Es el momento de actuar contra el cambio climático
El cambio climático no sólo es un problema para el futuro, sino una cuestión urgente actual. En vez de preguntarnos si podemos actuar, hay que preguntarse qué es lo que nos detiene, quién y por qué. Unamos nuestras fuerzas para hacer retroceder a los escépticos y sus intereses arraigados.
El cambio climático ha sido una de mis prioridades desde el día en que asumí el cargo en 2007. Por aquel entonces dije que si nos preocupaba el legado para las generaciones futuras, era el momento decisivo de actuar a nivel mundial. Me ha alegrado ver que el cambio climático ya aparece en la agenda política y en la conciencia de la gente en todo el mundo. Pero me sigue alarmando que los gobiernos y las empresas sigan sin actuar al ritmo y a la escala que se necesita.
El tiempo se nos va. Cuanto más tardemos, más tendremos que pagar. El cambio climático se está acelerando y las actividades del ser humano son la principal causa, como se documenta en una serie de informes científicos acreditados del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Los efectos son extensos, costosos y relevantes para la agricultura, los recursos acuáticos, la salud humana y los ecosistemas terrestres y oceánicos. El cambio climático plantea riesgos de gran alcance para la estabilidad económica y la seguridad de las naciones.
He viajado por el mundo para ver los efectos con mis propios ojos, desde el Ártico hasta el Antártico, desde las islas del Pacífico amenazadas por los mares revueltos hasta los glaciares menguantes de Groenlandia, los Andes y los Alpes. He visto desiertos cada vez más extensos en Mongolia y el Sahel, y selvas tropicales que peligran en Brasil. En todas partes he hablado con la gente que está al pie del cañón, preocupada por la amenaza del cambio climático y su impacto en su forma de vida y su futuro.
Mis viajes también me han permitido conocer a muchas personas, desde jefes de Gobierno hasta líderes de empresas, preparadas para invertir capital político y financiero en las soluciones que necesitamos. Entienden que el cambio climático es un problema para toda la gente, para todas las empresas y todos los gobiernos. Reconocen que podemos evitar los riesgos si actuamos ahora de forma decisiva.
A finales de este mes, el 23 de septiembre, convoco una Cumbre del Clima en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. La Cumbre tiene dos objetivos: movilizar la voluntad política para un acuerdo universal significativo en las negociaciones del clima en París en 2015; y catalizar la acción ambiciosa sobre el terreno para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y fortalecer la resiliencia ante los cambios que ya están ocurriendo.
He invitado a dirigentes de gobiernos, empresas, sociedad civil y financiera para presentar su visión, hacer anuncios potentes y forjar nuevas colaboraciones que apoyarán el cambio transformador que el mundo necesita. La Cumbre se centrará en varios ámbitos en los que creemos que podemos lograr el mayor impacto, como tratamos en esta serie de posts previos a la Cumbre escritos por algunos de los pensadores y actores más influyentes en el marco climático.
El cambio climático no sólo es un problema para el futuro, sino una cuestión urgente actual. En vez de preguntar si podemos permitirnos actuar, deberíamos preguntarnos qué es lo que nos detiene, quién nos está deteniendo y por qué. Unamos nuestras fuerzas para hacer retroceder a los escépticos y los intereses arraigados. Apoyemos a los científicos, economistas, emprendedores e inversores que puedan convencer a los líderes políticos de que es el momento de actuar.
Este post es parte de una serie de un mes producida por The Huffington Post en combinación con varios eventos que tendrán lugar en septiembre para reconocer las amenazas que plantea el cambio climático, entre ellos la Cumbre del Clima de 2014 (el próximo 23 de septiembre, en la sede de la ONU en Nueva York).