La revolución pilatera
Para entender en qué consiste Pilates y sus principios, dominar los ejercicios y comprender esta revolución pilatera en la que nos encontramos, es necesario conocer a su creador; su persona y circunstancias están directamente relacionadas con el desarrollo de los ejercicios y el objetivo a conseguir: una calidad de vida excepcional.
Me vienen a la mente un sinfín de cuestiones y tópicos que escucho diariamente sobre el Pilates:
-Es aburrido.
-No se suda nada.
-¿El nombre viene de un señor?
-Son sólo respiraciones y estiramientos.
-Sobre todo se hacen abdominales.
-Es como yoga, ¿no?
-Es para señoras y personas mayores.
-Es buenísimo para la espalda.
De estas frases alguna es verdad, la mayoría no. Todos hemos oído hablar del Método Pilates de alguna u otra forma y, aunque encontramos a pocas personas que puedan explicar, completa y correctamente, en qué consiste y cuáles son sus orígenes y principios, todo el que lo prueba queda maravillado con su técnica y siente sus beneficios al poco tiempo de práctica constante.
Para entender en qué consiste Pilates y sus principios, dominar los ejercicios y comprender esta revolución pilatera en la que nos encontramos, es necesario conocer a su creador; su persona y circunstancias están directamente relacionadas con el desarrollo de los ejercicios y el objetivo a conseguir: una calidad de vida excepcional.
Muchos piensan que estamos hablando de una técnica nueva de entrenamiento, una revolución futurista del siglo XXI, pero la historia del Pilates nos lleva a principios del XX. Joseph Pilates (Alemania 1883-Nueva York 1967) era una persona enfermiza. Desde su más tierna infancia sufrió de asma, fiebre reumática y raquitismo, lo que le obligó a pasar largas temporadas postrado en una cama de hospital. Pero Joseph, un apasionado del acondicionamiento físico y mental , desarrolló la Crontología, que definió como "la ciencia y el arte del desarrollo coordinado del Cuerpo-Mente-Espíritu a través de movimientos naturales bajo estricto control de la conciencia".
Tomó el yoga, las artes marciales y el fisioculturismo como referencia, e incorporó sus propios conocimientos sobre anatomía y actividad física. Poco a poco, su disciplina fue calando entre bailarines, acróbatas, rehabilitadores y fisioterapeutas, que fueron comprobando cómo sus cuerpos cambiaban: se hacían más fuertes, elásticos, resistentes y armoniosos. Tras su muerte, ha dejado un legado de profesionales que enseñan su método, llamado Pilates en su honor.
Ahora sí, ya van encajando las piezas. Si sigues leyendo terminarás de comprender esta revolución 'pilatera':
- Desarrolla un cuerpo esbelto y tonificado.
- Aumenta la flexibilidad, la agilidad, el sentido de equilibrio y mejora la coordinación de movimientos.
- Mejora la alineación postural y corrige malos hábitos posturales.
- Mediante la respiración y la concentración, se alcanza un estado de relajación global, eliminando el estrés y las tensiones musculares.
- Integración total "cuerpo-mente": aumenta la autoestima y el conocimiento del propio cuerpo.
¿Te gustaría probar?