavoz del PP en el Consistorio irundarra. Renunció a su acta de concejal en 2010. - Es miembro del comité ejecutivo del Partido Popular del País Vasco - Ha sido secretario general del PP de Gipuzkoa desde julio de 2008 a noviembre de 2009, en que fue elegido presidente del PP de Gipuzkoa en su XII Congreso. Salió reelegido Presidente con el 95% de los votos en junio de 2012.