Políticas y conocidas

Políticas y conocidas

Más allá del tono, los mensajes y las consignas habituales en un debate electoral, el encuentro de Antena 3 entre cuatro mujeres políticas no tendría que haber sido nada. Nada diferente a lo habitual. Pero lo fue porque eran ellas y no ellos, como siempre. Lo fue porque no estamos acostumbrados. Porque los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno son hombres, porque pese a que hay más mujeres en el censo electoral, eso no se transmite en los discursos.

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Foto: EFE

Un programa de debate televisivo donde solo hablan mujeres y no es Amigas y conocidas en La1 de TVE. Ese es el problema; que los referentes que tenemos de mujeres hablando entre ellas es ese engendro del chisme, la maledicencia y la opinión aleatoria. Que si pensamos en otros formatos televisivos serios donde se habla de cosas importantes, solo nos vienen a la cabeza programas donde la mayoría de los participantes son hombres, señores.

La idea de formato de Antena 3 con el debate a cuatro partidos representados por cuatro mujeres para inaugurar oficialmente la campaña electoral -Las mujeres primero- no es mala. E incluso, lamentablemente, es posible que sea hasta necesaria. Porque, de alguna manera, era necesario compensar el camponabismo de los debates electorales, de las tertulias electorales, de los carteles electorales, de las noticias electorales, de los memes electorales... Porque la televisión, con buen criterio a veces, se ve en la obligación de buscar un nuevo enfoque en su manera de mostrar las cosas. Un debate político, en este caso. Y, desgraciadamente, una nueva forma de acercarse al debate político es hacerlo con mujeres. Porque no es lo habitual. Y es ese factor de corrección lo que preocupa. Señoras hablando de lo que harán sus jefes si llegan a gobernar España podrían haber titulado también este debate donde no recuerdo ninguna mención a la lucha feminista y sí al horror de la violencia machista.

Un debate de cuatro mujeres que no van a gobernar España, que no estaban en televisión para hablar de asuntos concretos (a diferencia del debate sobre economía, con cuatro hombres, que modera el próximo domingo Ana Pastor en La Sexta) sino que estaban en televisión para celebrar el primer debate televisivo a cuatro partidos de inicio de campaña como tal. Las mujeres primero es raro. No porque me parezca raro sino porque en televisión lo es. Objetivamente. Porque, a la mañana siguiente, Grissom en su Espejo Público tiró de los tertulianos y expertos habituales (hombres) para valorar los aciertos y fallos de las políticas en su debate de la noche anterior.

Porque Grissom solicitó en directo el juicio de otros miembros de los cuatro partidos sobre la eficacia de sus compañeras de filas durante el debate de la noche anterior, y solo Ciudadanos tuvo la inteligencia de darle voz a una mujer, Inés Arrimadas, mientras que en PP, PSOE y UP optaron por tres señores que opinaban sobre ellas. Visto así, y desde mi falta de criterio habitual, el tufillo paternalista se colaba por las juntas de mi pantalla de plasma. Me van a perdonar.

Más allá del tono, los mensajes y las consignas habituales en un debate electoral, el encuentro de Antena 3 entre cuatro mujeres políticas no tendría que haber sido nada. Nada diferente a lo habitual. Pero lo fue porque eran ellas y no ellos, como siempre. Lo fue porque no estamos acostumbrados. Porque los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno son hombres, porque pese a que hay más mujeres en el censo electoral, eso no se transmite en los discursos y porque, como espectadores televisivos, el único programa donde solo aparecen mujeres que hablan es Amigas y conocidas de La1, insisto. Perdonen que insista, pero es que es desolador, de verdad.

Tan desolador como poner Al rojo vivo en La Sexta a la mañana siguiente del debate a cuatro mujeres y encontrarme en una mesa con seis señores seis que daban su opinión acerca de la campaña electoral. Seis señores seis: Antonio (García Ferreras), Paco (Marhuenda), Manolo (Cobo), Javier (Aroca), Borja (González de Mendoza) e Iñaki (López) que analizaban el panorama político actual. Mucho macho. Too much macho, yeah.

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Las mujeres primero. Las mujeres, teloneras. Las mujeres políticas en un debate solo para mujeres políticas porque no hay otros debates donde vayan a tener su lugar: ni en el del domingo ni en el del lunes. Porque este año, Soraya no le va a hacer el trabajo a Mariano y, de no haber sido por la iniciativa de Antena 3 de anoche, no habríamos visto a ninguna política debatir en televisión. Y eso no podía ser, y alguien tenía que arreglarlo. Aunque fuera de esta forma. ¿Forzada? ¿Artificial? Cuando lo habitual, lo natural, lo normal es machista, algo hay que hacer. Se llama feminismo. Aunque la televisión no suele llegar a tanto y se queda en gestos que, pese a todo, siempre son mejor que nada. Mejor que lo que tenemos, que lo que tenemos que cambiar. Entre todas.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Se divide entre la literatura y las ganas de comer. Publicó su primera novela, 'Mansos' (Caballo de Troya) en 2010 y el ensayo de humor 'Cuando haces Bop ya no hay stop' (Temas de hoy, 2013). Actualmente trabaja en el programa 'Late Motiv ' de Andreu Buenafuente (#Cero), imparte talleres de creación literaria en Barcelona y colabora habitualmente en 'La Marea', 'Mongolia '. En su vida pasada, fue intrépido bloguero en 20minutos, Vogue o Vanity Fair, colaborador diario de 'Público' ('La vitrina de Bob Pop' y 'Dicho, Visto y Oído'), crítico televisivo en 'Hoy por hoy' con Gemma Nierga y hasta youtuber ocasional. Vive entre Madrid y Barcelona. Duerme en el AVE.

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