La dislexia: mucho más que tener dificultades para leer y escribir
Muchas familias, en numerosos países, ciudades y pueblos, tenemos un mismo sueño... que nuestros hijos y nuestras hijas no tengan que sufrir para poder aprender.
La dislexia es un trastorno de aprendizaje que afecta a un 10% de la población. Los niños, los adolescentes y adultos con dislexia, tienen un nivel de inteligencia normal, simplemente tienen una forma diferente de aprender. La dislexia tiene una fuerte carga hereditaria y es de origen neurobiológico y realmente, es mucho más que tener dificultades en la lectura y la escritura. Cualquier padre o cualquier madre te lo podría explicar.
El alumnado con dificultades específicas de aprendizaje, DEA (dislexia, disgrafia, disortografía y discalculia) necesita un sistema educativo que los tengan en cuenta, que les respete, que conozca sus potenciales, que les ampare y sobre todo, necesitamos profesionales debidamente formados en los colegios, en los institutos, en los centros de adultos, en las Universidades, etc.
Muchas familias, en diferentes colegios, en diferentes barrios, en diferentes comunidades autónomas, necesitamos un plan de actuación, que sea igual para todos y todas!
Luis tiene 10 años, cuando se despierta no dice buenos días, le dice a su padre que le duele la barriga. Luis cada día en su aula se compara con los otros niños y no entiende por qué lee más despacio, por qué en ocasiones no entiende lo que ha leído, por qué a veces gira letras, por qué otras veces se come letras, y por qué en ocasiones está tan nervioso que no es capaz de leer delante de sus compañeros.
Su corazón le late muy deprisa, le tiemblan las piernas, las manos y las letras le bailan en el cuaderno. ¿Qué me está pasando comenta siempre? Luis hace mucho tiempo que se siente mal, hace tiempo que no tiene respuestas para lo que le pasa, en ocasiones incluso piensa que es tonto... otro día suena el timbre, recoge los libros, la mochila y se va a casa. Cuando llega a su habitación se siente agotado, sin fuerzas, pero todavía tiene que afrontar la dura tarea de los deberes.
Hace ya 16 años que la familia de Luis fundó entonces DISFAM, una asociación de dislexia, con el objetivo de dar a conocer este trastorno de aprendizaje, así como velar por los derechos de las personas que tenían su misma dificultad. Desde entonces, muchas cosas han cambiado; tenemos una Ley de Educación que contempla al alumnado con dificultades específicas de aprendizaje, existen unos protocolos de detección y actuación en dislexia (Prodislex), la población cada vez es más consciente de que una gran parte del fracaso escolar, está relacionado con estas dificultades de aprendizaje, y muchos son los profesionales del ámbito educativo, que han podido formarse, a lo largo de estos años.
Hoy presentamos más de 210.000 firmas en el Congreso de los Diputados, para pedir más atención para casos como el de Luis, y de esta manera seguir avanzando en la igualdad de derechos y oportunidades, no de tener derecho a ser iguales, sino de tener igual derecho a ser diferentes.
Estas firmas han sido posibles gracias al esfuerzo de muchas asociaciones que forman parte de nuestra Federación Española de Dislexia, de sus familias y amigos, que día a día trabajan en sus diferentes provincias y comunidades, todas con el mismo objetivo: que las personas con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje, puedan tener un presente y un futuro, en igualdad de condiciones.